FC Barcelona - Real Madrid: Ligas en 90 minutos

FC Barcelona y Real Madrid decidirán el desenlace de la Liga 2015/16 en los últimos 90 minutos de campeonato. En los anteriores precedentes los azulgranas se adjudicaron el título en tres ocasiones por tan solo una el eterno rival, tanto unos como otros se encuentran a un partido de la gloria.

FC Barcelona - Real Madrid: Ligas en 90 minutos
Foto: VAVEL
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Por Albert Artasona

Tan solo 90 minutos separan a Barça y Real Madrid de poder cantar el alirón liguero. Los hombres de Luis Enrique y los pupilos de Zinedine Zidane acarician el título a falta de una única jornada para finalizar la competición, una situación que se ha dado en diversas ocasiones las cuales repasamos a continuación.

El milagro de Tenerife

El elemento indispensable para que un milagro pueda llegar a producirse es la fe. La afición del FC Barcelona, señalada durante gran parte de su historia como una masa social pesimista y sufridora, no perdió la esperanza de que la temporada 1991/92 finalizara de manera exitosa para un equipo que había logrado poner fin a la hegemonía de “la quinta del buitre” la campaña anterior. El año no había empezado bien, la presencia de los azulgranas en la Copa de Europa después de varias temporadas de ausencia había provocado una dejadez en Liga que distanció al Barça del liderato en muchos puntos. El Real Madrid fue dueño y señor del campeonato durante gran parte del mismo, con un Radomir Antic al frente que no contentaba a los aficionados por su juego pero sí por los resultados.

A pesar de la inmejorable marcha del conjunto merengue, Ramón Mendoza decidió sustituir al técnico serbio por un viejo conocido del banquillo blanco. Leo Beenhakker tomó posesión del cargo a media campaña, ante el asombro de un Radomir Antic que nunca entendió el porqué de su despido. La llegada del entrenador holandés coincidió con el resurgir de un FC Barcelona que comenzó a recortar puntos con un Real Madrid que ya no demostraba la solidez de la primera vuelta, alcanzando las últimas jornadas de liga con una distancia mínima entre ambos equipos que pronosticaba un desenlace de la competición totalmente incierto.

Tras un toma y daca constante en lo más alto de la clasificación el campeón debería conocerse en el último encuentro de liga, una jornada apasionante donde los transistores estarían presentes tanto en Madrid como en Barcelona. Los hombres de Beenhakker dependían de sí mismos, pero debían viajar al Heliodoro Rodríguez López para enfrentarse a un Tenerife comandado desde el banquillo por un madridista de pro, Jorge Valdano. El Barça por su parte debía vencer en el Camp Nou a un flojo Athletic de Bilbao y esperar el tropiezo merengue en las islas.

Con la primera Champions League del club ya en el museo, llegó el colofón que convertía la temporada 1991/92 en la más exitosa de la historia azulgrana hasta ese momento. A pesar de que el conjunto blanco se adelantó en Tenerife con goles de Fernando Hierro y Gica Hagi, los locales le dieron la vuelta al partido con tantos de Quique Estebaranz, Ricardo Rocha en propia puerta y Pier, entregando en bandeja el título de Liga a un Barça que superó por 2 a 0 a unos leones poco entonados. La fe mueve montañas, y aquella temporada consiguió que una competición que parecía perdida a media campaña fuera recordada como una de las más celebradas por los aficionados barcelonistas.

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El talismán de las “Islas Afortunadas”

Desde el mismo instante en que el CD Tenerife le arrebató una Liga al Real Madrid para entregársela al Barça, el equipo canario se convirtió en el club de los amores de cualquier seguidor azulgrana. Nada más conocerse el calendario de la Liga 1992/93, un dato llamó la atención de la prensa nacional, la última jornada de campeonato volvía a deparar un duelo entre chicharreros y merengues en las islas, el morbo estaba servido de cara al final de campaña.

A diferencia de lo ocurrido en el año anterior, Barça y Madrid mantuvieron un duelo en lo alto de la tabla desde el primer día de competición. Después de que ambos equipos alternaran el liderato en diversas ocasiones se alcanzaron la últimas jornadas de liga con una tremenda igualdad, un factor que convertía la posibilidad de que el Tenerife volviera a resultar juez del campeonato en algo realmente factible. Así fue, de nuevo el desenlace de la liga se viviría en las “Islas Afortunadas”, un lugar de infausto recuerdo para un conjunto merengue que debería enfrentarse cara a cara con el fantasma de lo acontecido un año atrás.

Mismo escenario y mismas condiciones, el Real Madrid volvía a depender de sí mismo y el FC Barcelona debía esperar el mismo milagro que la temporada anterior, además de superar en esta ocasión a la Real Sociedad. El Barça volvió a cumplir con su cometido, vencer su encuentro y esperar acontecimientos en Canarias, donde de nuevo volvió a producirse el milagro que decantó la balanza del lado barcelonista. En esta ocasión todo fue mucho menos ajustado, el Tenerife de Jorge Valdano había crecido a pasos agigantados en un año, había logrado pasaporte para disputar la antigua Copa de la UEFA y se consolidaba como una de los equipos más fiables actuando como local.

A pesar de lo que se jugaba el Real Madrid, los blancos no lograron imponer su juego en ninguna fase del encuentro. Dertycia y “Chano” colocaron el 2 a 0 en el marcador antes de que se llegara al descanso, un resultado que ponía muy cuesta arriba la liga para un equipo madrileño que no dio ningún ápice de rebeldía ya fuera por impotencia o por apatía. Por segundo año consecutivo el CD Tenerife regaló una Liga de infarto a un Barça abonado a las emociones fuertes, capaz de encomendar sus éxitos a terceros y de salir vencedor ante tal riesgo, entregado a su suerte y al talismán de las Islas Afortunadas.

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El triunfo en Tarragona no fue suficiente

Más de una década después del último precedente, Barça y Real Madrid volvían a jugarse una liga en la última jornada de campeonato. En esta ocasión existía un intercambio de papeles respecto a las famosas ligas de Tenerife, esta vez los azulgranas debían afrontar el último partido como visitantes mientras que los blancos dependían de nuevo de sí mismos pero ante su público. Los imperdonables tropiezos sufridos por el FC Barcelona frente al Betis con el gol de Rafael Sóbis, y ante el RCD Espanyol, con gol de Tamudo, obligaban a los hombres de Frank Rijkaard a esperar el traspiés de un Real Madrid que ya acariciaba el trofeo.

En la última jornada, un Nàstic de Tarragona ya descendido recibiría la visita de un Barça obligado a ganar, y el Mallorca visitaría el Santiago Bernabéu como invitado de piedra a lo que debía ser un auténtico festejo blanco. A pesar de que la lógica convertía al Real Madrid en el claro favorito para alzarse con el campeonato, la idea de que el conjunto balear lograse sacar algo positivo del coliseo madridista no resultaba descabellada. Tanto merengues como azulgranas habían mostrado una irregularidad desmesurada a lo largo de toda la competición, con más de una derrota como local que provocaba una cierta inseguridad en el Real Madrid.

El Barça dejó visto para sentencia su duelo antes del descanso, con un 0 a 3 que permitía a los jugadores barcelonistas estar pendientes de las noticias que llegaban de la capital. En el Bernabéu todo fue distinto, un gol del exbético Fernando Varela enviaba a ambos equipos al descanso con un resultado de 0 a 1, una derrota momentánea de los hombres de Fabio Capello que provocaba pánico entra el aficionado merengue y que mantenía las esperanzas de la masa social culé.

En la segunda mitad el sueño azulgrana se desvaneció, dos goles de José Antonio Reyes y uno de Mahamadou Diarra consumaron una remontada que coronó al Real Madrid como campeón de Liga 2006/07, mientras que el 1 a 5 que finalmente cosechó el FC Barcelona en Tarragona no sirvió de consuelo en una aciaga noche para el barcelonismo.

La Liga de los 99 puntos

El último precedente en que Barça y Real Madrid se han jugado una liga en tan solo 90 minutos data de la temporada 2009/10. Tras la majestuosa primera campaña de Pep Guardiola al frente del FC Barcelona Florentino Pérez intentó frenar los éxitos azulgranas con la llegada a la casa blanca de jugadores como Karim Benzema, Kaka y Cristiano Ronaldo, un brutal desembolso económico que no sirvió para que el equipo merengue sumara ningún título aquella temporada pero sí para discutirle la liga al Barça.

La abismal distancia entre las dos grandes potencias del fútbol español y los demás equipos quedó en evidencia aquel año, las puntuaciones finales de ambos rozaron los 100 puntos, concretamente 99 los barcelonistas por 96 los madrileños. La liga de dos lo fue de principio a fin, con diferencias mínimas entre ambos conjuntos que provocó que se alcanzara la última jornada de competición con el Barça en cabeza a un solo punto de ventaja de su rival. La emoción estaba servida, pero a pesar de que en el fútbol todo es posible los dos partidos que debían decidir la liga convertían a los culés en claros favoritos al título.

El Real Madrid debía visitar La Rosaleda, una difícil plaza donde lidiar con un rival correoso, mientras que el FC Barcelona recibía la visita de un Valladolid que se jugaba la permanencia. A pesar de que el equipo de Clemente debía buscar algún punto ya que le iba la vida en ello, pocos eran los que confiaban en el tropiezo blaugrana, un rodillo futbolístico que tenía la oportunidad de conquistar un nuevo título de liga ante su afición. Lo cierto es que la emoción duró poco, a pesar de un inicio algo dubitativo de los de Guardiola el marcador reflejaba un tranquilizador 2 a 0 en el descanso, un resultado que añadido a las tablas que se estaban dando en Málaga no dejaba lugar a duda respecto al desenlace de la competición.

Sin que existiera un giro radical en los acontecimientos el Barça acabó goleando al Valladolid por 4 a 0, mientras que los hombres de Manuel Pellegrini no pasaron del empate a uno en La Rosaleda. La liga fue culé por segundo año consecutivo, una temporada de máxima igualdad en la competición que premia la regularidad que a pesar de mostrar su desenlace sobre la bocina acabó quedándose en la Ciudad Condal.