El Barcelona acomodó al Bayern a su ritmo. El equipo alemán estaba aún asustado con lo que le ocurrió en el Camp Nou y el conjunto azulgrana se encargó de demostrarle de qué era capaz sacando un once con capacidad ofensiva. Se enfrentaban en la vuelta de cuartos de la Champions League, un partido en el que el Bayern tenía que marcar cinco goles sin encajar ninguno para pasar a la siguiente ronda. Sin embargo, el Barça no se dejó intimidar por la presión, que no fue demasiada, que ejercieron los alemanes y todo acabó en un empate con goles de Ribéry y Keita.

El maliense marcó cuando su equipo estaba siendo derrotado, culminando con un fuerte disparo desde fuera del área una gran jugada colectiva. El FC Barcelona fue fiel a su estilo en el Allianz Arena y es una de las causas de que esté entre los cuatro primeros equipos de Europa. En ningún momento renunció a marcar y el gol de Keita enterró al Bayern, que ya lo tenía imposible. Por su parte, Ribéry marcó nada más comenzar la segunda parte, al recibir un buen pase en profundidad, aguantar a Valdés, que no salió a recibirle, y batirle.

El Barcelona se mantuvo presionando arriba, no se cerró e intentó agrandar la diferencia con el equipo alemán. Mientras, el Bayern, al principio de la primera parte sobre todo, se dedicó a juntarse en su campo para no encajar el temido gol azulgrana. El conjunto bávaro no hizo bien al jugar más individualmente que en jugadas colectivas. Jugo a golpes individuales y eso le penalizó mucho. El conjunto culé, sin embargo, con Puyol y Piqué llevando a los laterales a unos metros del medio campo y Messi e Iniesta creando el fútbol más arriba, no tuvo nada que temer. Más bien al contrario, cuando encajaron el gol, se picaron y al final consiguieron, mediante Keita, matar al enemigo.

Tito sustituye a Guardiola

El primer entrenador de aquel Barça, Pep Guardiola, estaba sancionado, exiliado a la Tribuna, tras ver una roja por protestar un penalti a Messi en la ida. Tito Vilanova, el segundo y buen amigo del técnico, se hizo cargo del equipo durante su ausencia.

El conjunto azulgrana hizo valer los 4 goles marcados en el Camp Nou durante el partido de la ida y entraron en su 11ª semifinal de la Liga de Campeones. Hasta entonces habían ganado 5 veces y caído otras 5, de manera que desnivelarían ese año las estadísticas. La última vez que habían caído derrotados fue ante el Manchester United en el año anterior, en 2008.

El Bayern no logró de esa manera conseguir la ansiada remontada, aunque tuteó durante la mayor parte del encuentro a un Barça liderado por Messi, que estaba acompañado por Eto’o e Iniesta en la delantera del campo. Dos goles anularon al equipo alemán por fuera de juego, dos goles que podrían haber resultado en un final diferente con otro clasificado para semifinales. Pero el fútbol es el fútbol y el todo quiso que el árbitro viera esos dos fueras de juego que invalidaban los tantos del Bayern.

El fin de semana anterior había sido marcado por los arbitrajes para el Barcelona y en este encuentro el colegiado italiano Rosetti pasó por alto dos posibles penaltis, uno en cada área. Además, los jugadores culés, así como el técnico Vilanova, le recriminaron un exceso de manga ancha con los anfitriones y también que se volvía rígido cuando había un azulgrana de por medio.

En definitiva, no fue un partido con mucha historia en el terreno de juego. El Barcelona llegaba con un colchón de 4 goles y el Bayern no consiguió afinar en la primera parte, por lo que no hubo más peligro.

Bajas de los equipos

¿Qué hubiera pasado si el equipo alemán hubiera contado con Lahm y Lucio (lesionados) en la ida en Barcelona? Durante la vuelta faltaron también Klose y los también lesionados Schweinsteiger, Podolski y Oddo, aunque no se notaron igual. ¿Hubiera cambiado algo si estos jugadores hubieran estado disponibles? No lo sabremos, porque esto es fútbol y la suerte es uno de los factores que hacen que un equipo gane o pierda, además, obviamente, de su capacidad de juego.

Sin embargo, aun con las bajas, el Bayern hizo frente al Barça durante la vuelta, que nada se pareció a la primera parte de la ida, en la que el conjunto azulgrana campaba a sus anchas por el terreno de juego. En general, se vio otro Bayern, aún inferior al Barcelona, pero menos.

En el conjunto culé, Guardiola sacó a todo lo que tenía, guardándose únicamente a Henry, que estaba tocado. Su lugar lo ocupó Keita, mientras que Iniesta jugó más adelantado y el descarte fue Bojan.

En el terreno de juego, Touré dio el susto en el minuto 15, cuando se hizo daño en la pierna derecha tras una entrada a destiempo de Toni, pero pudo seguir jugando y terminó el partido sin problemas.

Fotos: UEFA y Marca.