El primer giro de la competición ha llegado a su fin. Los equipos han tenido tiempo más que suficiente para engrasar la maquinaria de cara a un segundo round en el que debe mejorar o continuar una senda iniciada allá por el mes de agosto. Con 20 jornadas ya disputadas, el segundo encuentro de la segunda vuelta enfrenta a dos equipos con necesidades.
El Cerro del Espino acogerá este domingo uno de los duelos más atractivos del fin de semana en la categoría de bronce del fútbol español. Atlético de Madrid B y Getafe B no han obtenido los resultados esperados y tienen en este choque la oportunidad perfecta para coger impulso y abandonar unos puestos que no corresponden en absoluto con el objetivo marcado por los conjuntos.
Hambre y necesidad
Las posiciones de abajo queman, bien lo sabe todo el mundo y más si el objetivo propuesto a principio de temporada se aleja mucho de la realidad que Atleti y Getafe vislumbran hoy en día. Al filial azulón ya se le empiezan a quemar los pies, cuartos por la cola y con una crisis de resultados muy acentuada mientras que, el Atlético de Madrid convence con su juego pero no termina de dar el fruto que merece ocupando la 14ª plaza un punto por encima del equipo azulón.
Por tanto, y vista la situación en la tabla, una victoria se antoja vital para el devenir de la temporada, sobre todo para una moral más mermada en el equipo azul tras la dolorosa derrota frente al Sestao por 0-3. Los de Santaelena por su parte, esperan al ‘Geta’ después de haber jugado frente al otro filial de la Comunidad, el Real Madrid C a quien consiguió arañar un punto en su visita a Valdebebas.
Héctor y Hugo, clave de gol
El fútbol es gol y no cabe duda alguna que Getafe y Atlético de Madrid tienen encomendada esta misión a Héctor y Hugo. El primero, canario de nacimiento, ya ha podido jugar con el Atlético de Madrid en Copa del Rey y ya sabe lo que es anotar un gol a las órdenes de Diego Pablo Simeone. Pero, si hablamos de Héctor y Getafe, lo primero que se viene a la mente son los diez minutos que hizo frente al equipo azulón en la primera vuelta. Diez minutos, tres goles y una ovación del público de Getafe ante la exhibición del ariete rojiblanco.
Por su parte Hugo Sánchez, estandarte de la cantera azulona ha pisado con fuerza en este primer año en la categoría de bronce del fútbol español. La lucha, la verticalidad y la presión que ejerce sobre la zaga rival son quizás las tres cualidades que mejor definen al madrileño. Siete goles es el bagaje del punta que no pudo estrenar el año haciendo lo que más le gusta por centímetros en el encuentro frente al Sestao.
Fuga de cerebros
Vicente y Arcas serán los encargados de hilvanar el juego del equipo. El canario es el capitán de la nave y, a sus 24 años se ha hecho un fijo en el esquema rojiblanco siendo una extensión del mister dentro del campo. Piensa, la mueve, aparentemente fácil pese a que ni mucho menos lo es y, además destruye el juego rival. Un todoterreno que se verá las caras con Ramón Arcas. Titubeante los primeros partidos, ha conseguido a base de trabajo convencer a Molina y sobre todo, hacer que se le eche de menos como ocurrió e el partido frente al Sestao.
En estos dos hombres están depositadas todas las esperanzas de dominar el juego en unp artido en el que los errores penalizarán más de lo normal. La tensión del choque pondrá a prueba a los medios, que tratarán de hacer lo más cómoda y fructífera posible la transición de juego que bombeará de balones tanto a Héctor como a Hugo Sánchez.
Héctor se bastó para doblegar al Getafe
En la ida, el primero de los encuentros de liga en tierra getafense supuso un escaparate más que brillante para un jugador de tan sólo 17 años que había aterrizado hacía pocas semanas en el ejército rojiblanco. Con un resultado abierto, 0-1 y un Getafe volcado Santaelena introdujo a este chico en el terreno de juego y sólo necesitó siete minutos para hacer tres goles y ser ovacionado por la grada. Esta fue la carta de presentación de Héctor.
En el partido se vio a un Getafe que ni mucho menos mereció semejante castigo en el que Felip y Jorge Saez dieron un auténtico recital en el medio del campo pero, que dio claros síntomas de inexperiencia por parte de muchos de los jugadores que aún no se sentían cómodos en el nuevo esquema y que ha necesitado muchos partidos para poder recitar un once de carrerilla.