El Bayern de Múnich pasa por encima de un FC Barcelona que, fiel a su estilo de juego, no consiguió lograr esa imaginación necesaria a partir de tres cuartos de campo para alertar a los defensas bávaros. Las llegadas de los alemanes fueron constantes durante los noventa minutos y fruto de ello fue una goleada histórica que será difícil de olvidar para ambos lados. Los de Tito Vilanova se despiden (aún teniendo el partido de vuelta la próxima semana) de una Champions donde no lograron superar ninguna fase eliminatoria con claridad, mostrando grandes problemas en las facetas defensivas y también en la ofensiva. 

Posesión azulgrana, peligro alemán

Los primeros minutos fueron de dominio azulgrana en términos de posesión pero no de peligro. De ese mismo guión tomó forma el resto de la primera parte, donde un Bayern de Múnich muy serio atrás sabía cómo conseguir que las posesiones del FC Barcelona pasaran por ser estériles y de esta forma no crear ningún aviso claro a la meta de Neuer. Ya en el minuto dos avisaba Robben que, tras recortar bien a Alba dentro del área, obligaba a Valdés a realizar una parada de auténtico mérito. Ya en el minuto trece de partido se pidió por parte de los de Heynckes un penalty por mano de Piqué tras un disparo lejano de Philipp Lahm, demostrando el lateral derecho que es de los que mejor balance ofensivo-defensivo sabe hacer entre los de su posición. 

Un gran planteamiento de Heynckes noqueó a los de Tito Vilanova

Gómez era quien tapaba la salida de balón presionando a Sergio Busquets y Schweinsteiger, Javi Martínez y Müller intercambiaban posesiones para intentar que el esférico no llegara a los dominios de Messi con metros por delante. Esa presión adelantada obligó una y otra vez al Barça a intentar jugar directo mediante desplazamientos largos que no encontraban destinatario y que lograba de esa forma que la posesión acabara otra vez en los pies de los alemanes. Un Javi Martínez imperial en el centro del campo, recorriendo muchos metros y sabiendo batallar en todo momento, se convertía en una pieza clave para un Bayern de Múnich que sabía cómo llegar a portería desde la banda derecha donde Robben superaba con facilidad a Jordi Alba.

Müller adelantó a los suyos en el minuto 24 de partido

No fue hasta el minuto veinticuatro cuando, tras un centro de Robben, Dante dejaba el balón muerto en el área pequeña y éste era rematado por Müller a escasos metros de la línea de gol. El disparo, efectivo, era difícil de parar a un Valdés que se había quedado a media salida. Los azulgranas sufrieron a balón parado ante un equipo que llegaba constantemente y sacaba siempre rendimiento de cada jugada ofensiva, ya fuera a balón parado o con un intento a puerta. 

Una segunda parte de ensueño para el Bayern 

Los segundos cuarenta y cinco minutos se esperaban como un previo aviso de lo que podría suceder en el Camp Nou. Un FC Barcelona con una reacción positiva tras el descanso ante un Bayern que, fiel también a su guión de partido y planteamiento táctico, buscaría crear peligro en las acciones de contragolpe. El resultado, sin embargo, no fue el esperado. Mario Gómez, en el minuto 48 y tras una jugada donde se pidió un posible fuera de juego, ponía el 2-0 en el marcador y hundía más a un Barcelona tan inofensivo como desesperado. 

Mario Gómez puso el 2-0 en el marcador y Robben el 3-0 

El balance ofensivo-defensivo del equipo germano era cada vez más efectivo e incluso Gómez realizaba tareas defensivas en campo propio, lo que hablaba mucho de lo bien que físicamente se presentaba este equipo a la eliminatoria. Recién ganador de la Bundesliga, veía como el considerado mejor equipo de los últimos años se convertía cada vez más en una víctima perfecta para enlazar otra goleada de las que están empezando a estar acostumbrados en su propia liga. Con un juego más calmado por parte de los azulgranas pero sin ningún tipo de amplitud ni profundidad, fue Robben quien, aprovechando un gran contraataque iniciado por Ribery (quien, al empezar la jugada, se deshacía con un gran gesto técnico de Messi) y un golpe de Müller a Jordi Alba taponando la acción defensiva de éste, ponía el 3-0 en el marcador.

Müller firmó su doblete en el 82 y hundió aún más a los azulgranas

No satisfecho por su partido realizado, Müller (quien se destapó como un jugador contextual total con una auténtica exhibición en el terreno de juego) puso el definitivo 4-0 y firmaba de esta forma la venganza más esperada por un club que aún no olvidaba el 4-0 que sufrió en el Camp Nou la temporada 2008-09, aquella donde los azulgranas consiguieron el Triplete. Ese Triplete, ahora, sigue siendo una posibilidad para el equipo germano en un año donde se han mostrado infinitamente superiores en muchos de los encuentros que ha disputado. 

Tito Vilanova fue uno de los grandes perdedores de un partido en el que se notó superado. Con el equipo hundido, su toma de decisiones fue más bien escasa y las reacciones de los suyos fueron pasivas ante un rodillo como es el equipo de Heynckes. No fue hasta el 83 cuando se decidió a dar entrada a David Villa cuando el marcador ya mostraba un contundente e histórico 4-0. Un partido donde, sumadas ocho Champions League entre ambas entidades, no tuvo ningún color de principio fin. Se firma de esta forma una de las noches más amargas del barcelonismo en sus más de cien años de historia, quizá porque ésta sí, parece ser, haya sido la que ha marcado el fin de un ciclo que parecía tener aún cuerda.