Y tras 233 días el Barcelona se citó con la derrota. Treinta y nueve partidos sin perder que concluyeron con el clásico del pasado sábado en el Camp Nou. Una derrota justa, merecida, que se fraguó en los veinte minutos finales en los que el Real Madrid jugó como lo que es, el mejor club del siglo XX, y demostró que de tú a tú también se puede con este Barça que, tras lo ocurrido, parece que se haya abocado al fracaso, o lo que es lo mismo, a los absurdos cuentos de toda la vida.

El Barcelona perdió el partido porque en el fútbol, aunque los de Luis Enrique lleven meses demostrando lo contrario, no siempre se gana. ¿Las razones? Múltiples. Desde ser peor que tu rival, marcar menos goles que ellos o que ellos hagan más que tú. La derrota siempre está presente y caer no significa teñir el futuro de gris.

No hay dudas de que la posición del Barcelona es la soñada

Comenzando por la situación actual el Barcelona, como diría su expresidente Joan Laporta, debería de estar "tritranquilo". Y achacar esto a tres simples motivos podrían parecer hasta pocos. El barcelonismo está, tras perder el clásico en el Camp Nou, donde todos lo hubiesen deseado. 

El Barcelona continúa líder en la Liga a 6 y 7 puntos de Atlético y Real Madrid respectivamente

La razón más simple de todas se produce en el propio campeonato liguero. Tras ganar ambos partidos al segundo de la clasificación y estar a seis y siete puntos respectivamente de Atlético y Real Madrid en lo alto de la tabla, las opciones de que el Barcelona se proclame más tarde o más temprano campeón de Liga son exponencialmente enormes. A siete jornadas para el final, muy mal se tendrían que dar las cosas en el Camp Nou para que la etapa de Luis Enrique no continuara con la segunda Liga consecutiva, la cuarta de las últimas seis. Realidad.

Dejando la Liga y siguiendo en el panorama nacional el Barcelona tiene que jugar una final. La única que se juega en la Copa del Rey y que sólo la juegan dos equipos: FC Barcelona y Sevilla CF. Las opciones de título son altas, no se puede negar, y estas son al menos de un 50%. Sin dejar de lado la Copa del Rey y mirando el trofeo más prestigioso de cada año a nivel de clubes, el Barcelona disputa este martes los cuartos de final de la Champions aún con sus opciones intactas de volver a ganar el trofeo, algo que nadie ha hecho desde que se catalogara como Liga de Campeones a la extinta Copa de Europa. Un segundo triplete consecutivo aún es posible, pocos clubes en Europa pueden decir lo mismo y ninguno puede repetirlo.

Barcelona campeón de Europa en Berlín I Foto: Uefa.com
Barcelona campeón de Europa en Berlín I Foto: Uefa.com

Tras analizar la situación actual del club que preside Bartomeu, uno puede echar la vista al clásico del pasado sábado y ver el vaso desde lleno, hasta vacío o incluso con el liquido del color que le venga en gana. Interpretaciones libres y para todos los gustos.

El Barcelona no jugó bien. A pesar de ello, durante 64 minutos concedió un único tiro entre los tres palos a una delantera formada por Cristiano Ronaldo, Benzema o Gareth Bale. Hizo intervenir a Keylor Navas en dos situaciones claves -especialmente una ante Messi-, y se dio "el lujo" de mandar al limbo un remate a puerta vacía de los que Suárez no suele perdonar. Se puso por delante a menos de media hora del final y sólo tras el empate de Karim Benzema y la mejoría -el atrevimiento- de los de Zidane se mostró claramente inferior en los últimos veinte minutos. Hablar de baño, tras lo ocurrido, y tras haber visto en los últimos ocho años un 5-0, un 2-6 o un 0-4 parece una temeridad a la que se ha apuntado más de uno y para el barcelonismo esto debería de ser un lujo.

El Barcelona debe demostrar en el partido más importante de la primera semana de abril: el del martes

A fin de cuentas, la historia entre Real Madrid y Barcelona en el momento actual se asemeja a lo que se ha vivido de forma opuesta durante gran parte de la historia de los dos clubes. En la última década domina el que no lo hizo en el siglo XX. Por término medio, los títulos viajan a Barcelona. Las grandes goleadas las hacen los blaugranas y el conformismo con poco ha pasado a la capital de España. La historia ha dado la vuelta.

Llegar a estas conclusiones son los que deberían hacer olvidar el pesimismo a una afición que le cuesta pero va logrando quitárselo de encima. A nadie, o casi nadie, le abordó la tragedia tras perder la Copa en Valencia en el año 2011 y, tras aquello, todos saben como terminó la historia. Cabeza arriba, mirar hacia adelante y realmente rendir al mejor nivel en el partido más importante que habrá esta primera semana del mes de abril: la ida de los cuartos de final de la UEFA Champions League ante el Atlético de Madrid. Las valoraciones, al final.