Tras un inicio de temporada muy irregular del Alcorcón, en el cuál alternaba victorias con derrotas llegando estas últimas con más asiduidad, José Bordalás parece haber dado con la clave en la escuadra madrileña y suma ya su cuarto partido consecutivo sin conocer la derrota al ganar por 1-0 al Lugo en un partido donde las expulsiones marcaron el devenir del juego entre dos equipos empatados a puntos.

Y con tres partidos sin perder, aunque dos de ellos fueran empates que coincidían con las salidas, los amarillos querían ganar en su estadio para seguir subiendo puestos en la clasificación general, y mirar de cara al ascenso en vez de a los puestos de descenso. Misión asequible siempre y cuando los hombres alfareros aseguraran los puntos en el municipal de Santo Domingo y sacarán resultados positivos a domicilio.

Para este choque, José Bordalás tenía varias bajas bastante importantes en el centro del campo. Ni Rubén Sanz ni Escassi estarían disponibles por haber sido expulsados hace una semana ante el Mallorca, y Sergio Mora sigue recuperándose tras la operación de talón de Aquiles a la que fue sometida, por lo que el técnico alicantino se tuvo que inventar una solución en la medular colocando a Nagore junto con Fausto como medios de contención, y arriba Guichón y Plano por las bandas, Martínez enganchando y arriba David Rodríguez. Abajo, Djené, Verdés, Chema y Bellvís protegían la meta de Falcón, asentado como titular bajo los palos.

Una expulsión clave

La buena racha con la que llegaban los locales hizo que salieran con una marcha más que los visitantes, que se vieron poco a poco superados por las circunstancias. Llegadas por banda, que eran paradas constantemente paradas con faltas y una presión a la salida de balón del Lugo propiciaron que los primeros minutos fueran para los de casa. Óscar Plano en un lanzamiento de falta, y David Rodríguez en una doble ocasión estuvieron a punto de abrir el marcador justo antes de la jugada que marcó el partido.

Tras la buena ocasión del goleador amarillo, y tras detener el esférico José Juan, Guichón siguió peleando el esférico y rozó con la bota al portero. Ese fue el detonante para que varios defensas lucenses, entre ellos Borja Gómez, le increparan y el propio defensa pareció cometer una supuesta agresión sobre el uruguaya, que le costó la expulsión. Si el partido venía caliente en la previa, las cosas se iban a encender aún más. Con uno más, el Alcorcón sabía que tenía que ir a por el partido a por todas, aunque en la primera mitad no hubiera más ocasiones para ellos.

Acoso hasta llegar el gol

La segunda mitad comenzó como acabó la primera, pero poco a poco los alfareros iban encerrando más y más a los gallegos, que veían con buenos ojos el empate. José Bordalás decidió jugársela todo al ataque y cambió a Djené, un defensa, por Máyor, un delantero, sabiendo que con Nagore en el campo podía cubrir la posición del togolés en la retaguardia.

El acoso era total y poco parecía que el gol tarde o temprano iba a caer en el saco del Alcorcón. La gran defensa del Lugo, que por momentos recordó a una muralla, no iba a poner las cosas fáciles para los madrileños, pero todo iba a ponerse aún más difícil para ellos cuando el en minuto 74, Manu veía la segunda amarilla por una clara falta sobre Óscar Plano, dejando a su equipo con nueve.

La superioridad en el campo era abismal, y eso lo aprovecharon los hombres de Bordalás para conseguir el primer y único tanto del partido. A seis del final, un disparo de David Rodríguez, que tapó en primera instancia José Juan, que estaba realizando un partidazo, se quedó muerto casi en línea de gol donde apareció Verdés en labores más propias de un “nueve” para empujar el gol que significa la victoria.

Gracias a este triunfo, los amarillos se colocan en la novena posición y ya miran a los ojos al play-off de ascenso ya que están a un solo punto del Betis. Por su parte, el Lugo se pone ahora a tres de los madrileños.