Varias han sido las discusiones que ha protagonizado el murciélago que luce el escudo de la ciudad de Valencia. Diversas las leyendas que se cuentan alrededor del porqué de su ubicación en este emblema, y pocos los historiadores que se ponen de acuerdo en dar por válida una de las múltiples hipótesis.

Su amplia presencia en territorio valenciano, su parecido al dragón alado que mostraba el casco del rey Jaime I, o que el murciélago lo despertó en vísperas de un ataque por parte de los musulmanes en 1238. Lo cierto es que, la figura de este animal, caló hondo en la simbología valenciana. Los dos clubes de fútbol más representativos de la ciudad no se quedaron atrás, y ambos decidieron lucirlo en su escudo. Unos vistiéndolo de azulgrana, y otros de blanco y negro.

Con los respectivos objetivos cumplidos y por cumplir, y “nada más” en juego. Ambos equipos llegaban a la penúltima fecha con la corona de la ciudad en juego. Nada más y nada menos. El orgullo de una ciudad.

Intensidad y ritmo

El derbi comenzó como lo hacen los derbis. Juego vertiginoso y muy intenso. Un equipo, el Levante, llegó más y generó más peligro. Contó además con la primera oportunidad clara del choque. En el minuto 11, un balón despejado por la zaga granota le cayó a un Casadesús muy atento que aprovecho un momento de indecisión del rival para plantarse frente a Alves. En una situación muy escorada, el balear cruzó un centrochut que se paseó por la línea de gol. La respuesta valencianista no se hizo de rogar. Cinco minutos más tarde, una veloz contra terminó con una volea de Fede Cartabia que tuvo que sacar Vyntra de entre los tres palos.

El Levante podría quedar por delante del Valencia por primera vez en la historia

Como en cualquier derbi que se precie, la polémica también hizo acto de presencia. En el minuto 19, una carrera de Barral terminaba con el andaluz por los suelo tras ser encimado por Senderos y Ricardo Costa. "Sigan, sigan. Sigan jugando". Velasco Carballo obvio las peticiones de la grada.

Los cánticos marcaron el ritmo de ocasiones. Más para los locales, pero esporádicas y serias para los visitantes. Sin embargo, con el partido encarando su primera media hora, los azulgrana levantaron el pie del acelerador. Lógicamente, esto favoreció un ligero auge del Valencia en el choque, y los de Mestalla acumularon más ocasiones. Siendo la de Fede Cartabia, de nuevo, en el 36, con un disparo desde la frontal, la más clara de todas. El intercambio de golpes, no obstante, fue continuo y Sissoko pudo abrir el marcador con un cabezazo que tras botar en el suelo salió ligeramente alto. Previamente, Orriols reclamó un penalti por mano en el área que obtuvo la misma respuesta que la anterior petición: la negación de Velasco Carballo.

Otro mundo

Cambio radical tras la reanudación. El Valencia salió más decidido, el Levante más calmado. Apretaron más los hombres de Pizzi, que incluso obligaron a Keylor Navas a hacer de las suyas tras un disparo de Fede Cartabia. Siempre fue Fede. El menudo argentino llevó de cabeza a la zaga granota encontrando siempre el hueco por donde crear peligro.

Además, Diop se marchó sustituido en un cambio que simulo una despedida. El Ciutat de València vio al senegalés abandonar su césped como el que asiste a la marcha de un buen amigo. Entró Xumetra y el Levante volvió a desplegar su juego habitual. Repliegue, presión y salida rápida a la contra.

Aparece un Ángel

Se fueron Barral y Rubén. El Levante gozó de pocas ocasiones, pero apareció un ángel. Uno canario para más señas. Un despeje de la defensa del Levante lo cabeceó atrás Ricardo Costa. Ángel, muy atento, se hizo con el balón, que andaba huérfano. Encaró a Alves y lo batió por debajo. Los segundos posteriores se hicieron eternos para todo el mundo. El colegiado y su asistente deliberaron sobre un posible fuera de juego. Finalmente, concedieron el tanto para júbilo del Ciutat de València.

Corría el minuto 71. Quedaba todavía un mundo, pero Caparrós ordenó el repliegue. Los de Pizzi se volcaron sobre la meta de Keylor Navas. El costarricense paraba lo que llegaba. El Valencia abrió huecos. Huecos que no dudó en aprovechar el Levante. Ivanschitz aprovechó uno de estos espacios para recibir un balón en la frontal, internarse y llevar el delirio a la grada del Ciutat de València.

El halcón Keylor Navas y un triunfo histórico

Los minutos solo sirvieron para que el Valencia asediara la meta local. Esto, a su vez, solo sirvió para que Keylor Navas diera buena cuenta de su potencial antes de marcharse al Mundial de Brasil. Pedro López, por el camino, vio la cartulina roja directa tras una dura entrada a Bernat.

Instantes después, el público asistente estalla en una celebración auspiciada por megafonía. La familia granota no se cansa de hacer historia tras temporada. Con el récord de temporadas consecutivas en Primera ya cerrado, el siguiente objetivo era quedar, por primera vez en la historia, por delante de su vecino. La corona de Valencia estaba en juego, y el Levante la tiene fuertemente agarrada. Solo resta colocársela en la cabeza, y ver durante todo el verano, cómo le queda.