La Agrupación Deportiva Alcorcón afrontaba la primera de las muchas finales que le quedan hasta final de temporada para poder salir del descenso. A tres puntos de su rival, y con la posibilidad de salir de los puestos que otorgan el billete hacia la Segunda División B, los alfareros encaraban el choque frente al Jaén con muchas bajas en defensa (Babin, Verdés y Albert Serrán) y en la delantera (Óscar Plano y Dudu Biton), por lo que José Bordalás tenía que hacer una alineación casi de circunstancias.

Para empezar, Chema hacía pareja de central con Pau Cendrós, manteniendo a Iribas y a Ángel en los laterales. El centro del campo, formado por el eje que más le gusta a Bordalás, Rubén Sanz y Sergio Mora, escoltaba a los cuatro hombres de ataque, Javito, Antonio Martínez, Sales y Juli, cuatro hombres rápidos y técnicos arriba para poner en problemas a la defensa andaluza.

Dominio sin efectividad

Conocedores de que una victoria sería dar un paso de gigante hacia la salvación, el equipo madrileño salió dominador, imponiendo su juego de toque y con dos bandas muy anchas, sobre todo la derecha con la dupla Iribas – Sales, a la que buscaban una y otra vez. Sin embargo, los ataques de los alfareros no creaban ocasiones claras de gol, ya que la falta de chispa en esos últimos quince metros impedía el gol a los amarillos.

La primera jugada de peligro vino en un córner botado por Sergio Mora. El centrocampista alfarero la puso en la cabeza de Pau Cendrós, que peinço ligeramente hacia el segundo palo, donde se encontraba solo Iribas. El lateral vasco no pudo llegar en condiciones el esférico, y su toque no fue lo suficientemente fuerte para desviarlo hacía la portería de René.

Los andaluces, tímidos en la presión, no conseguían arrebatar la posesión a su rival, pero sí podían contenerles en la defensa, lo que propiciaba que pudieran coger algún balón a la contra y poner en peligro a Dani Giménez, que fue en espectador más durante los primeros cuarenta y cinco minutos, donde los visitantes no dispusieron de ninguna ocasión para marcar.

El dominio de los locales era estéril, sin ocasiones; sin embrago, en los últimos cinco minutos del primer periodo pareció que pisaron el acelerador, y obligaron a René a convertirse en el mejor del partido para su equipo. Primero, un centro de Sales por la derecha lo remató en plancha Javito muy desviado, y tres minutos más tarde llegó la ocasión más clara de la primera parte. Tras robar un balón en el centro del campo, Martínez empezó una contra y le puso un balón largo a Javito. El delantero llegó, apuntó y le cruzó el esférico a un inspiradísimo René, que consiguió despejar el chut. En el intento de despeje, Antonio Martínez se convirtió en el más listo de la clase, robó el balón en el área, y solo ante el guardameta jienense, no consiguió marcar en la más clara para los amarillos en el primer periodo.

Los goles se olvidan del Alcorcón

La segunda parte parecía ser un calco de lo visto en la primera, pero los jugadores del Jaén no quisieron encerrarse atrás hasta el pitido final, y dieron varios sustos a los alfareros. Sin embargo, la acción no empezó hasta el minuto 70, cuando los andaluces dieron un paso al frente, y consiguieron meter el miedo en el cuerpo a los aficionados locales. Los cambios en ambos equipos fueron fundamentales para el sprint final por el partido.

A veinte del final, los visitantes dieron un triple aviso que casia acaba con el gol en el luminoso. Jona en dos ocasiones muy claras, y sobre todo un mano a mano que sacó Dani Giménez a Jozabed pusieron la piel de gallina a los casi 5.000 espectadores que llenaban las gradas del Municipal de Santo Domingo. A pesar de esto, los últimos quince minutos sólo tuvieron un equipo: el Alcorcón.

Dani Pacheco, que salió por Martínez, revolucionó un choque que a pesar del 0-0 tuvo varias ocasiones claras de gol. Kitoko, que hasta ese momento había realizado un gran partido, se vio desbordado una y otra vez por las internadas del extremo malagueño, que tuvo varias muy claras, como un centro que se quedó muerto en área pequeña al que no llegó Arnal, el último fichaje alfarero, o un disparo que se marchó lamiendo el poste. El propio Arnal tuvo una ocasión clarísima tras robar el esférico a los defensas y plantarse en el área, pero un genial René le detuvo la ocasión.

Los locales encerraron al Jaén en los últimos instantes, pero la pelota no quería entrar. Varias internadas por ambas bandas, y un último remate de Rubén Sanz que despejó con dificultades René fueron las últimas ocasiones de un equipo que vio como acabó el encuentro con un susto en el cuerpo tras un remate de cabeza en el último segundo de Jozabed que se marchó fuera por poco. Al final, empate sin goles que viene bien a los visitantes y a los locales todavía en descenso, y con un claro problema en casa.