El mayor protagonista de esta vuelta de 1/16 de final de Copa del Rey fue la intensa niebla sobre el estadio del Arcángel y eso ya lo dice todo. Las cámaras apenas pudieron grabar con nitidez el partido y ni siquiera se pudo apreciar el gol de Diego Mainz que clasifica al Granada para los octavos de final.

Cuando se creía que se había visto todo en esta liga que para algunos es la mejor del mundo, llega el 'partido fantasmal', donde en 90 minutos solo se visualizaron sombras en el terreno de juego. Seguramente los protagonistas del encuentro han podido verse las caras, pero para al espectador le ha resultado muy difícil opinar sobre un partido en condiciones bochornosas.

Esta era la imagen que el espectador veía desde la televisión. Foto: Marca.

El Córdoba ponía emoción a la eliminatoria

Al espectador no le dio tiempo de asimilar que lo iba a ver en las próximas dos horas iba a ser era algo parecido a un partido de fútbol cuando Florín marcaba el gol del Córdoba a los cuatro minutos de partido. Oier no acertó a atrapar el balón, no se sabe si por la propia niebla o por falta de concentración propia, pero remató de cabeza o eso se intuye en las repeticiones.

La metereología no serviría de excusa en la eliminatoria del "menos malo" La niebla no iba a evitar que se viera un partido entre dos de los peores equipos españoles del momento. Entre los dos no suman más de cinco victorias en la temporada, por lo que la meteorología no serviría de excusa para para pasar la eliminatoria del "menos malo". Caparrós sacó de inicio a los menos habituales y se notó en el césped ya que ninguno era capaz de frenar las llegadas del Córdoba que llegó a sacar más de diez saques de esquina en todo el partido. Desde el balón parado es donde más estaba sufriendo, o parecía que sufría el equipo rojiblanco. Solo Eddy Silvestre y Success probaron suerte en la portería del Córdoba con sendos tiros que se fueron cerca del poste.

Antes del descanso se produciría un cambio. El de Jhon Córdoba, que entró en lugar de Sissoko, que no se le vio, literalmente, en el partido. El Córdoba seguía apurando sus opciones de pasar de ronda y Oier tuvo que ponerse el mono de trabaja para realizar una magnífica estirada al tiro de López Silva, uno de los mejores del encuentro por parte local. Con ventaja por la mínima para el Córdoba se llegaría al descanso.

Foto. idealgranada.es.

Mainz marcó un gol fantasma en el partido fantasmal La segunda parte comenzaría con un cambio en los de Joaquín Caparrós. Nounkeu debutaba en partido oficial con el Granada pero tampoco se le vio. Estuvo nervioso durante los primeros 45 minutos y por eso el técnico utrerano decidió meter al sólido Babin para que volviera la estabilidad a la defensa. Fue un jugador de la propia defensa granadina quien metió el gol de la tranquilidad. Mainz remató con la espalda, o eso afirmó el jugador tras finalizar el partido, un centro desde el lateral. Un gol fantasma dentro de lo fantasmal que era el partido. Un encuentro surrealista que se llevó el que más acierto tuvo o el que vio más entre la espesa niebla que había sobre el Arcángel.

Desde el gol de Mainz hasta el final lo que se pudo intuir en el terreno de juego era como los de Caparrós se defendían para no encajar más goles. Javi Márquez fue expulsado por roja directa tras una dura entrada sobre un jugador cordobesista. Success se fue lesionado y los locales buscaban dos goles a la desesperada que nunca llegaron. De esta forma, el Granada certifica su pase a octavos de final. Se enfrentarán en unas semanas al Sevilla, pero dejando claro en el último mes que su juego y su estado de forma es tan fantasmal como el partido de esta noche en el Arcángel.