Acción-reacción. Dicen que no hay mal que por bien no venga y parece que tras la deshecha en Anoeta, el Barcelona ha reaccionado y se ha convertido, otra vez, en el equipo de los buenos tiempos.

Un inicio de año desastroso

Cuando la competición se para por compromisos con la UEFA o por fiestas navideñas, las cosas no acostumbran a salir bien en Can Barça. Cuestan los arranques tras un parón y, se hace más cuesta arriba si se trata de regresar a Anoeta. El 'campo maldito' de los azulgranas. Cuesta ganar ahí cuando llevan cuatro meses seguidos de competición, más difícil es vencer si llegas tras un viaje transatlántico. Sino que se lo digan a Messi.

Los rumores saltaron por el permiso que Luis Enrique le dio al argentino para incorporarse tres días más tarde a la disciplina de entrenamiento, de un enfrentamiento entre técnico y jugadores,... y, siendo objetivos, los de la Ciudad Condal dejaron mucho que desear en su juego cuando pisaron tierras donostiarras.

El gol en propia puerta de Jordi Alba en el inicio del encuentro sentenció la derrota azulgrana por la mínima (1-0) pero es que poco hicieron después los de 'Lucho'. Con Messi y Neymar en el banquillo el Barça desaprovechó la oportunidad de recortar distancias con el líder (el Real Madrid había perdido esa jornada en Valencia). La situación se ponía tensa e insostenible. El cambio debía llegar lo antes posible. Y así fue.

Recolocando piezas

Como si de un puzzle se tratase, el FC Barcelona ha encontrado el engranaje perfecto. Luis Enrique ha sabido dominar el vestuario y renacer de las cenizas cosechadas en Anoeta.

Quizás la clave se encuentre en el tridente ofensivo, esa mágica conexión Neymar-Messi-Suárez. Brasileño, argentino y uruguayo han encontrado la manera de entenderse, de conectarse, y de demoler rivales. En la mayoría de encuentros, si marca uno marcan los tres. Se entienden futbolísticamente y personalmente y eso hace que su fútbol brille aún más. El equipo se ha beneficiado de tres grandes jugadores con hambre de goles y títulos.

FOTO: fcbarcelona.cat

Todo pasa por sus botas. Ha vuelto el mejor Messi y ha vuelto por la puerta grande. Si Cristiano Ronaldo se llevó el Ballon d'Or y amenazó con querer alcanzar al astro argentino, el azulgrana no le quiere poner las cosas fáciles. Ya se encuentra a sólo dos tantos del portugués en Liga, que de momento se sitúa pichichi, y su talento rebosa por todos lados. El equipo lo necesitaba y él no ha fallado. Lejos de rumores y especulaciones sobre una posible marcha del club de su vida, el jugador demuestra partido a partido porqué es el mejor.

Messi, Neymar y Suárez: tres grandes nombres propios.

Luis Suárez ha despertado. Se incorporó tarde a la competición, y cuando lo hizo, costó. Tiempo se tuvo que esperar para verle marcar su primer gol y más se hubo que esperar hasta que ha llegado el gran futbolista que es. Ha costado, pero ya está aquí. Y pretende quedarse. Neymar está haciendo valer lo que el Club pagó por él en verano de 2013. La primera temporada se le perdonó su falta de puntería, se estaba adaptando, pero el culé ya no perdona y el brasileño se ha puesto las pilas. Está sentenciando toda oportunidad y acción de la que dispone y está enamorando al aficionado que acude al estadio.

Con retos difíciles, grandes soluciones

La cuesta de enero es complicada para todos, también para el Barcelona. Cada temporada cuesta retomar el ritmo y preparase ante el porvenir. Este año, además, la cosa se ha complicado. El azar quiso emparejar a los azulgranas con el Atlético de Madrid de Simeone en los cuartos de final de la Copa del Rey. Una eliminatoria a doble partido que se unía al compromiso liguero ante estos. Tres partidos consecutivos de alto voltaje cuándo peor estaban las cosas en Can Barça.

Si a priori parecía complicarse, más lo hizo cuando arrancó el infierno. Primero fue en el Camp Nou, jornada decimoctava, 3-1. Una muy buena reacción hizo dormir a tres puntos vitales en Barcelona. El equipo superaba el primer obstáculo con éxito y sorprendiendo a una afición que empezaba a desconfiar.

Tres días más tarde los colchoneros asaltaban nuevamente Barcelona con la ambición de revancha y de plantarse en semifinales. Los de Simeone lo intentaron y pusieron a los azulgranas contra las cuerdas, pero a las postrimerías del encuentro Messi marcó el penalti decisivo para viajar a Madrid con una leve ventaja.

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El partido en la capital fue mucho más complicado. El duro juego de los locales, la intensidad de una grada suplicando una remontada, y un arbitraje dudoso, completaron un partido de locos que terminó con la victoria azulgrana 2-3 y un viaje para semifinales.

Mirando al futuro

Llega febrero y así los momentos más decisivos de la temporada. El equipo ha sido capaz de recortar distancias al líder de la Liga, el Real Madrid, y se ha situado a tan solo un punto por debajo. En Copa del Rey, el primer enfrentamiento de semifinales ante el Vilarreal se saldó con victoria azulgrana, y el próximo martes la Champions regresa en Londres, donde el Barça buscará la victoria frente al Manchester City y acercarse más al sueño de Berlín.

Como bien reconoció Messi el pasado jueves en un acto comercial, "Tras Anoeta las cosas han cambiado, estamos mejor". Aunque el potencial de los jugadores sigue siendo el mismo, el argentino cree que la clave de todo es la actitud. Ese cambio vital tras la derrota ha hecho renacer al Barcelona y 'enracharlo' en doce victorias consecutivas. Frente al Málaga (sábado 21, 16h, Camp Nou) buscarán sumar la 12+1.