El pasado viernes Javier Vich, director de organización y gestión del Levante UD, se reunió con una representación de la J-League (Liga Japonesa), en la sede de la LFP, aprovechando una visita de una delegación de la liga japonesa. No es más que un acto dentro de la política internacionalización de la entidad de Orriols, en el que Javier Vich entregó al director general de la Liga de Fútbol Profesional de Japón (Daisuke Nakanishi), y Kei Torii e Hiroshi Mochizuki, representantes de Dentsu Inc (empresa colocada entre las líderes en comunicación y publicidad de Japón), la camiseta del Levante UD ya estrenada frente al FC Barcelona.
Dicha camiseta está compuesta por el logotipo corporativo, su rana, y el lema escrito en japonés de la rana de la fortuna, símbolo de la suerte en el país nipón, que supuso un claro guiño a todas las empresas y aficionados japoneses que siguen al club granota. No es la única vía de colaboración con Japón, donde desde hace meses se está expandiendo la marca del club azulgrana, con la idea de captar aficionados en un mercado donde el fútbol está en completa ebullición. Seguro que el nuevo sponsor técnico oficial, Nike, favorece mucho la entrada en este mercado.
En el Levante no es la única vez que se busca mercado en Asia. Gracias a los fichajes de Nano, Rafa Jordà y Rubén Suárez por el equipo chino Guizhou Renhe, se abrió una posibilidad de hacer una gira en China, que finalmente se vio frustrada en dos ocasiones por una serie de contratiempos. Cabe destacar que son muchos los equipos los equipos que buscan nuevos mercados en el lejano Oriente. Es el caso, verano tras verano, de clubes punteros en Europa como el Manchester United, Arsenal o Chelsea en Inglaterra (país muy propenso a la explotación de imagen de marca de su liga en el continente asiático), y sin salir del país, Real Madrid y FC Barcelona, a los que se unió el Valencia esta misma pretemporada. Centrando la atención en Japón, el caso más reciente de un equipo español introduciéndose en ese mercado fue el RCD Español, gracias al fichaje de Nakamura, que le permitió firmar un contrato con una empresa promotora en 2009 para disputar en Japón tres amistosos, condicionados a la continuidad del futbolista con la entidad catalana. Los amistosos se disputaron, y el club consiguió vender los derechos telesivos a una cadena japonesa, obteniendo una buena rentabilidad (más de un millón de euros en conjunto).