El Mirandés quiso, pero no pudo

El Mirandés cae derrotado contundentemente frente al Oviedo por 4-1. Los de Terrazas dicen prácticamente adiós a las posibilidades de ascender, pese a que las matemáticas todavía dan esperanzas. Una parte para cada equipo, pero que esta vez se ha decantado para el lado de los asturianos.

El Mirandés quiso, pero no pudo
Eguaras prepara el disparo durante el partido. | Foto; laliga.es
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Por Julen Murua

El Mirandés viajaba al Carlos Tartiere para tratar de recortar puntos sobre sus rivales directos, esta vez, sobre el Oviedo. Los rojillos se presentaban en el estadio con la ansia de poder lograr los tres puntos para acercarse más a las posiciones privilegiadas de la clasificación. Tras ganar el último partido, los de Terrazas llegaban altos de moral, con la ilusión de poder conseguir una victoria. El entrenador bilbaíno recuperaba a Alain y Provencio, los cuales estuvieron sancionados en el encuentro frente al Huesa. Pero no podría contar con el que estaba siendo la referencia en el ataque de los burgaleses, Aridane Santana. Por su parte, los asturianos, en posiciones de playoff, llegaban con la idea de alejarse de sus rivales directos. Una victoria, les encarrilaría el camino hacía el ascenso. Desde un primer momento, con la idea de crear mucho peligro por banda, ya que, esa es la debilidad del Mirandés. Con una sola victoria en las últimas cuatro jornadas, los de Generelo esperaban darle la vuelta a la tortilla y empezar a sumar de tres en tres. Los asturianos no podrían contar con Héctor Font, Johanneson, Borja Gómez, Diegui y Jonathan Vila.

El partido comenzaba con un Real Oviedo volcado en ataque, creando ocasiones de peligro una y otra vez. Hasta que en el minuto 5 llegaba en primer córner el encuentro para los asturianos. Susaeta colgaba un centro al borde del área, donde Linares trataba de rematar de volea pero, el balón rechazaba en la espalda de Sangalli. El rebote le llegó a Erice, y este, con un zurdazo, batía la portería de Raúl. Un mazazo para los burgaleses, que no se esperaban ese inicio de los de Generelo, y menos, encajar un gol a los 5 minutos de juego.

Una gran reacción del Mirandés, que no sirvió para nada

Tras el gol, los de Terrazas cambiaron el chip y se hicieron con la posesión de la pelota. Poco a poco, llegaban más a la portería de Rubén Miño, sobre todo, por la banda derecha, donde Marco Sangalli creaba mucho peligro. Eguaras avisaba a los locales que el asedio rojillo estaba apunto de llegar con un disparo al travesaño. Y poco después llegaba la más clara para los rojillos. Sangalli ponía un centro al primer palo tras una internada en el área, y el remate a bocajarro de Néstor era detenido en la línea de gol por Rubén Miño. El encuentro llegaba al descanso, con un Mirandés mejor, pero sin aprovechar sus ocasiones. Cosa que el Oviedo sí que lo hizo.

Reanudación similar al inicio del partido

Corría el balón, de nuevo, sobre el verde del Carlos Tartiere. El Mirandés seguía tratando de crear peligro mediante los extremos, pero poco les duraría la salida en tromba a los de Terrazas, ya que, a los 6 minutos de la reanudacíon, Toché hizo el segundo para los locales, lo que supondría un gran mazazo para los burgaleses. Sin embargo, el Mirandés seguía siendo fiel a su estilo. Presión adelantada y llegadas desde las bandas. Pese a sus muchos intensos, el balón no entraba al fondo de la red, y el tiempo transcurría cada vez más rápido para el Mirandés. Y si el 2-0 fuera poco, a los seis minutos llegaba el tercero, que pondría punto y final a un encuentro que todavía contaría con un par de goles más. Borja Valle se plantaba delante de Raúl, y con mucha tranquilidad, batía al meta rojillo con una vaselina. 

Susaeta ponía la guinda al pastel

Con un Mirandés con las líneas muy adelantadas, el Oviedo seguía con su juego, pero incorporando balones a las espaldas de los defensas. En una jugada así, llegaría el córner que provocó el penalti para los locales. Un córner botado por Susaeta, pegaba en la mano de Galán, por lo que el árbitro señaló penalti. El eibarrés transformaba la pena máxima y colocaba el 4-0 en el luminoso. El Mirandés, sin nada más que perder, buscaba el gol como premio de consolación, y lo consiguió en el descuento. Un centro de Alain llegaba a las botas de Sangalli, que desde el segundo palo, remataría a gol.

No hubo tiempo para más. El Mirandés decía prácticamente adiós a los playoffs, mientras que el Oviedo se metía de lleno en la lucha por el ascenso a la Liga BBVA.