Este Sporting rompe techos

Los rojiblancos asaltan un Toralín que no había lamentado derrota durante la temporada. Los tantos de Cases e Isma mantienen en la zona alta a un Sporting que ya suma 44 puntos.

Este Sporting rompe techos
Isma celebra su gol con rabia (www.lfp.es)
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Por Alejandro López Pérez

Ante las adversidades continúa luchando el Sporting de Gijón. En su visita a un Toralín invicto esta temporada, ni el frío, la lluvia, el viento ni el mal estado del césped pudieron tumbar a un equipo que sigue sorprendiendo a propios y a extraños. 

Y eso que fue el brasileño Yuri, el referente en el ataque local, el que probó fortuna primero con un potente disparo que salió cerca de la meta defendida por Cuéllar. Sin embargo, los rojiblancos impusieron rápido su ritmo e hicieron retroceder a las filas de Manolo Díaz.

En el minuto 17, una jugada de córner para los rojiblancos acabó con Sergio Álvarez pugnando y ganando un balón en la banda derecha para dejarlo a Carmona en profundidad y que el balear, apurando línea de fondo, pusiera un magnífico pase a la llegada desde la frontal de Nacho Cases que, sin que el balón tocase el suelo, enganchó con su zurda una volea que se coló por la cepa del poste. 0-1 que hacía justicia.

Jarro de agua fría para los de casa que reaccionaron rápidamente con dos ocasiones consecutivas. Primero, Carpio cedía de cabeza para Acorán que recortó dentro del área y puso el balón al palo largo para que Cuéllar se luciese con una estirada. Yuri obligaba de nuevo a lucirse en los últimos metros emeritense con un gran chut cerca del área pequeña. El 'Pichu' salvó a los suyos.

El juego físico de los chavales de Mareo ganaba la partida en los múltiples balones divididos que se dieron sobre el verde. La Mareona continuaba animando mientras la nieve hacía acto de presencia en Ponferrada.

Un par de fallos de Luis Hernández al comenzar la segunda parte llevaban los nervios a la afición rojiblanca. Nervios que se irían de golpe y porrazo con un tanto de bella factura de Isma López. El navarro se sumó a la banda izquierda del ataque para recibir en el vértice del área, irse de su par y cruzar un derechazo a la escuadra de la meta defendida por Kepa. La euforia invadía a los de Abelardo que celebraban en piña junto al banquillo.

Intentó reaccionar el cuadro local tras el tanto pero sus opciones al contragolpe se vieron desbaratadas por una bien organizada defensa. El campo tampoco ayudó a que hombres como Andy o Jonathan combinasen con facilidad con los hombres de ataque.

La Ponferradina, con poca fe, se rindió ante la superioridad del equipo que quiso y pudo. Los 1.600 sportinguistas convirtieron El Toralín en un pequeño municipal gijonés para celebrar que los tres puntos viajaban con ellos a tierras asturianas.