La nieve fue una invitada sorpresa en Anduva. El temporal de frío, viento y condiciones climatológicas adversas que azota durante el fin de semana la Península Ibérica se hizo sentir especialmente en Miranda de Ebro, una ciudad que ha convivido con las inundaciones y la riada del río Ebro a su paso por la localidad situada en la provincia de Burgos. El fútbol no podía escapar al mal tiempo, y así se sintió en el recinto del Mirandés.
El Racing de Santander se presentaba en casa del Mirandés con el objetivo de mantenerse fuera de los puestos de descenso. La duda residía en si Anduva era un lugar adecuado para sumar los tres puntos, con la buena racha de los de Carlos Terrazas como locales. La climatología, con el campo totalmente cubierto por la nieve caída en las últimas horas, ponía en riesgo la celebración del partido. Sagués Oscoz, encargado de dirigir el partido, dio el visto bueno para la disputa del mismo, a pesar de las complicaciones.
El guion del partido arrancó con el Racing poniendo en aprietos la portería de Imanol Elías. El juego directo, ante la imposibilidad de mover la pelota con precisión y continuidad por el manto de nieve que tapaba la hierba de Anduva, se hacía imprescindible para sobrevivir en un partido duro.
A pesar de los obstáculos, las ocasiones calentaron el gélido ambiente. Urko Vera dispuso de una buena llegada tras un centro de Jordi Pablo y el posterior toque con el interior de Ígor Martínez para que el delantero vitoriano rematara en boca de gol. Replicaba Koné antes de llegar al primer cuarto de hora para ponerle picante al encuentro y demostrar que el choque sería muy parejo y equilibrado.
El balón apenas rodaba, e intentar trenzar una jugada con cierto sentido costaba horrores entre la nieve, la dureza del césped y la posibilidad de que hubiera alguna zona con hielo sobre el campo. Apenas hubo más oportunidades en un primer tiempo muy físico y directo, algo que seguiría siendo la tónica habitual del encuentro durante la segunda mitad.
El Racing acierta
Tras volver del paso por la caseta de vestuarios, el Mirandés pudo ponerse por delante a balón parado. No podía ser casi de ninguna otra forma en Anduva. Un saque de esquina al segundo palo lo remataba picado un jugador local, pero lo que en un día normal hubiera sido un remate que hubiera cogido fuerza con el bote, en la hierba nevada de Miranda de Ebro se quedaba muerto nada más tocar suelo. El balón salió mansamente por la línea de fondo, y los rojillos perdían una buena oportunidad para adelantarse.
Los que no perdonarían serían los visitantes pasado el primer cuarto de hora de la reanudación. Un balón aéreo a la espalda de la zaga local para la llegada de Mariano, que con el retrovisor vio a Koné dentro del área, se la cedió con la testa, y el delantero racinguista logró controlar, girarse sobre sí mismo y rematar superando a Imanol Elías y desatando el júbilo en la numerosa afición racinguista presente en Anduva.
Pudo ser peor para el conjunto local, cuando Sagués Oscoz decretó penalti por un agarrón de Álvaro Corral a Koné dentro del área rojilla. Imanol Elías detuvo el lanzamiento a media altura de Javi Soria y mantuvo a los suyos en el encuentro. Urko Vera y Juanjo, la dupla atacante elegida por Carlos Terrazas para inquietar a los cántabros en la segunda parte, disfrutaba de ocasiones, pero no del acierto necesario para superar a Mario Fernández, meta racinguista. Un cabezazo desviado cerca del poste y un asedio sin premio era el poco botín con el que tenían que conformarse los locales.
Porque a falta de un minuto para llegar los 90 minutos de tiempo reglamentario, Mariano certificó el triunfo racinguista en Anduva. El delantero racinguista aprovechó un envío desde la izquierda que primero tocó en César Caneda y luego él desvió al fondo de las mallas, colándose entre las piernas de Imanol Elías. Los santanderinos se hicieron con tres puntos de oro en un día donde jugar al fútbol era una misión harto complicada. Una victoria de guante blanco que les mantiene fuera del descenso, y que deja al Mirandés octavo, a tres puntos del playoff.