La disciplina del alumnado y las ganas de querer aprender no son siempre las mismas en los grupos que tiene en su vida todo maestro. Cosmin Contra ha gozado de variados de estos planteles y en todos ellos ha logrado que las personas que los componían acaben con las ideas del rumano como un martillo en sus cabezas. Si bien es cierto que en algunas ocasiones ha costado más que en otras, incluso llegando a extremos de decepción por parte de los "padres" de esos alumnos que pese a todo han tenido la suficiente paciencia como para darle confianza a la mano dura del maestro.
En su llegada a Fuenlabrada, a Cosmin poco le costó en sus duras magistrales llevar su idea de toque y juego directo a Pachón y compañía hasta tal punto que, pese a su marcha de manera espontánea y sorprendente, el equipo del sur de Madrid encabezaba la tabla de la Segunda División B cuando el objetivo claro de esa temporada era la permanencia. Ideas, valores y compromiso. Llegó el Petrolul. Su idoma, su cultura y de nuevo una enseñanza futbolística que llevó al equipo del este a lograr su primer título copero y particpar en la Europa League frente a todo un Swansea de la Premier League.
Y llegó Getafe. Enseñar donde fuiste enseñado. Un reto, un sueño por cumplir para el rumano. Pero esta vez nada iba a ser tan sencillo. La primera línea europea goza de facultades de aprendizaje mayores, pero un alumno con facultades y sin otras bases que cimentar dentro del mismo, no es un alumno sencillo. 19 clases y un sinfín de dolores de cabeza le han costado a Contra para que por fin Getafe tome pinceladas de sus ideas. Críticas, desilusiones y dudas por parte del soberano han pesado como una losa, pero en la práctica de Anoeta quedaron lapidadas a la espera de una continuidad que tendrá su cita el domingo. A seguir aprendiendo.