Messi fracasó. El argentino buscó con ahinco el gol. Torpedeó constantemente la línia de flotación del Manchester City y topó una y otra vez, con la muralla de Joe Hart. El máximo goleador de la historia de la Champions (empatado con Cristiano Ronaldo a 75) no pudo desmarcarse en solitario en este ranking y tampoco cazar a Luiz Adriano, ya eliminado, pero todavía pichichi de la competición. 

Tras este fracaso, Messi abre un nuevo escenario. El mundo entero le reconoció anoche, sin necesidad de hacer 4 goles o un hat-trick, el cetro de elegido del deporte rey. Gary Lineker no pudo frenar sus elogios y prohibió a sus seguidores dudar: es el mejor jugador de la historia. Los gestos de su padre futbolístico, Pep Guardiola, hablaban solos. El mejor entrenador del planeta, acostumbrado a lidiar con los vigentes campeones del mundo, volvió a alucinar con la pulga. 

Herr Pep, con su padre Valentí y su inseparable Estiarte, vibró con Messi y el Barça. Volvió a su estadio, a su asiento, a su casa. Guardiola asistió al nuevo show de Messi, un partido memorable donde Messi no anotó. Leo Messi asombró a su padre futbolístico y al mundo en el escaparate por excelencia, la máxima competición continental. 

La pulga es un astro por lo que puede hacer con un balón en los pies. Pero es un elegido porque todo lo que hace tiene un sentido: governar. Leo domina el juego a su antojo, controla lo que hay a su alrededor y decide cuando y como ejecuta el guillotinazo. Hoy lo hizo todo bien excepto a la hora de ver puerta. Maravilló al mundo sin enviar el balón a la red. Solo él es capaz de hacerlo

Con Messi, a diferencia de otros jugadores, todo tiene un porqué. Es el arte por la utilidad. Neymar, por ejemplo, juega a otra cosa. Juega al arte por el arte. Messi puede hacer caños y Neymar juega a hacer caños. El caño como recurso, no como ornamento. Los caños de Messi tienen como objetivo llegar a puerta. Los de Neymar entretener.Y esta es la diferencia entre un astro (Neymar) y un elegido (Messi). 

Ayer Messi fracasó. Porqué lo intentó una infinidad de veces y acabó felicitando a Hart por ejercer de escudo "citizen". Pero ayer Messi volvió a ser aquel jugador que, reciba donde reciba, es sinónimo de peligro. En la línia de medios, en la frontal del área, en el área técnica y en la zona mixta. 

El argentino salió a hablar tras el encuentro, apuntó a los que le criticaron hace unos meses por estar bajo de forma y avisó: "el Madrid es más peligroso cuando vienen así". Messi le ha visto las orejas a un lobo con piel blanca de cordero. Hagámosle caso.