Quique Hernández sabe mejor que nadie que podría tener las horas contadas en el Hércules, más si cabe tras el pésimo partido realizado por los alicantinos ante el Eibar. Por ello, el de Anna, ante un posible cese, expresó: "En el mundo del fútbol nunca se sabe, cualquier decisión sobre mi futuro es respetable". Sin embargo, Quique dejó claro ante los medios que aún le quedan "fuerzas para sacar esto adelante".

El técnico lamentó la falta de acierto que posee el equipo de cara al gol y que está lastrando al Hércules en el arranque de temporada. "Tenemos problemas con el gol, es evidente", comentó. También se refirió a la primera parte ante el Eibar, donde el conjunto alicantino dejó buenas sensaciones, aunque éstas sólo fueran un espejismo: "Nos faltó suerte para definir, un gol nos hubiera dado tranquilidad, debemos tener más el balón. Sissoko tuvo una muy clara de cabeza en la segunda parte, pero el balón tampoco quiso entrar".

Por su parte, Quique Hernández aseguró que los jugadores quieren, pero el mal momento del equipo desencadena en "la falta de confianza que da los resultados". Pese a la mala situación del Hércules, el técnico aseveró: "Por buscar algo positivo, al menos dejamos la portería a cero. Llevábamos tres derrotas consecutivas y acusamos los muchos goles encajados". Aunque el Hércules camine con paso firme hacia otra temporada de infarto, el de Anna cree que la reacción del Hércules está cerca y "más tarde o más temprano llegarán las victorias".

Por último, el técnico tuvo palabras para la complicada relación que mantienen dos pesos pesados del vestuarios como Peña y Portillo con las gradas del Rico Pérez. "Los profesionales tienen que acostumbrarse a convivir con las críticas y trabajar para dar la vuelta a la situación. Lo importante es el equipo y las percepciones de otros hay que respetarlas", concluyó Quique Hernández.