El Barcelona perdió anoche su segundo partido de la temporada, en el que un Osasuna guerrillero se impuso en casa 3-2. Un auténtico mérito el del equipo rojillo, no solo por lo que supone ganarle al actual campeón de Liga –solo lo había conseguido el Getafe- sino por haber logrado endosarle tres tantos, y es que los azulgranas no encajaban tres o más goles en Liga desde el 10 de mayo de 2009.

Se jugaba la jornada 35 y, al contrario de lo que sucedía anoche, era el Barcelona el que aventajaba en siete puntos al Real Madrid. En aquella ocasión fue el Villarreal, entonces entrenado por Manuel Pellegrini, el que sacó un empate del Camp Nou que sirvió para retrasar el alirón del Barça, que acabaría proclamándose campeón de Liga en la primera temporada de Guardiola en el banquillo azulgrana.

El encuentro, que contó con la misma defensa de anoche -Valdés, Alves, Piqué, Puyol y Abidal- se caracterizó por el habitual dominio blaugrana, equipo liderado por Eto’o, Messi e Iniesta, y esa superioridad enseguida se transformó en goles. Keita abrió la lata en el minuto 11, pero Joseba Llorente hizo el empate apenas 10 minutos más tarde.

No obstante, Eto’o, a pase de Iniesta, y Alves, de falta, dejaron el choque más que encarrilado antes del descanso, con un luminoso que reflejaba el 3-1 y una grada deseosa de poder celebrar el título liguero. Nada más lejos de la realidad, ya que en la segunda mitad, los de Pellegrini –con las bajas de Cazorla y Senna-, que se jugaban el acceso a la Champions, salieron a por todas y dieron la vuelta al marcador en los últimos 15 minutos de juego.

El Villarreal atrasa el alirón

Matías Fernández recortó distancias de penalti -Abidal fue expulsado en esa acción-, y Llorente se convirtió en el protagonista del ‘submarino amarillo’ al empatar 3-3 en el minuto 92, un tanto que enmudeció al Camp Nou, que durante todo el partido celebró la consecución de la Liga, que se les había resistido las dos anteriores temporadas.

Curiosamente, fue el propio Villarreal el que propició el alirón azulgrana tan solo una semana después, al imponerse 3-2 al Real Madrid y convertir al Barcelona en campeón de forma matemática –ocho puntos de ventaja a falta de dos jornadas-, a pesar de que los de Pep perdieron ante el Mallorca.

Asimismo, tal y como sucederá el próximo mes de mayo, durante aquel encuentro ante el Villarreal el Barcelona pensaba ya en la final de Copa del Rey, que jugarían apenas tres días más tarde frente al Athletic, y que los azulgranas acabarían conquistando en un año para el recuerdo, el de las seis copas.

Pérdida de solidez defensiva

Que en prácticamente tres años solo dos equipos hayan conseguido hacerle tres goles al Barcelona en un mismo partido de Liga dice mucho del trabajo colectivo y de la defensa; una zaga que ha estado bien resguardada por la considerada por muchos como la mejor pareja de centrales del mundo: Piqué y Puyol.

Sobra nombrar la importancia que el capitán tiene en este grupo. Puyol es un seguro, como así lo demuestran los números del equipo cuando él juega. De hecho, con el 'tiburón' en el campo, el Barça no perdía desde semifinales de Champions ante el Inter de Mourinho, en 2010.

Sin embargo, por una razón u otra, lo cierto es que este Barça empieza a acumular datos negativos, como lo sigue siendo el que se le están atragantando las salidas como nunca, y ya van 16 puntos perdidos lejos del Camp Nou. 

El cansancio, las bajas y el llevar cuatro años compitiendo al máximo nivel empiezan a hacer mella en un equipo que, hasta hace apenas unos meses, era el "invencible".