El sol tenía que volver a salir en el Molinón, y salió. Durante la previa del partido, muchas miradas se dirigieron al cielo, en recuerdo de la persona que había hecho feliz a tanta gente. Dos años después de su repentino fallecimiento, el recuerdo y el cariño de los sportinguistas hacia la figura de Manolo Preciado continúa y son muchos los que quieren rendirle el homenaje definitivo, devolviendo al que siempre será su equipo al lugar que le pertenece.
La última jornada regular de la Liga Adelante no tenía otro objetivo que el de devolver la ilusión al sportinguismo. El Sporting tenía que ganar para lograr una de las plazas de playoff, la última oportunidad de ascenso del campeonato, frente a un Tenerife repleto de suplentes y sin nada en juego. El escenario parecía el idóneo, con todo preparado, nada podía salir mal.
Muy precavido durante toda la semana Abelardo comentaba que el Sporting tenía que demostrar desde el minuto 0 la importancia que tenía para ellos el encuentro. Un mensaje que caló con fuerza en la plantilla, ya que, a los dos minutos, el Sporting ya iba por delante en el marcador. Lekić, descolocando con un par de movimientos a la defensa tinerfeña y al propio portero blanquiazul, cruzó el balón lo más lejos posibles de sus rivales.
No hubo tiempo para que la afición rojiblanca se pusiera nerviosa. El Sporting, muy centrado durante los primeros compases, se aseguró de hacer su trabajo y certificar cuanto antes su puesto en el playoff. Tal era su seguridad que al cumplirse el primer cuarto de hora, el marcador del estadio más antiguo del fútbol español ya reflejaba el 2-0. Carmona disparando desde el borde del área lograba colarle el segundo tanto a Diego Rivas.
Antes del descanso, el Sporting terminó de certificar su victoria tras una jugada bastante parecida a la del primer gol, Carmona aprovechaba un fallo de la defensa y colocaba a placer un centro que buscaba Šćepović , quien, sin problemas, metió el balón dentro de la portería.
Preparando la promoción
Con el 3-0 instaurado en el marcador y con un equipo en contra que no se jugaba nada, poco podía esperarse de la segunda parte. El Tenerife intentó mejorar la imagen del primer tiempo y salió más intenso llegando a encerrar durante unos minutos al Sporting en su campo. Un espejismo pasajero que quedó atrapado entre algunas jugadas individuales de uno y otro equipo.
No obstante, el segundo tiempo sirvió de ensayo para una afición que ya afina sus voces de cara a las semanas más importante del año. Cuatro partidos separan al Sporting de su objetivo, pero apelando al tópico más manido durante las últimas semanas, el de partido a partido; la mirada ya se fija en la isla vecina, en Las Palmas.
El próximo miércoles tendrá lugar el primer asalto del playoff con la vuelta el domingo en El Molinón. Mientras tanto, en las calles de Gijón ya se retoma el “pobre del que quiera robarnos la ilusión”.