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El proyecto de Molina ya carbura, en casa

El Getafe B comienza a afianzarse en la categoría de bronce gracias al buen nivel mostrado en los partidos como local. Cuatro victorias en los cinco últimos partidos en Getafe demuestran que el esquema de Molina empieza a dar sus primeros frutos. Por el contrario, el filial cuenta por derrotas sus tres últimas salidas.

El proyecto de Molina ya carbura, en casa
Imagen del Getafe B celebrando un gol frente al Bilbao Athletic. (Foto: Bea Cobos | VAVEL).
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Por Sergio de Acuña

Eran previstas las dificultades que tendrían los filiales del Grupo II de la Segunda División B, en dar una buena imagen en la competición liguera. La clasificación destapa numerosos equipos con larga experiencia en la categoría y notable fuerza entre sus filas, que no quieren empeorar su imagen de cara a los filiales de clubes de Primera División.

El Getafe B, además de llevar la carga de equipo joven e inexperto como normalmente son los filiales, encaró esta temporada con sustanciosos cambios en la estructura del club. Las bajas fueron una constante a lo largo de verano, llegando al punto que de la plantilla de la pasada temporada apenas sobreviven tres futbolistas (Manu Torres, José Ruiz y Jorge Félix). Los traspasos de hombres importantes como lo eran Samu, Diego Benito o Arturo, descolocaron en gran medida al aficionado getafense quien se disponía a animar durante una temporada a un equipo casi diferente. La ausencia más preocupante vino desde el banquillo, donde Emilio Ferreras, quien ascendió al equipo a la categoría de bronce, abandonó el barco azulón dejando su puesto a un ilusionado Molina.

Para suplir estas clamorosas bajas, la entidad madrileña comenzó un proceso de fichajes basado en la juventud, la búsqueda de calidad y el apoyo en las categorías inferiores. Gracias a este propósito, se ha establecido una plantilla muy joven (una media de edad de tan solo 21 años), con varios jugadores llegados desde el juvenil como Hugo, Ivi o Carlos Vigaray (piezas de gran importancia en la plantilla) y hombres de sobresaliente calidad demostrada en sus clubes de procedencia (Alex Felip en el Castellón, Grande en el Albacete o Dani Hernández en el Zamora).

Los inicios fueron duros, es de destacar sobre todos los datos el mal funcionamiento del equipo como local. El Getafe B no logró sumar tres puntos en casa hasta llegada la jornada diez. La plantilla en exceso joven y con la pretemporada poco rodada, demostró serias dudas en cuanto al posicionamiento sobre el césped. La debilidad defensiva era clamorosa y las dificultades para llegar a la portería contraria se hacían constantes en los primeros encuentros.

La marca del filial azulón es lo único que ha mantenido permanente desde el inicio de Liga. Molina ha persistido en su idea del juego de toque, ideado desde la medular para fluir tanto por banda como por el interior del campo. En el primer partido de Liga, el Sestao – Getafe B (saldado con un 1 – 1), los azulones sorprendieron llevando a cabo un futbol maduro en la medular, con la fuerza de Felip en el mediocentro defensivo y aprovechando la movilidad de Jorge Félix y Jorge Sáez. El trivote parecía ser la pieza clave del equipo, pero el paso de las jornadas y las dificultades ante rivales más experimentados, terminaron por hacer cambiar este trío medular hacia una pareja de mediocampistas más habitual del fútbol español.

Preocupantes fueron las nueve primeras jornadas. El filial azulón tan solo ganó un partido (frente al R. Madrid C), y la Ciudad Deportiva de Getafe aún no veía a los suyos salir con los tres puntos bajo el brazo. Las posiciones peligrosas de la tabla quemaban los pies de los jugadores, jugadores que achacaban falta de constancia y de “oficio” ante rivales que jugaban en ocasiones peor, pero que aprovechaban la debilidad ofensiva del equipo.

Largo fue el tiempo que Molina tardó en dar con la tecla necesaria para cambiar la dinámica del equipo. El escenario que supuso un punto de inflexión para el filial azulón fue el Coliseum Alfonso Pérez. Estadio que albergó la primera victoria del Getafe B como local y que marcó el inicio de una racha de buenas sensaciones en casa que perdura hasta la actualidad.

Punto de inflexión en el Coliseum

El Getafe B – Bilbao Athletic, dio entrada a la pauta a seguir en posteriores alineaciones. Un centro del campo formado por Ramón Arcas y Alex Felip, juego en bandas protagonizado por Ivi y Dani Hernández y Hugo afianzado en la punta de ataque. Este primer partido de la temporada jugado en el campo de los “mayores” concluyó con un 2-1 a favor gracias a los tantos de Hugo y Dani Hernández.

Tras este encuentro, la cara del Getafe B cambió en gran medida. La solvencia defensiva dejó de ser un problema gracias a las excepcionales actuaciones de los centrales (Manu Torres y Ricardo) y el buen estado de forma de los laterales (Vigaray y Forniés). El juego de toque siguió permaneciendo como sello indiscutible del equipo y las sorpresas de los jóvenes Hugo e Ivi, quienes explotaron como fundamentales en facetas ofensivas., demostraron que el gol ya no era un problema para la escuadra (trece goles en los últimos ocho partidos).

Ahora el Getafe B no es una víctima reconocida como local. Contando con el gran partido frente al Bilbao Athletic, los de Molina acumulan un total de cuatro victorias en los últimos cinco partidos jugados en casa, de los cuales tres de ellos han sido disputados en el Coliseum Alfonso Pérez. Las victorias frente a Puerta Bonita, Peña Sport y Conquense demuestran que el equipo de Molina logra poco a poco afianzarse en la categoría de bronce. Ello se traduce en la tabla con un meritorio 12ª puesto y ser el primer filial madrileño de la tabla, adelantando a R. Madrid C y Atlético de Madrid B.

Pese a estas buenas sensaciones mostradas como local, el Getafe B no deja la misma alegría en los partidos fuera de casa. El filial getafense encadena tres derrotas consecutivas en las últimas salidas (Fuenlabrada, Leganés y Laudio), resultados que suponen duros mazazos a una plantilla joven que es ambiciosa y quiere ir a más con el paso de las jornadas.

Los comienzos de temporada son siempre difíciles para los filiales. El lento transcurso en el acondicionamiento de una plantilla inexperta y sin conocerse de temporadas anteriores, conlleva que las buenas sensaciones se hagan esperar en la temporada. Actualmente, el Getafe B está dejando alegrías como local, y destellos del "Proyecto Molina", un proyecto que cuando termine de formarse, dará mucho que hablar en la Segunda División B.

Foto: Apo Caballero.