Tras inquietar con su juego ante el flojo Almería, y sorprender con una primera mitad de escándalo en Sevilla, los barcelonistas dieron una lección de fútbol al PSG el miércoles, en una noche mágica de Champions en el Parque de los Príncipes. Ante el Valencia, los de Luis Enrique se jugaban mucho más que tres puntos, con el aliento del Real Madrid cayéndoles encima, a tan solo dos puntos de distancia, y el líder dio la talla.

Los catalanes se impusieron a los valencianos por 2 a 0, sufriendo, dominados por completo en la primera mitad, pero llevando el control en la segunda, gracias a los goles de Suárez y Leo Messi. El tanto del uruguayo llegó sin haber siquiera superado el primer minuto de juego, el del argentino, con el tiempo ya cumplido, porque al líder le van las emociones fuertes, demostrando ser capaz de superar la adversidad, con el objetivo de levantar el trofeo.

Suárez sorprende y abre la lata

Apenas tuvo tiempo el Valencia de asentarse sobre el terreno de juego, cuando el Barça, como un vendaval, salió en búsqueda del primer gol de la tarde. Una recuperación de Piqué inició una acción de contraataque en la que Messi estuvo monumental, y sirvió una asistencia para que el killer, Luis Suárez, la cruzase a placer, dentro del área, directamente al hueco izquierdo de la portería defendida por Diego Alves.

Pocas alegrías más se llevaron los locales en el primer período. El Valencia se echó encima, tuvo posesión larga, ejerciendo presión arriba con seis hombres, aunque en los primeros compases el Barça creó superioridades con facilidad, cuando tuvo la pelota.

Bravo detuvo un penalti y evitó el empate

Un rebote que dio en un pie de Mathieu, que consiguió despejar Bravo con dificultad, puso en alerta al Camp Nou. Sin embargo, lo que hizo temblar el feudo azulgrana fue una pena máxima señalado por el colegiado, por una entrada a destiempo de Piqué, en un control de Rodrigo, cuando corría el minuto 8. El penalti quedó en un susto, al anticiparse Claudio Bravo y bloquear el lanzamiento de Parejo desde los once metros, evitando así el empate.

El Valencia domina y perdona

Pese al resultado, fue el Valencia el que dominó e impuso el ritmo. El Barça siguió perdiendo balones con facilidad, y solo las salidas a la contra le sacaban de su propio campo. El conjunto che tuvo el empate a punto en una jugada de estrategia, que terminó con un remate de cabeza de Otamendi que marchó fuera por poco.

Los azulgranas se sintieron acorralados, y comenzaron a sentirse algo inseguros en la retaguardia. Primero Piqué, después Adriano, tuvieron dificultades para controlar bien en el despeje y estuvieron a punto de marcar en propia puerta, en dos ocasiones consecutivas. A esto siguió un remate demasiado cruzado de Paco Alcácer desde el interior del área.

Los balones no pasaban la línea del medio campo, le costó a los de Luis Enrique la creación, y fue Leo Messi quien vino una y otra vez en busca del balón, para hacer de las suyas, para conducir como un torbellino, cargado de energía, hasta la línea de fondo. Buscaba su gol 400, la asistencia perfecta, llevar al equipo en volandas, en el que fue uno de sus partidos más completos esta temporada.

La suerte del líder

El Barça fue a remolque, totalmente superado por el Valencia. Mascherano salvó un disparo de Alcácer in extremis, y el mismo valencianista tuvo otras dos ocasiones con un chut que se estrelló en el palo y otro que salió desviado.

Los de Luis Enrique apenas producían en ataque, aunque se animaron al borde del descanso. A Suárez le llegó la pelota por la izquierda y combinó con Neymar, quien la dejó para Xavi. ‘Peter Pan’ la tocó como pudo, para cederla a Messi, quien definió sobre la marcha con el pie derecho dentro del área, enviando el balón fuera, a la derecha de la portería.

De nuevo Suárez se vio con la posesión dentro del área, no encontró apoyos y la puso atrás para Adriano. El brasileño se decidió por el chut y la envió directamente fuera, sin inquietar a Diego Alves. Los equipos se marcharon al descanso con la victoria del Barça por la mínima.

La resurrección de los barcelonistas

La segunda mitad tuvo otra lectura, más favorable a los locales. El Barça se hizo enseguida con el control, con posesiones alargadas, sin precipitarse en la verticalidad, imponiendo su ritmo, mientras que al Valencia le costó mantener la pelota y crear en ataque.

El segundo tiro del líder entre los tres palos, después del gol que abrió el marcador, se produjo en el minuto 54, tras una transición entre Alves, Messi y Neymar, que acabó con el remate de cabeza del carioca, muy flojo, a las manos del portero. Alves puso un centro para Messi poco después, pero el argentino no pudo controlar el esférico.

El conjunto azulgrana se vio mucho más seguro en las salidas al ataque, jugó más tranquilo, ante un rival que en ningún momento desistió del partido. Una entrada de Parejo sobre Messi, al borde del área, dio pie a un lanzamiento de falta del argentino que pegó en el travesaño. La primera ocasión de los valencianos en la reanudación surgió en los pies de Rodrigo, que remató con la izquierda, con mucho peligro, un balón que despejó Bravo a córner.

Messi sella la victoria

Los azulgranas se arrimaron al área, pero no estuvieron acertados: Pedro, que había sustituido a Suárez, estuvo a punto de hacer el segundo, pero Diego Alves envió el balón a córner. Y cuando todo estaba visto para sentencia apareció el alma de la fiesta. Leo Messi, quien intentó tirar del equipo cuando atravesaba su peor tramo en el partido, acabó obteniendo su merecido premio, su gol 400 con la camiseta del FC Barcelona.

El líder superó una prueba de fuego ante un buen Valencia, y se llevó tres puntos que le permiten seguir reinando en la clasificación, haga lo que haga el Real Madrid, su más inmediato perseguidor. La próxima semana vuelve a presentarse intensa, con el encuentro de Champions ante el PSG el martes, y el derbi de la ciudad, en el campo del Espanyol el próximo sábado.