En un campo de fútbol hay 22 jugadores, pero solamente 20 de campo. Los dos restantes son los que van vestidos diferentes, los que pueden coger el balón con las manos, los porteros. Esa posición que puede ser tan determinante. Esa posición que te puede convertir en un héroe o un villano por cuestión de centímetros. Esa posición que evidencia tus fallos, ya que estos significan un gol en la mayoría de las veces.

En casi todos los equipos de fútbol, el portero se limita a intentar parar los balones que le envía hacia su portería el equipo contrario. Pero en el Barça no. En el Barça, el portero se transforma en un tercer central cuando el equipo ataca, y vuelve a su apariencia de portero cuando el equipo defiende. En el Barça, el portero es el que inicia el juego, es un organizador más, es prácticamente otro jugador de campo. Por eso, la portería del club azulgrana es una de las porterías más exigentes de Europa.

De los tres mejores porteros de toda la historia del Barça, Valdés, Zubizarreta y Ramallets, solamente uno terminó su carrera futbolística en el club catalán, el tercero. Esto demuestra mucho de la presión a la que está sometido en cada partido el guardameta del conjunto culé. Además de ser otro jugador de campo, tiene que estar atento durante todo el partido, en el cual tal vez solo le chuten un par de veces, pero las tiene que parar sí o sí. Si no es así, las críticas acechan, y no suelen ser muy agradables.

Por eso se elogió tanto a Zubizarreta al ver el resultado que dieron en su primera temporada los dos arqueros que trajo él como director técnico. Tanto Bravo como Ter Stegen entendieron perfectamente su rol dentro del campo, entendieron perfectamente qué tenía que hacer un portero del Barça.

Ter Stegen y Claudio Bravo, en un entrenamiento de esta temporada | Foto: Ernesto Aradilla - VAVEL
Ter Stegen y Claudio Bravo, en un entrenamiento de esta temporada | Foto: Ernesto Aradilla - VAVEL

Pero ellos mismos, al ver la gran temporada que hicieron, reclamaron más minutos. Los dos lo quieren jugar todo, no están satisfechos jugando solo una parte de la temporada, jugando solo una o dos competiciones. Y este es el debate que viene sobrevolando el Camp Nou estas dos temporadas, y más aún tras las visitas del chileno y el alemán a las oficinas del club para dejar claro que están dispuestos a salir si no tienen los minutos deseados.

En la Supercopa de España jugó Bravo los 180 minutos, aunque no es un ejemplo muy útil. Claudio solo demostró estar por encima de Masip en la escalera de Luis Enrique, ya que Ter Stegen no estuvo disponible al estar lesionado. En la primera jornada de Liga pasará lo mismo, el duelo será entre Bravo y Masip, que sobre el papel ganará el exarquero de la Real Sociedad.

Claudio Bravo y Jordi Masip haciendo ejercicios de calentamiento | Foto: Ernesto Aradilla - VAVEL
Claudio Bravo y Jordi Masip haciendo ejercicios de calentamiento | Foto: Ernesto Aradilla - VAVEL

El debate y la decisión final vendrá después de este partido. Ter Stegen ya estará recuperado, y Bravo tendrá que decidir. Parece ser que el Manchester City está muy interesado en hacerse con los servicios del chileno, algo que el propio jugador no vería con malos ojos. La decisión de Bravo condicionará, o no, la de Luis Enrique. Lo que sí parece claro es que lo mejor para todas las partes es que este debate se termine pronto, ya signifique una salida, un fichaje nuevo, o quedar tal como estaban los dos años anteriores.

Mientras, Masip sigue a lo suyo. El catalán sigue trabajando a destajo y en la sombra de los dos teóricos porteros titulares para ganarse su oportunidad y, si llega, hacerlo lo mejor posible. Todos los entrenadores coinciden en señalar que la competencia es un factor muy positivo en un equipo, pero llega un momento que tanta competencia explota. Y esto parece que ha ocurrido, ocurre o ocurrirá en can Barça.