Pasan las jornadas, el Getafe sigue sin ganar, y el descenso a la Liga Adelante parece cada vez más cerca para los azulones. Hoy, el encargado de aprovechar la mala racha de los de Escribá fue el Villarreal, que no necesitó hacer un partido brillante para imponerse por 2-0. Denis Suárez y Bakambu dieron el triunfo a los de Marcelino, que, salvo en un tramo de la primera mitad, controlaron el choque sin apuros.
La costumbre de empezar encajando
Recibir un gol tempranero parece haberse convertido en la forma en que los getafenses agradecen a sus anfitriones el dejarles jugar en su campo. En cada salida, al cuadro madrileño le cuesta arrancar el choque con intensidad, algo que normalmente acaba pagando a los pocos minutos. En este sentido, el duelo de hoy no fue ni mucho menos una excepción.
Esta vez fueron 15 los minutos que tardó el Getafe en encajar su primer gol de la tarde. El Villarreal, que estaba dominando el balón con cierta claridad, trenzó una buena jugada en la línea de tres cuartos que le permitió generar espacios para que Denis Suárez recibiese en el centro del borde del área con la única defensa de Álvaro Pereira. El gallego fintó, el uruguayo se fue al suelo con demasiada facilidad, y tras el mano a mano el 1-0 llegó a marcador.
Denis Suárez aprovechó la facilidad de Pereira para irse al suelo e hizo el 1-0
Sin embargo, los de Escribá recibieron bien el golpe, y de hecho tras el primer tanto llegaron sus mejores minutos sobre el césped del Madrigal. Comenzaron a tener el balón, Pablo Sarabia, el mejor de los azulones durante el encuentro, comenzó a ser protagonista, y a través de buenas combinaciones e internadas tuvieron lugar las primeras llegadas. Ninguna fue especialmente peligrosa, pero dos buenos disparos del propio Sarabia demostraron que el Getafe quería irse al descanso con algo más de lo que tenía.
Es posible que lo mereciera, pero sus problemas para generar ocasiones y aprovechar las que tiene volvieron a evidenciarse una vez más, e impidieron al conjunto madrileño hacer un gol a domicilio por sexta ocasión consecutiva.
Cómodo camino hacia el triunfo
Consciente de que si dejaba al Getafe dominar el balón podría acabar pasándolo mal, el Villarreal dio un paso adelante en la segunda mitad para tratar de dejar el choque sentenciado antes del minuto 90. Los de Marcelino comenzaron a tocar la pelota con cierta comodidad, sin acelerar demasiado el ritmo de circulación pero asegurándose de no perderla en su propio campo, y elevaron la presión para recuperarla cuanto antes. Fruto de esta decisión, los azulones prácticamente desaparecieron del partido, y solo en alguna acción aislada lograron transmitir sensación de peligro.
El balón parado se convirtió en el principal aliado de los amarillos en su búsqueda de la sentencia del choque. En pocos minutos Mario Gaspar se encontró con dos ocasiones para hacer el 2-0 en sendos saques de esquina, pero su primer remate, de volea, se marchó alto, y el segundo fue repelido por la zaga cuando parecía dirigirse con peligro hacia la meta de Guaita. La defensa azulona, muy blanda en este tipo de acciones.
Lacen y Medrán se encontraron cada vez más desbordados, y con el paso de los minutos los espacios de los que disfrutaron los atacantes del Villarreal fueron cada vez mayores. Esto permitió que las llegadas a través del juego combinativo fuesen en aumento, lo que agrandó la sensación de susperioridad local. En el minuto 59 primero Adrián, cuyo disparo fue taponado por Juan Rodríguez, y luego Samu Castillejo, que remató alto, estuvieron cerca de ampliar la ventaja. El Getafe, cada vez más, parecía un equipo sin alma.
Bakambu se encargó de materializar la superioridad amarilla para sentenciar el choque
Solo las internadas de Sarabia por la banda derecha lograban generar un peligro real sobre la meta de Asenjo, pero la ausencia de posesión azulona hizo que estas apenas se produjeran. La ocasión más peligrosa para lograr el empate llegó en el minuto 65, pero ni siquiera fue un jugador getafense quien la protagonizó, pues fue Bruno Soriano quien, en su intento de despejar un centro, dirigió el balón hacia su propia portería. Por suerte para él, su guardameta estuvo rápido para evitar el tanto.
Con el paso de los minutos la victoria del 'submarino' se iba haciendo cada vez más previsible, pero, por si acaso, Bakambu se encargó de asegurarla con un tanto en el minuto 85. El gol llegó en nuevo córner, una vez más muy mal defendido por el Getafe, pues los amarillos prolongaron el centro con comodidad en el primer palo y Lacen, marcador del delantero congoleño, no acertó a despejar para que el 17 hiciera el tanto que sentenció el choque y quién sabe si a Escribá. Sea como sea, la crisis de los azulones es cada vez más grave. Solo una reacción inminente les permitirá tomar otro camino que no sea el que va directamente hacia la Segunda División.