El Camp Nou podrá hoy despedir a Xavi como se merece en el mejor ambiente posible. Frente a un equipo que no saldrá a conspirar. En el último partido de Liga BBVA. En el partido donde se hará entrega de la vigésimo tercera liga para el conjunto catalán. El día que Xavi conseguirá a la vez su vigésimo tercer título con el Barça y con el público volcado para despedir a una leyenda. Xavi pondrá hoy punto final a su andadura como futbolista del equipo de su vida, el FC Barcelona, y poner rumbo a Qatar, a un fútbol diferente y emergente, en el que seguir jugando al fútbol sin preocuparse de las exigencias del primer nivel. Otros antes que él, decidieron en otros tiempos colgar las botas cuando sus estelas eran eternas. Otros dos mediocampistas, unidos por un banquillo, que dejaron ir la nostalgia y se propusieron abandonar la que había sido su casa y su camiseta durante muchas temporadas.
Guardiola, el predecesor
Josep Guardiola decidió irse sin hacer ruido. Casi como hizo años más tarde en su época de entrenador, el de Santpedor salió del refugio de su amado Camp Nou para vivir el fútbol de manera distinta, en distinto destino pero con idéntica ambición. El eterno ‘4’ culé abandonó el hogar para explorar por el mundo el deporte que tanto amaba y aprender de todos y cada uno de los que le acompañaron, las diferentes visiones del mismo giro del balón. Italia, Qatar y México pudieron ver en las botas de Guardiola, el símbolo mágico de quien ordenó el fútbol del Barcelona, primero desde el césped y más tarde desde el banquillo. Pep quería más que la visión del fútbol desde la costa de Barcelona y sus pasos le guiaron por los vestuarios de Brescia, Roma, Al-Ahli y Dorados para acabar, en México y junto a su querido Lillo, su carrera en el verde césped, con las botas puestas. Dejó el Barcelona a Xavi, con la vitola de que debía ser él quien recogiera el testigo, con la losa que para el hoy capitán blaugrana supuso. Hoy, es ese sucesor quien dice adiós.
Luis Enrique, irse para volver
Con ‘Lucho’ vuelven los paralelismos. Es cierto que el camino como futbolista del eterno ‘21’ blaugrana acabó en el césped de esta casa y que en el caso de Guardiola no fue así (al igual que en el de Xavi), pero Luis Enrique, querido por su afición hasta límites no entendidos, tras un sonadísimo traspaso desde su anterior club, el Real Madrid, fue tan traumático y sentido como los que más. El asturiano tocó la sensibilidad de cada culé haciendo gala de una pasión sobre el terreno de juego vital para la personalidad del equipo en una época en la que los títulos y los logros no estaban, como hoy, a la orden del día. Su guía, con el brazalete, y su esfuerzo hicieron a ese Barcelona los cimientos de lo que vendría pocos años después de su retirada. El jugador, que había pasado antes por Sporting de Gijón y Real Madrid, quiso que su casa fuera el Barça y así se le aceptó. Su calidad, arrojo y entrega fueron un estandarte en las ocho temporadas que comandó el juego de los blaugrana.
Hoy, míster de Xavi, con el que jugó en esos años, demuestra que la firme intención dl de Terrassa, volver a su casa un día, no sea tan extraña, habiéndose cumplido en los casos de Pep y ‘Lucho’ antes, ambos en clave triunfadora.
Hoy el día será de Xavi. De sus momentos, de sus últimos pases en Liga BBVA. De sus últimas miradas a un estadio lleno de “gent del Barça”, de su familia, de sus amigos, de muchos de sus entrenadores pasados, de muchos sentimientos encontrados… hoy, el maestro se despide. Aprenderá otra manera de mirar el fútbol, que no otro fútbol… pues ese solo es uno y él lo conoce bien. Esta vez sin tantos focos buscando sus “pelopinas”, sin tantos números y luchas. Hoy, el maestro volverá a ser nuevo en alguna parte. Se va, como otros antes, como él ahora… para poder volver a su casa, con su gente.