Messi contra el mundo. Lo intentaron los hombres de Valverde pero no pudo ser. El argentino está en uno de los mejores momentos de su carrera y ante eso poco pueden hacer el resto. Su comunión con Neymar y Suárez está más que consolidada (citen méritos de Luis Enrique y su cuerpo técnico en este apartado) y con ello sólo se puede ir a más. Se podrían citar mil claves tácticas de la final de la Copa del Rey, pero de todas ellas, seguro que novecientas noventa y nueve tendrían que ver con el mejor jugador del mundo.
Atracción
La marca individual sobre Messi y los constantes apoyos y coberturas cerca de él cada vez que intervenía ayudó al colectivo y potenció al individuo. Lo potenció por el hecho de ser el mejor y ser capaz de anotar con una muestra de genialidad su primer gol. Sobre su marca individual y atracción constante de mínimo tres marcas salieron beneficiados sus socios más asiduos: Rakitic para superar por dentro y Alves, variando los apoyos por dentro y fuera. Ambos se vieron liberados cada vez que recibieron para girar la orientación del juego o bien progresar por el mismo carril ya menos ocupado.
Con todo, a destacar los movimientos por delante del balón de Suárez sabiéndose en muchas acciones no llegar a ser el receptor y el ataque de espacios de Neymar en la otra parcela del juego. Los envíos diagonales a la espalda del lateral opuesto son ya una tónica para Leo, con Neymar o incluso las llegadas de Jordi Alba como principales beneficiados.
Piqué
El Barça atacó constantemente y con cierta estabilidad en campo rival y se vio algo asediado tras perder balón en campo propio. Ahí marcó diferencias Piqué, con una grandísima temporada a sus espaldas. Por su anticipación, capacidad de ir al corte y poderío en el juego aéreo. Alves y Alba vivieron incrustados en el ataque y pocas veces reequilibró el uno por el otro, así que la faena de Piqué y Mascherano creció por momentos.
La mejoría de Gerard es sin duda tras el momento del tridente ofensivo la mejor noticia para el club azulgrana. Han salido ganando por esto muchas bases del equipo, pero sobre todo Bravo y ter Stegen, seguros en las tres competiciones donde los de Luis Enrique han competido hasta el final.
Circulación
El Barça circuló el balón a una velocidad increíble. No solo destacaron los movimientos por delante del esférico, también lo fue la tensión de cada pase y la intención de cada apoyo. Ya fuese de progresión, continuidad o de ruptura, todo fue tan medido y a una velocidad tan alta que los jugadores de Valverde no hicieron más que verlas venir.
La contundencia de este equipo en los últimos metros y la creatividad de cada posesión cerca del área rival es incontestable. La magia de jugadores como Messi o Iniesta para ver el último pase, el golpeo de Rakitic, la manera de superar rivales mediante el envío de Busquets o el ataque de espacios de Suárez o Neymar son tantas de las cualidades que los azulgranas mostraron en una final donde fueron tremendamente superiores.