Pesadilla en la Costa del Sol

El 3 de diciembre de 2003 el Málaga infringió una gran goleada a los azulgranas, que aún estaban construyendo un equipo alrededor de un Ronaldinho que se perdió aquella cita.

Pesadilla en la Costa del Sol
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Por Isaac Fandos

El FC Barcelona naufragó en Málaga ante el equipo que por aquél entonces andaba liderado por Salva Ballesta y con Juande Ramos en el banquillo. Fue la primera manita que le endosaron al Barça con Rijkaard como entrenador.

Aquella fatídica tarde de diciembre, el Málaga formaba con: Calatayud; Fernando Sanz, Litos, Valcarce; Romero, Miguel Ángel, Insúa, Edgar, Duda; Salva. Mientras, los azulgranas alinearon a: Victor Valdés; Gabri, Mario, Cocu, Van Bronckhorst; Motta, Xavi, Quaresma, Luis García; Kluivert y Saviola.

Día mágico de Salva Ballesta que marcaría tres tantos

El conjunto malacitano no vencía al Barcelona en su feudo desde el año 1976, pero todo se les puso de cara al nada más empezar el encuentro. En el minuto 9: córner a favor del Barça, mal ejecutado por las azulgranas, contraataque de manual de los locales, Duda asiste a Salva Ballesta y el killer del Málaga marca el primero en un claro mano a mano. Mario, ex del Valladolid, debutaba en la zaga azulgrana, y volvió a fallar en el segundo tanto cuando Salva se le adelantó en un balón lateral para marcar el segundo en menos de quince minutos. Por si fuera poco, Calatayud se agigantó frente a Saviola y le sacó un mano a mano al conejo argentino.

En la segunda mitad se fraguó completamente el desastre. De nuevo Duda asistió a Salva para que el maño marcara su hattrick particular con una vaselina deliciosa a la que Valdés solo pudo mirar desde el suelo. Juande creyó conveniente que Salva se fuera del terreno de juego, y su sustituto, Diego Alonso, marcó el cuarto de los malacitanos al rematar otro centro lateral. Parecía que les fuera la vida en el encuentro, como si cada gol les acercará más aún a la final de una competición internacional, y alentados por su grada, logaron la manita con un gol de Canabal. Entre todo ello, Fernando Sanz se marcó en propia puerta un gol totalmente intrascendente. Un partido para olvidar para el actual entrenador del Barça, Luis Enrique, que aquél día estaba sobre el césped de La Rosaleda.

Fue una pesadilla en todo momento para los azulgranas, a los que el campo de la Costa del Sol se les hizo cuesta arriba desde el primer momento. Probablemente se acusaron las bajas de Puyol y Ronaldinho, pero igualmente la goleada fue demasiado contundente. Quizás también porque los de Frank Rijkaard estaban centrados en el partido de la próxima semana que les enfrentaba al Real Madrid. Aquél clásico lo ganaron los madridistas, que después perderían en el Bernabéu con el mítico gol de Xavi, y acabarían perdiendo la Liga al encadenar cinco derrotas en los cinco últimos encuentros ligueros.

No obstante, aquella temporada acabó con el Málaga en 10 posición, a sólo 3 puntos de los puestos europeos. Un lugar al que hubiera llegado si el Barcelona no se hubiera vengado en la segunda vuelta endosándoles un 3-0 con tantos de Luis García, Saviola y Cocu. Por su parte, los azulgranas acabaron segundos, a 5 puntos de un Valencia que ganó el título liguero de la mano de Rafa Benítez. Aquella temporada sería clave para el devenir de la historia culé, pues la llegada de un brasileño de sonrisa contagiosa llamado Ronaldinho cambiaría para siempre la historia del Barcelona.