Como es lógico a estas alturas del campeonato, algunos equipos se comienzan a jugar su futuro más que otros. En este caso, el club gallego tiene prácticamente terminada su temporada, en una cómoda decimocuarta posición y con la permanencia virtualmente conseguida, se sitúan diez puntos por encima del descenso a falta de 18 puntos por disputarse.

Las carambolas para su descenso parecen improbables, pero desde Lugo no se confían y este sábado quieren firmar con tres puntos su salvación definitiva. Llegan al partido, tras no conocer la victoria en las últimas cinco jornadas, con el pie levantado del acelerador debido a la comodidad en la tabla, pero con ganas de revertir la situación para terminar la temporada lo mejor posible y de brindar una victoria a la hinchada local.

Fortín en el Anxo Carro

Con solo dos derrotas en su casillero como local, -frente Betis y Girona- el Lugo ha cosechado gran parte de sus puntos en su feudo, 34 puntos sobre 46 avalan esta racha. No es un campo fácil el Anxo Carro y sino que pregunten a dos “gallitos” de la categoría como son Valladolid y Las Palmas. Ambos conjuntos cayeron derrotados en el estadio lucense por la mínima. Lo que hace que el próximo partido pese parecer un desplazamiento asequible debido a las “pocas” necesidades de puntuar de los locales, se presenta como un examen para los asturianos que pueden dar un golpe sobre la mesa de ganar en Lugo.

La cara más visible de este Lugo es su entrenador: Quique Setién. El cantabro -gran amigo de Manolo Preciado- disfruta de su sexto año en la entidad gallega, donde logró devolver al equipo a la división de plata, con hombres conocidos por la parroquia rojiblanca, como Isma López, el cual fue pieza fundamental en ese ascenso como enganche con la delantera. Desde la llegada del mister a Lugo el club ha ido creciendo poco a poco, forjando una gran historia detrás y siendo muy querido.

Fuente: Lfp.es

Un equipo con sello propio

Con un estilo propio, marcado por el mimo al balón y la elaboración de las jugada desde atrás, el entrenador cantabro ha puesto un sello en Lugo fácil de reconocer. No es raro escuchar que en Lugo han llegado jugadores valorando la propuesta futbolística mas que la económica, y sin duda gran parte de culpa tiene Quique.

Desde la posición de portero, al que pide que sea uno más en el juego, hasta los delanteros que serian el último escalón de juego los cuales pide que rematen siempre que sea posible. Con unos laterales que se suman al ataque en las acciones defensivas, y unos centrales que controlan la retaguardia y son los encargados de dosificar el juego de una banda a otra para comenzar de cero una jugada, forma la linea de atrás.

En la línea de medios, las funciones siempre están repartidas. Mientras que un medio centro es el encargado de recibir en el mejor sitio posible una posible salida por parte de los centrales, el otro mediocentro es el encargado de crear la situación ofensiva del equipo. La función de los extremos es de recibir abajo y a partir de ahí sumarse al ataque casi llegando a ser tres delanteros los que lleguen al remate final.

Pesé ser una posición bastante libre, el mediapunta también tiene una labor especifica en los equipos de Setién. El rojiblanco Isma López ya destacó en está posición, aportando juego y gol. Con una libertad propia de la situación, el mister pide que se centren en proponer soluciones de cara al gol. El último pase, corre a cuenta de este jugador con lo que es de gran importancia en el juego lucense.

Como no puede ser de otra forma, la finalidad de la siguiente linea, la delantera, tiene como misión el gol. Por lo que el mister precisa de que todas las acciones terminen rematadas, sea de la calidad que sea el remate, siempre será mejor que el balón termine fuera, a que por un fallo el contrario disponga de una contra