Además de todos los factores a favor fuera del terreno de juego, el Athletic contaba en sus filas con jugadores de gran renombre, el más destacado era el goleador Rafael Moreno, alias Pichichi, y otros dos futbolistas como Belauste y Sabino, los precursores de "la furia Roja" que nació en los Juegos Olímpicos de Amberes.
El Barcelona llevaba conquistados tres títulos y el Athletic con siete, llegaban a la final con ansias de ampliar su joven palmarés con el entonces mas prestigioso torneo del fútbol español.
El Barça por su parte, estaba construyendo una plantilla que sin saberlo le iba a dar muchos títulos en las siguientes temporadas. Abanderados con jugadores como Samitier, Alcántara y Zamora destacaba el telón de acero catalán formado por Coma y Galicia, su buen entendimiento y fuerza hacían de ellos un baluarte para un fútbol que carecía de jugadores de gran rendimiento. La medular la componían Torralba, Sancho y Samitier que en poco tiempo marcarían una época. Por otro lado, Vicenç Martínez era un grandísimo goleador y Sesúmaga que ya había ganado la Copa con el Arenas lo haría también con el Athletic mas adelante.
El desafortunado protagonista
Poco después del pitido inicial, al F.C.Barcelona se le pusieron las cosas muy pronto cuesta arriba, ya que unas manos dentro del área fueron señaladas por el colegiado del encuentro Bertrán de Lis.
Esta sería sin duda la jugada de la final y un punto de inflexión en el encuentro, además de uno de los errores arbitrales más escandalosos de la historia de nuestro querido balompié. Se produjo el lanzamiento y Zamora no pudo hacer nada para poder evitar el tanto, pero el colegiado Bertrán de Lis ordenó repetir el lanzamiento ya que un jugador del Athlétic entro en el área antes del golpeo del balón. La jugada no acabó aquí, ya que el colegiado ordenó repetir el lanzamiento pero en forma de libre directo y no como pena máxima por un error de apreciación del reglamento por parte del colegiado de la condienda.. El reglamento de entonces al igual que el de hoy en día. explica claramente que se debería repetir de la misma manera, con otra pena máxima.
Mas adelante, en la segunda parte, el Barcelona aprovechó la frustración vasca anotando dos goles por medio de Vicenç Martínez, al cabecear un centro de Miquel Plaza y unos minutos mas tarde, Paulino Alcántara remataría al fondo de la red un gran pase de Martínez para establecer el 2-0 definitivo.
Hasta los mejores se equivocan
El colegiado Bertrán de Lis, era considerado uno de los mejores árbitros de la época, reconoció haber errado clamorosamente y con ello decidió poner fin a su carrera arbitral.
Júbilo en Barcelona
El F.C.Barcelona celebró su título en la estación del norte de Barcelona donde se aglomeraron mas de seis mil personas en un estallido de júbilo que se repetiría frecuentemente en aquellos maravillosos años.