Cualquier duelo directo entre los cinco equipos de arriba está siendo sinónimo de intensidad, ocasiones y, ante todo, de fútbol. Ayer en el municipal gijonés se vivió uno de esos partidos con aroma a Primera. Las gradas, pobladas casi en su totalidad, aportaron la magia a un gran espectáculo entre dos equipos que lucharán cada punto de aquí a final de temporada con un sólo objetivo en mente: el ascenso directo.
Dos planteamientos enfrentados
No hubo sorpresas respecto a los planteamientos. Los asturianos llevaron mucho peligro por las bandas, explotando sus ya conocidas virtudes: transiciones rápidas y balones al espacio para que los hombres más abiertos desbordasen a la defensa rival. Los primeros compases de la segunda mitad coincidieron con el momento de mayor inspiración de los de Abelardo, imponiendo su estilo y marrando varias ocasiones antes de que Muñiz, de penalty, inaugurara el marcador. Curiosamente, es el primera pena máxima concedida al Sporting en un año. La última había sido el 9 de marzo de 2014, ante el Numancia.
Los de Paco Herrera se mostraron fieles a su estilo, combinando con criterio y dejando muy poco margen al azar. Las bajas de Viera y Culio no fueron del todo fundamentales, ya que Las Palmas cuenta con uno de los mejores fondos de armario de la categoría de plata del fútbol español. Momo y Vicente Gómez cumplieron con su cometido, acaparando la pelota y gestionando con cabeza las posesiones amarillas. Las salidas de Ortuño y Valerón —aplaudido este último por buena parte del Molinón— aportaron sabia nueva al esquema de Herrera. El veterano jugador canario, que no tuvo demasiados minutos para explotar sus virtudes, aportó pausa y cabeza en mitad de dos conjuntos rotos, al igual que pasaría en la vuelta de los play-offs el pasado año.
La falta de puntería volvió a ser uno de las preocupaciones en el conjunto local. Con la marcha de los artilleros serbios, el Sporting sigue buscando una referencia ofensiva clara: Guerrero, que destaca como un delantero batallador y sacrificado, no acaba de despuntar. Cuatro goles en 22 partidos no son suficientes para un ariete con tantos minutos a sus espaldas. Por su parte, a Carlos Castro todavía se le ve verde en algunos aspectos del juego. El de Ujo ha sabido rentabilizar bien sus actuaciones, con 7 tantos en 18 encuentros —en muchos de ellos saliendo desde el banquillo—. Aún así, el Pitu es consciente de que al joven delantero le queda mucho por madurar, y prefiere foguearle poco a poco para que su progresión sea óptima.
El canario fue ganando peso con los minutos, llegando a firmar un par de jugadas de gran nivel en la segunda mitad
Una de las grandes incógnitas antes del encuentro era la de ver cómo respondían Muñiz y Mandi actuando en la medular junto a Sergio. El canario fue ganando peso con los minutos, llegando a firmar un par de jugadas de gran nivel en la segunda mitad. Abelardo necesitará su conducción y su pase para los choques venideros. El gijonés, por su parte, vivió altibajos durante todo el encuentro. En la primera mitad gozó de la oportunidad más clara: Jony filtró un pase en profundidad por la izquierda, con la defensa adelantada y dejando a Muñiz en una posición inmejorable para anotar el 1-0. Dudó hasta el último instante y su remate se fue por encima del arco. En la segunda parte pudo resarcirse al convertir el penalty cometido sobre Bernardo.
Poco a poco comienza a notarse el desgaste físico de algunos jugadores. Es el caso de Jony, que apenas ha tenido descanso a lo largo de la temporada y que se perderá el próximo encuentro, ante el Leganés, al ver su quinta amarilla de la temporada. Sí estará a disposición del Pitu la pareja de centrales, que cuajó un notable partido ante los insulares. Lograron secar a Araujo, uno de los máximos artilleros de la categoría y que últimamente no pasa por su mejor momento. Bernardo y Luis siguen dejando patente su magnífico estado de forma, y no en vano son los dos únicos jugadores de la plantilla que han disputado todos los minutos de la temporada (2430 minutos en 28 partidos). La plantilla prepara desde hoy su visita a Leganés con la convicción de que llevar a buen puerto este tipo de partidos acaba siendo esencial para estar en los puestos de privilegio.