Cuando parecía que el Levante se iba a llevar su segunda victoria fuera de casa, recibió un mazazo en el último segundo del partido, y vió como dos de los puntos se quedaban por el camino. La buena imagen mostrada ante el Granada volvió a aparecer, y fue lo más positivo, sin duda alguna, del encuentro de hoy. No obstante, el Eibar supo rehacerse tras el 0-2 en en contra en el descanso y, sin perder la fé, conseguir un valioso empate en casa. El Levante sigue abonado al sufrimiento para lograr el objetivo de la permanencia.
Dominio visitante en la primera parte
Mendilibar volvió a alinear a su mejor once, que tan buen rendimiento le ha dado hasta el momento, salvando no obstante, la novedad en la portería: Mariño entró en lugar de un Jesús Fernández que vió el encuentro desde el banquillo. Morales, que hoy regresaba a la titularidad, marcó al poco de empezar el encuentro (sin llegar al minuto dos). Su disparo desde la izquierda fue blocado por Irureta y al poco, recibió un rechace de la zaga, lanzando un disparo ajustado al palo que esta vez si, entró. Cabe decir que Morales no celebró el gol, recordando así su paso el año pasado por Eibar. La intensidad del Levante no cesaba y en defensa, se mantenía el orden.
Comenzaba a llegar el Eibar, pero fue Camarasa quien amplió la ventaja visitante, al aprovechar un nuevo rechace defensivo a tiro de Morales, enviando el balón al fondo de las mallas. Así se llegó al descanso, pero lo mejor para el Levante no era resultado, ya bueno de por si, sino el buen juego e imagen trasmitida. Dos goles era el doble de los goles conseguidos hasta la fecha, y mantener la portería a cero con buen criterio en defensa, difícil para uno de los equipos más goleados de la liga.
El Eibar no perdió la fe
En la segunda parte, el Eibar recortó distancias. Javi Lara materializó un centro que, tras un rechace en Pedro López, se desviaría, sin que Mariño pudiera evitar que el balón entrara en la portería. Fue a partir de entonces cuando, con total coherencia con lo que estaba a punto de suceder, la lluvia apareció y el terreno de juego se volvió más rápido, dando lugar a impreciosiones que, minutos antes, no lo habrían sido. Los locales, se lanzaron descaradamente a por el gol, y así fue como Saúl, con una gran volea dirigida directamente a la escuadra, firmó el momentáneo empate a dos.
Poco después de un gol anulado al Eibar, fruto de un error defensivo de El Adoua, vino el 2-3, obra de Víctor Casadesús, no sin polémica, ya que los locales reclamaban un control previo con la mano. En la recta final del encuento el Levante se echó completamente atrás, y veía como el Eibar seguía con sus amenazas, de manera constante y sin perder la esperanza de empatar. Así fue como, pasado el minuto 94, Piovaccari marcó, y salvó "in extremis" un punto con gusto a victoria para los locales. Ambos conjuntos quedan situados por encima de los puestos de descenso, pero sin duda es el Eibar, con nueve puntos, sobre los cinco del Levante, a quien mejor le sabrá este empate.