Goleada de resurrección

El Levante se impuso con contundencia al Almería en un encuentro soberbio y épico. Los de Lucas Alcaraz se mostraron superiores al conjunto local, dirigido por el exentrenador levantinista Juan Ignacio Martínez y el choque tuvo un nombre propio: David Barral, quien contribuyó con un triplete a la abultada victoria a domicilio.

Goleada de resurrección
Barral celebra uno de sus tres goles. / FOTO: Curro Vallejo
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Por Rubén García González

El caprichoso destino planteó un guión sin igual para este Sábado Santo en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. Almería y Levante, dos conjuntos que atraviesan cada uno su particular calvario, se veían las caras en una de las diez finales que restan para intentar resucitar y salvar la temporada. Antes del choque, ambas escuadras sabían que una derrota supondría complicarse demasiado el camino, teniendo en cuenta la dificultad de los próximos compromisos para ambos equipos y la presión que supondría perder frente a un rival directo al tiempo que las diferencias en la tabla se pudieran hacer más patentes.

Ideas claras

Tanto unos como otros tenían clara la situación y desde el inicio pusieron todo de su parte para llevarse el partido y lograr los ansiados tres puntos. El Almería optó por el juego de combinación, tratando de sorprender por las bandas a un Levante que pronto empezaría a recordar al bloque de otras épocas mejores –aquellas en las que el ahora entrenador rival, Juan Ignacio Martínez, llevó a los granota a lo más alto–. Los azulgrana, por su parte, prefirieron mantenerse juntos y ordenados en la defensa, para probar a aprovechar los errores locales y herir en el contraataque. Así, el cuadro almeriense empezó dominando ligeramente y avisó en varias ocasiones, si bien la primera mitad del choque estaría muy igualada.

El Levante sorprende

Pero los andaluces pronto se descompusieron, y el conjunto de Orriols, con las ideas mucho más claras, no marró y se benefició del primer fallo rojiblanco. Toño recibía la pelota y abría a banda izquierda para Ivanschitz; el austríaco la ponía en el área chica, entre el hueco que dejaba la defensa local, para que Barral sólo tuviera que empujarla dentro del arco defendido por Julián. Sería la primera anotación de otra gran noche para el gaditano. No obstante, el Almería no se vendría abajo y trataría de enmendar ese error puntual. Estaban jugando bien y podían darle la vuelta al partido; quedaban muchos minutos. En varias ocasiones pusieron en aprietos a la zaga visitante y hasta Mariño se tuvo que lucir en una doble parada que evitó el primer gol de los rojiblancos tras un duro zambombazo desde el borde del área y el cruce de Thievy al rechazo.

Fue una gran noche para Barral, que consiguió su segundo hat trick en el Levante

Sin embargo, Casadesús sentenciaba el encuentro cumplida la media hora de juego. José Mari se adelantaba a un mal saque de Julián y robaba la pelota; la ponía para Morales, que desde la banda derecha la colgaba al segundo palo para que el mallorquín rematase de cabeza el 0-2. A partir de esto, el conjunto de Juan Ignacio Martínez no volvería a ser el mismo. Poco a poco los andaluces se fueron desinflando al tiempo que el grupo dirigido por Lucas Alcaraz empezaba a tomar posesión del enfrentamiento y se sentía más y más cómodo sobre el césped. El primer periodo terminó con la clara superioridad de los valencianos.

De menos a más

Reanudó el cuadro local el segundo tiempo con renovadas fuerzas, y volvió a avisar. Parecía que no todo estaba perdido y Mariño veía nuevamente su puerta amenazada. Pero ahí estaba Barral para borrar toda opción de los almerienses. Tras una jugada embarullada en banda derecha, Casadesús cambiaba el juego hacia el otro flanco, donde se encontraba solo Ivanschitz. La controlaba magistralmente el austríaco con el pecho y probaba suerte. Julián estaba a punto de frenar el disparo, pero el esférico pasó medio muerto para que Barral, que venía desde atrás, lo empujase dentro. La diferencia parecía ya insalvable y las decenas de aficionados granota que se habían desplazado hasta tierras andaluzas para apoyar a su equipo lo agradecían, al tiempo que celebraban una victoria que empezaba a parecer segura.

El Almería sigue luchando

Pero los de Juan Ignacio Martínez aún tenían algo que decir y, tras el penalti señalado por el colegiado a Vyntra por falta sobre Thievy, el cual se encargó de transformar Hemed, los rojiblancos recortaron distancias y tuvieron sus mejores minutos pese a la inferioridad numérica derivada de la expulsión de Dubarbier por doble amonestación en el minuto 57. Tal y como estaba jugando en ese momento el cuadro local, parecía que pudiera tener opciones para la remontada. Mientras tanto, el Levante sufría ante el empuje de un rival al que creía ya muerto.

El partido empezó muy igualado, pero el Levante acabó dominando con superioridad

Nuevamente Barral se encargó de devolver la distancia al marcador con otro tanto que sellaba su segundo hat trick en el Levante y resolvía un encuentro que, a partir de ese momento, tendría un único protagonista: la escuadra azulgrana. Recuperaba en la línea divisoria Sissoko; el francés la pasaba en largo para Casadesús y el mallorquín la cruzaba en la frontal del área para el gaditano. Aguantaba el ariete del equipo valenciano la llegada de dos defensores y batía a sangre fría al guardameta rival.

Tranquilidad de los visitantes

El resto fue un mero trámite. Un Almería que había comenzado con muy buenas sensaciones, dando una imagen incluso mejor que la de los visitantes, vio cómo el Levante iba de menos a más y terminaba pasándole por encima. Ahora los andaluces se hunden en la tabla y se complican la permanencia, mientras el conjunto granota resucita, toma aire y moral, y se prepara para el difícil calendario y los próximos compromisos, ahora con un ánimo mucho más positivo tras haber recuperado la senda del triunfo y haberse reencontrado con su estilo propio.

El destino así lo había querido; uno de los dos bloques iba a resurgir en esta Semana Santa, y finalmente ese fue el equipo de Orriols. Ahora, si los de Alcaraz mantienen esta línea, podrían perfilarse como serios candidatos a la salvación; y, con la suficiente suerte, dependiendo de los resultados de los demás competidores, aun podría facilitarse más el objetivo de permanecer un año más en primera.