La temporada en el CD Lugo parece que no llega a terminar de asentarse. Con Luis Milla el equipo tenía subidas y bajadas cada fin de semana, y no llegaba a centrarse del todo en el terreno de juego, por lo que la directiva decidió poner en el cargo a Durán a partir de la jornada 27ª.
Pero su llegada no está siendo tan fructífera como parece a simple vista en la clasificación, y es que aunque esté un poco más arriba en la tabla, su juego sigue estando en la misma dinámica de idas y venidas.
Sin doble pivote no hay control
Son ya tres partidos consecutivos donde el técnico lucense trata de jugar con una alineación distinta al clásico 4-4-2, pero esto no está surtiendo mucho efecto.
Dos derrotas y un empate son los últimos resultados cosechados por el Lugo, donde la ausencia de doble pivote en el centro del campo está permitiendo un mayor dominio del juego a sus rivales, como así se vio perfectamente en el último encuentro frente al Elche CF.
Por el contrario, en los tres partidos anteriores Durán decidió apostar por poner en el centro del campo a Pita siempre, acompañado en dos ocasiones por Seoane. Sería precisamente en estas dos ocasiones donde el conjunto gallego tendría un mayor control en el centro del campo y ganaría por 2-1 ambos partidos, uno de ellos como visitante frente al Córdoba CF.
La mitad de los puntos perdidos
El problema lo está teniendo en la mayoría de ocasiones cuando el equipo juega fuera de casa, donde solo ha conseguido una victoria y un empate.
Esto ha propiciado que, desde la llegada de Durán, el 50% de los puntos en juego se hayan perdido. Lo cual deja sobre la mesa una carencia indudable si de verdad el equipo quiere luchar por los puestos de ascenso.
Pero no todo es malo. La cara buena de la moneda es que el Lugo es un hueso duro de roer como local, ya que solo ha perdido dos puntos de nueve posibles, por lo que este fin de semana los gallegos querrán continuar reforzando el muro del Estadio Ángel Carro.