El Sporting sufrió un duro golpe en su visita al Estadio José Zorilla, cayendo derrotado por 3-0 en su peor actuación en lo que va de temporada. Los de Rubi fueron superiores en las dos áreas, mostrándose sólidos atrás y efectivos en las pocas ocasiones que tuvieron. Más de 2.500 aficionados rojiblancos se dejaron ver y oír en Pucela, arropando de nuevo a su equipo fuera de tierras asturianas.

Peor que la derrota es la lesión de Nacho Cases. El gijonés tuvo que abandonar el campo en el minuto 57 al resentirse de la rodilla. Al concluir el partido, tanto Abelardo como sus compañeros coincidieron en señalar la gravedad de la lesión. Su baja se suma a la de Rachid y Barrera, y deja la medular sportinguista muy escasa de efectivos.

Efectividad vallisoletana en la primera mitad

El comienzo del partido presentó a dos conjuntos intensos, presionando arriba y con las líneas muy juntas. Los rojiblancos empezaron cómodos, alternando posesiones de balón con buenas basculaciones defensivas. Los pucelanos, por su parte, buscaban a Óscar para dar pausa y sentido a sus transiciones. A su vez, Hernán Pérez se mostró decidido a encarar por la derecha a Isma López, explotando el flanco débil de la defensa gijonesa. El navarro se encontró incómodo y desbordado durante todo el partido.

  Hernán Pérez, con un rápido desmarque en diagonal, controló con el pecho y definió tras darse media vuelta

Cuando el choque estaba en punto muerto, con igualdad total sobre el césped, André Leao buscó desde la medular un pase en profundidad a la espalda de la zaga rojiblanca. Hernán Pérez, con un rápido desmarque en diagonal, controló con el pecho y definió tras darse media vuelta. Alberto, clavado en media salida, sólo pudo mirar como el balón golpeaba el larguero y entraba en el arco gijonés.

El Sporting trató de recomponerse y se echó arriba para igualar el encuentro. Los rojiblancos buscaron el gol explotando una de sus principales virtudes: las acciones a balón parado. Carmona gozó en los primeros compases del encuentro de dos buenas opciones de tiro, pero el balear falló en todas y cada una de las ejecuciones.

El segundo golpe llegó cuando apenas se había asimilado el primero. En el minuto 25 volvió a aparecer Hernán Pérez, en una de sus incisivas acciones desde el costado derecho. Recibió el balón con la defensa del Sporting replegándose y tras una bicicleta dirigió un centro preciso a la cabeza de Óscar, que anotó con todo a su favor.

Los de Abelardo quedaron muy tocados tras el tanto. No había claridad a la hora de sacar el balón, ya que la medular era territorio plenamente pucelano. Por su parte, Jony y Castro perdieron muchos balones en las inmediaciones del área vallisoletana. El cangués, que lleva gran parte de la temporada acostumbrando a la afición gijonesa a grandes actuaciones, se mostró en la tarde de hoy gris y sin chispa.  

Imprecisiones asturianas y lesión de Cases

La segunda parte comenzó con un Sporting decidido a tomar las riendas del partido, combinando y metiendo al Valladolid en su área. Los pucelanos, por su parte, apostaron por plantarse de manera sólida sobre el terreno de juego, tratando de conceder el menor número de ocasiones al ataque rival. Bernardo estuvo a punto de recortar diferencias en el minuto 53, rematando de cabeza ante la mala salida de Javi Varas. El balón, sin embargo, se marchó fuera de la portería local.

Cinco minutos después llegaría la peor noticia de la tarde. Tras la disputa de un balón dividido, Cases aterrizó en mala posición sobre el césped. Fue tras levantarse cuando se dio cuenta de que no podría seguir en el partido. Su lugar lo ocupó Guerrero, que añadiría pólvora arriba con un par de ocasiones que a punto estuvieron de encontrar puerta.

Con el paso de los minutos se agudizó la falta de precisión de los de Abelardo. Los hombres de arriba no acertaban a combinar entre ellos, mientras que el centro del campo sufría ante Timor y Álvaro Rubio. El Valladolid se encontraba cómodo con el resultado y el tiempo jugaba a su favor. Pablo Pérez entró al campo para intentar aportar ideas nuevas en el ataque sportinguista, pero sufrió la misma suerte que sus compañeros minutos atrás.

Cuando más volcado estaba el Sporting, con el esquema roto y los centrales más atentos al área rival, llegó la sentencia de los blanquivioletas. Omar encaró por la izquierda tras una buena combinación de los de Rubi, plantándose así frente a un Alberto que se precipitó en la salida. El pase atrás lo aprovecho Timor, marcando a placer ante la desprotegida meta sportinguista.

El partido quedó visto para sentencia tras el tanto del valenciano. El Sporting  siguió intentándolo con fe mediante algún arreón aislado. Sin embargo, la defensa del Valladolid siguió compacta y no se dejó sorprender en ningún momento. La Mareona no cesó de animar hasta el pitido final, algo que agradecieron los futbolistas y el propio Abelardo, que abandonó el césped con más de 2000 personas coreando su nombre.