Seis años después el Sporting de Gijón comenzó la campaña con victoria. El Real Madrid Castilla fue su víctima en el estreno liguero en El Molinón, en un partido que el conjunto local dominó de principio a fin, quedándose corta la exigua renta de apenas un gol de diferencia que hizo sufrir por el marcador hasta el pitido final, si bien los pupilos de Toril no gozaron apenas de ocasiones de peligro.

José Ramón Sandoval puso en liza un once muy similar al que disputó el Villa de Gijón la pasada semana ante el Villarreal, con las novedades de Mandi, en el eje de la defensa en sustitución de Iván Hernández; y Hugo Fraile, quien no pudo jugar por lesión ante el submarino amarillo. Sin embargo, pese a que la alineación era casi idéntica el equipo funcionó mucho mejor en su estreno liguero. Con las ideas muy claras, el Sporting trató siempre de mantener la posesión del balón, jugando con calma desde atrás y buscando la velocidad de sus atacantes.

Los primeros minutos fueron los únicos en que los merengues dieron sensación de peligro. Su salida, descarada y ofensiva, puso en aprietos a la zaga local que tuvo que defender dos saques de esquina nada más saltar al verde. Sin embargo, solventados los apuros iniciales el Sporting empezó a dictar su ley. Con un Mandi imperial en la defensa y elegante en la salida del balón, comenzaron los rojiblancos a mover la pelota con facilidad. En las bandas, Hugo Fraile y Santi Jara eran los estiletes que intentaban suplir la falta de efectividad de la sala de máquinas, donde Bustos y López Garai brillaban en defensa pero evidenciaban carencias a la hora del pase definitivo. Tampoco ayudaba Barrera, nuevamente ubicado en la mediapunta donde evidencia encontrarse muy por delante de su mejor posición, obligado a tareas que no domina.

Scepovic, debut con gol

Basado en la posesión, el Sporting ganó metros y empezaron a aflorar las ocasiones. Se sucedieron varias llegadas por banda, casi todas iniciadas por un gran Hugo Fraile pero sin rematador, que evidenciaban el dominio local. Poco a poco el Castilla se vio obligado a defender más y más cerca de su portería, y fruto de ello se produjo un barullo tras varias jugadas en que la defensa merengue no pudo despejar el balón. Ahí fueron más listos Garai, para encontrarse un balón suelto, y Scepovic, que recogió el envío del primero con un gran control para enganchar una potente volea ante la que nada pudo hacer Pacheco. Corría el minuto 22 y la parroquia local celebraba un gol que hacía justicia a lo visto en el terreno de juego.

No se amilanó el conjunto rojiblanco con la ventaja, y lejos de ello siguió acrecentando su dominio, apoyado ahora en un Scepovic genial. No solo había anotado el gol, sino que el delantero serbio estaba demostrando una tremenda movilidad, un fabuloso juego combinativo lejos del área y una gran facilidad para jugar de espaldas y ayudar a las incorporaciones de los extremos y los laterales. Bajó el ritmo de llegadas, sin que ninguno de los dos equipos disfrutara de ninguna ocasión hasta al descanso, pero el Sporting mantuvo bien la posesión sin sufrir en defensa.

En la segunda parte no variaron un ápice las tornas. El Sporting mantuvo el guion del primer acto y además aumentó su presencia ofensiva, ayudado sobre todo por Lora, desacertado en la primera parte, que empezó a sumarse al ataque con más frecuencia. De sus botas salió un centro que a punto estuvo de convertir en gol Scepovic en el 51, así como otro que el propio serbio no remató con claridad en el 60 pero que a punto estuvo de terminar en gol gracias a Hugo Fraile, que apareció en el segundo palo. Y más clara aún fue la ocasión de que dispuso entre medias Bernardo, cuyo remate de cabeza a la salida de un córner lo sacó bajo palos Casado cuando se cantaba el 2-0.

Un Castilla sin reacción

Llegaba el ecuador de la segunda mitad y no había noticias del conjunto visitante. El poderío de Bustos y López Garai, inmensos en la destrucción, devoraba todos los intentos de reacción del filial madridista, desbordado por la presión de la línea medular local. Además, los cambios introducidos por Sandoval, con los relevos de Carmona y Mendy para aportar aire fresco en ataque, ayudaron a que el nivel de esa presión bajase. 

A falta de apenas diez minutos volvió a gozar de una gran oportunidad el Sporting tras una larga jugaba combinativa, que terminó con un pase de López Garai a Carmona, quien no fue capaz de dirigir el disparo a portería.

Con los nervios propios de un marcador exiguo que no reflejaba la diferencia que se veía en el terreno, el Sporting se encerró en exceso en los minutos finales. Sin embargo el Castilla, con más corazón que cabeza, no solo no logró el empate sino que apenas gozó siquiera de ninguna ocasión peligrosa, permitiendo a la parroquia de El Molinón celebrar con el pitido final la conquista de los tres puntos.

Aparte de la victoria, el Sporting convenció con su juego, dejando en el aire la posibilidad de que, con toda una pretemporada a su disposición, José Ramón Sandoval haya inculcado su filosofía de juego de una manera más constante que en la pasada temporada, donde la línea fue muy irregular. De momento, tres puntos y esperanza para el Sporting.