El Levante aún no conoce la victoria en su estadio. Comparte ese dudoso honor con Sporting, Sevilla, Málaga, Valencia, Granada y R.Sociedad. De esos equipos, sólo Sevilla y Málaga, junto al que dirige Lucas Alcaraz, aún no ha cosechado ningún triunfo tampoco a domicilio. Ante el Eibar se escapó otra oportunidad de contentar a una afición que no amasa tres puntos desde hace más de cuatro meses (la última vez fue ante el Córdoba en la 33º jornada de la temporada pasada). El resultado pudo se rpeor para el Levante de no ser por el gol de Deyverson que amarró un punto y birló dos más que ya saboreaban los de Mendilibar. A falta de triunfos, al menos celebrar empates, es el pensamiento resignado que sobrevuela a la parroquia granota.
El Ciutat de València no es el fortín de antaño. Aunque anoche no se registró buena entrada debido al carácter intempestivo del partido, la grada ha demostrado su fidelidad acudiendo en buen número cada domingo a animar al Levante, cuyo rendimiento como local se ha resentido año a año desde su vuelta a Primera División.
En la temporada 2010-2011, la primera tras el ascenso, el equipo que dirigía por entonces Luis García Plaza ganó casi la mitad de sus compromisos en casa, donde fraguó una notable puntuación (33 puntos de los 45 que le otorgaron la permanencia). Aquella temporada el Ciutat celebró nueve victorias, se conformó con cuatro empates y tuvo que lamentar seis derrotas. El año siguiente fue el del aterrizaje en Valencia de Juan Ignacio Martínez, que pulverizó cualquier previsión dejando al equipo sexto y sumando once triunfos como local. En el Ciutat se protegieron 36 puntos de los 55 que permitieron al Levante disputar la Europa League. Desde entonces, los promedios en feudo granota no han dejado de empeorar.
En la temporada 2012-1013 se lograron ocho victorias en casa, pero hasta siete equipos se llevaron los tres puntos del Ciutat. Aquella temporada el Levante sumó como local 28 de los 46 puntos con los que finalizó el curso.
Hace dos temporadas logró amarrar un punto menos en su morada (27), a pesar de lograr la salvación con mayor holgura (48 puntos), debido al gran trabajo a domicilio de los de Joaquín Caparrós. Pero los peores números llegaron el pasado curso, cuando el Levante solo pudo alcanzar los 37 puntos (uno más de los que consiguió en la 2011-12 solo como local), 24 de los cuales se lograron en el Ciutat de València, donde se consiguieron seis triunfos, se empató en seis ocasiones, mientras siete visitantes se marcharon con el máximo botín posible.
Todo lo que no sea superar los 25 puntos como local, situaría al Levante con la soga al cuello. Por el momento, tras tres compromisos en casa, sólo se han resguardado dos de los nueve puntos en disputa, un balance demasiado paupérrimo en el inicio de liga. Los jugadores levantinistas en sus declaraciones insisten en la necesidad de volver a convertir al Ciutat de València en un fortín, pero de momento sus muros siguen sin acobardar a los visitantes, que más que forasteros parecen invitados a pasar una estancia confortante. En quince días, ante la Real Sociedad, una nueva prueba de fuego para iniciar el despegue.