Stefan Scepovic y su lugar en el mundo

El Sporting ha encontrado en el delantero serbio a un filón y la afición ha reconocido en el dorsal nº12 un motivo para soñar con el regreso a Primera.

Stefan Scepovic y su lugar en el mundo
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Por Mariano Jesús Camacho

Stefan Scepovic es uno de aquellos casos de búsqueda incesante de un hogar futbolístico, de un destino que bajo sus pies aventureros le descubra su lugar en el mundo, el enclave mágico en el que explotar y trascender, expresando libremente aquellas cualidades por las luchó, soñó y creyó nacer. Y en El Molinón, estadio al que le han llevado los atajos del destino, parece haber encontrado el lugar en el mundo que le estaba esperando para demostrar el gran delantero que es.

Su padre Sladan era delantero centro como Stefan y uno de los más recordados por el Partizan de Belgrado. En el ocaso de su carrera jugó en el Mérida (temporada 96/97), en la que el conjunto emeritense logró el ascenso, luego colgó las botas pero permaneció en España durante cinco años para obtener el carnet de entrenador, periodo de tiempo en el que el joven Stefan afinó sobremanera su aprendizaje del español. Stefan comenzó a forjarse como futbolista en las secciones inferiores del Mérida, como buen loco bajito siempre estaba enredando con el balón, como canta Serrat jodiendo con una pelota con la que tiraba los refrescos de las mesas colocadas en la plaza de España y la plaza Pizarro, junto a su compañero de trastadas Sergio Rodríguez, hoy en el Real Oviedo.

Llegó a despuntar en las categorías base del fútbol español, siendo incluso llamado para la selección de Extremadura, logrando captar el interés de varios equipos (entre ellos el Real Madrid), pero en los planes de Scepovic padre estaba su regreso a Belgrado. A su regreso a Belgrado integró las inferiores de Partizan hasta edad juvenil, pero la inquieta y aventurera  personalidad de Stefan no acabó echar raíces futbolísticas en ningún lugar. Las enormes cualidades futbolistas que apuntaba no se tradujeron en un rendimiento regular, por lo que pudo ser una trayectoria consolidada en su talento goleador, acabó convirtiéndose en una carrera errática y nómada de la que sin duda extrajo  conocimientos y una temprana madurez que le ha servido para aprender que el estatus de futbolista profesional se gana en cada carrera, cada remate…

 Scepovic jugó en el OFK de Belgrado, equipo en el que debutó como profesional en el año 2008. El OFK lo cedió al F. K. Mladi Radnik y al F. K. Sopot en la temporada 2008/09, y luego probó suerte en el fútbol italiano, en las filas de la Sampdoria, donde estuvo durante seis meses, no logrando adaptarse al conjunto genovés. Su siguiente parada de destino hacia la búsqueda de un escenario en el que reivindicar el gol, fue el Brujas belga, pero el jugador serbio no gozó de demasiadas opciones para demostrar su talento. El Brujas lo cedió al KV Cortrique y regresó nuevamente al Brujas, pero el técnico Adrie Kosteren, no acabó de confiar en el talento serbio por lo que sin pociones de jugar amplió su vertiginoso currículum en el fútbol israelita, en las filas del Hapoel Acre.

Sin duda su llegada al fútbol israelí representó para Stefan la posibilidad de reencontrase consigo mismo, con ese incipiente talento que tantas cosas había apuntado desde juvenil. En la temporada 2011/12 firmó 18 tantos en 44 partidos, Stefan apenas tenía 22 años y acumulaba hasta ocho conjuntos en su carrera profesional; no acababa de encontrar su lugar en el fútbol. Para la familia Scepovic el gen del delantero se encuentra bien asentado en la cadena de su ADN futbolístico, puesto que Marko, que juega en Olympiakos es también ariete, aunque de unas características diferentes a la de Stefan. En su caso las estrellas no acababan de alinearse para que la saga Scepovic escribiera una página más, subiendo ese escalón de calidad que Stefan parece poseer en referencia a su progenitor, que en más de una ocasión ha reconocido que Stefan es y será mejor jugador que él. Precisamente en la figura de Sladan siempre encontró el mayor apoyo, el mejor consejo: la paciencia y el trabajo para encontrar el camino hacia el gol.

Tras lograr desvincularse contractualmente del Brujas regresó a Belgrado para jugar en el Partizan, que firmó al ariete por dos años. En Belgrado coincidió con su hermano Marko, llegando a debutar en Champions y anotando ocho tantos, pero Stefan no acabó de romper definitivamente por lo que fue cedido nuevamente al  FC Ashdod israelí, donde se reencontró con su mejor versión. Afortunadamente las cualidades de Stefan no pasaron desapercibidas por los diversos scouting del fútbol europeo, que tomaron buena nota de aquel chaval que había dejado buenas sensaciones como internacional serbio, tanto en categoría sub 21, con la que llegó ser seleccionado en 18 ocasiones, como en la categoría absoluta, con la que debutó el 29 de febrero de 2012 frente a Chipre, anotando su primer gol ante Macedonia un encuentro de la fase de clasificación para el Mundial 2014.

Por ello al despacho de Raúl Lozano, secretario técnico del Sporting de Gijón le llegaron buenas referencias de este chaval que no acababa de encontrar su lugar, pero que apuntaba una serie de cualidades a las que al menos había que otorgar la posibilidad de explotar.  Y no hay mejor lugar para ello que El Molinón, mítico escenario que se nutre habitualmente de Mareo, pero que fundamentalmente se nutre del talento y la juventud. Y posiblemente por la citada razón Stefan Scepovic, un chaval con numerosas experiencias en su corta carrera haya encontrado en Gijón el grial de un oficio en el que grandes futbolistas sentaron cátedra.

Cuando llevaba tan solo un mes de competición, Scepovic se hizo hueco en el corazón de la afición sportinguista. Es más Stefan hizo historia nada más llegar, pues anotó en sus primeros cuatro partidos. Su gol en El Toralín no valió solamente para que el Sporting salvara un punto en su visita al siempre complicado hogar de la SD Ponferradina, sino que sirvió para igualar el record, hasta ahora monopolizado por Chicote, como único debutante en ver portería en cada una de las cuatro primeras jornadas de la temporada.

Ser delantero en El Molinón no es asunto nimio puesto que la entendida grada astur tiene especial instinto a la hora de reconocer al buen delantero, no en vano el Sporting vio brillar al Brujo, a Enrique Castro Quini e irrumpir a El Guaje, David Villa, por lo que la especial predilección que siente por el dorsal nº12 del serbio Scepovic comienza a ser asunto serio para la mesa redonda del fútbol. No en vano Scepovic es pese a medir 1,90 m de estatura de esos delanteros con especial movilidad y agilidad, cayendo a banda con gran sentido táctico y creando espacios para sus compañeros.

Por todo ello no es de extrañar que la grada le haya elegido como pilar de un objetivo que apunta a ilusiones de ascenso renovadas, del retorno a una categoría que el Sporting jamás debió abandonar. La hinchada, a ritmo de la película “El Golpe” entona la siguiente cantinela en cada encuentro para alentar la fina puntería del que ya es ídolo: “Hemos venido hasta aquí, hemos venido hasta aquí, para ver marcar a Scepovic”

Llegó a préstamo con un contrato de cesión por tres temporadas, procedente de Partizan de Belgrado, pero la progresión de Stefan propició el esfuerzo de la entidad asturiana, que consiguió crédito para ‘atar’ al serbio pagando su cláusula de rescisión, que ascendía a un millón de euros. El hijo Sladan, es hoy Pichichi y mejor jugador de la primera vuelta de la División de Plata del fútbol español y la mayor referencia para una afición siempre dispuesta a soñar y cantar los goles de este poeta del no lugar que parece haber encontrado su lugar el mundo: El Molinón, escenario donde disfrutan de los goles de un delantero espigado, muy prosaico en su potente estructura física, pero de versos sueltos en su pierna derecha y poemas que dibujan testarazos letales hacia el gol, que en Gijón siempre será otra cosa…

Foto: sporting.elcomercio.es

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Sobre el autor
Mariano Jesús Camacho
Diez años escribiendo para medios digitales. Documentalista de la desaparecida web Fútbol Factory. Colaboré en la web deportiva italiana Sportvintage. Autor en El Enganche durante casi cuatro años y en el Blog Cartas Esféricas Vavel. Actualmente me puedes leer en el Blog Mariano Jesús Camacho, VAVEL y Olympo Deportivo. Escritor y autor de la novela gráfica ZORN. Escritor y autor del libro Sonetos del Fútbol, el libro Sonetos de Pasión y el libro Paseando por Gades. Simplemente un trovador, un contador de historias y recuerdos que permanecen vivos en el paradójico olvido de la memoria.