Se presentaba una bonita tarde de fútbol en el estadio José Rico Pérez de Alicante. Si el equipo local conseguía la victoria, saldría los puestos de descenso en los que ha vivido durante toda la temporada, y además también se situaría muy cerca de las plazas de promoción.

Muy pronto se complicaron las cosas para el Hércules, ya que a los tres minutos de partido se adelantaba el Sporting de Gijón. Santi Jara abría el marcador tras aprovechar un rechace de la defensa herculana.  

El gol tan tempranero sentó como un jarro de agua fría al equipo local, que trató de revertir la situación lo antes posible. El Sporting aprovechó la inercia que le daba un gol tan pronto para ampliar distancias, pero poco a poco el Hércules fue asentándose en el partido y llegando con más peligro a la portería defendida por Cuéllar. El equipo local creó numerosas ocasiones para empatar el partido, principalmente en las botas de Eldin y Sugi. El japonés fue el hombre más peligroso y desequilibrante del conjunto entrenado por Quique Hernández. Pese a la importancia de Sugi en el ataque herculano, fue Ortiz quien envió un gran centro para que Portillo pusiera el empate en el marcador, pero una vez más el guardameta visitante estuvo acertado.

A la reanudación del choque se vio a un Hércules más valiente, con la línea defensiva más adelantada. Quique Hernández decidió retirar a Sardinero para dar entrada a Javi Hervás.  El equipo alicantino salió con mucha fuerza en busca de la igualada, pero no conseguía transformar esa fuerza en claras ocasiones de gol. A los 15 minutos de juego retiró al lateral Alex Muñoz, y metió en el campo a Gai Assulin. Tras unos minutos de desconcierto por el sistema de juego, el Hércules consiguió adaptarse y buscar el gol de nuevo.

Ataque por acumulación

El equipo alicantino dio la sensación en muchas ocasiones que atacaba por acumulación de jugadores ofensivos, y no porque realizara buenas jugadas colectivas. Esa sensación se acrecentó aún más cuando Quique Hernández retiró del campo al lateral derecho, Ortiz, para dar entrada a otro delantero. La mejor ocasión herculana llegó en los compases finales del choque, cuando Assulin envió al poste un balón que parecía que iba a acabar dentro.

Esta situación de partido en la que el Hércules defendía únicamente con dos jugadores, permitió al Sporting disfrutar de varias ocasiones para sentenciar el partido. Pese a que algunas de ellas fueron muy claras, no acertaron de cara a puerta.

El Hércules puso fin así a la racha de dos partidos seguidos ganando que le había  aupado en la clasificación, y deberá esperar para salir de los puestos de descenso. Su próximo rival será el Alcorcón. El Sporting, por su parte, parece que ha perdido el miedo cuando juega lejos de El Molinón y consigue una victoria que le deja clasificado en tercera posición.

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