El tercer tiempo. 75 minutos del "viejo" Madrid condenan a los blancos

El conjunto merengue pinchó en El Sadar ante un Osasuna muy voluntarioso e intenso. Los hombres de Ancelotti hicieron unos primeros 15 minutos en la línea ascendente que traían, pero tras el gol inicial de Oriol Riera el equipo se vino abajo y sufrió dos mazazos más: el segundo tanto del delantero rojillo y la expulsión de Sergio Ramos. Con más fortuna que juego, primero Isco y luego Pepe empataron el partido y consiguieron un punto que sabe a poco. Isco, Modric y Xabi lo único salvable en un partido desastroso de los tres de arriba.

El tercer tiempo. 75 minutos del "viejo" Madrid condenan a los blancos
Miguel Balderas (vavel.com)
peinado90
Por Rafael Peinado

Llevaba el Madrid una serie de partidos jugando un nivel alto, controlando el encuentro, dominándolo y jugando un fútbol alegre, ofensivo y que combinaba transiciones largas con muchos toques y ataques vertiginosos. También estaba siendo cada vez más usual ver el equipo junto, sabiendo a lo que jugaba, presionando arriba y con movilidad, y así fue durante 15 minutos. En ese cuarto de hora el conjunto blanco hizo muchas cosas bien, pero tras encajar el gol todo cambió, volvieron los fallos de hace meses y al equipo le entraron dudas sobre todo a raíz de la expulsión: ¿presionar o replegar?, ¿atacar por las bandas o por el centro?, ¿meter a un central o mantener línea de tres? Muchas incertidumbres se crearon y pocas fueron las soluciones que ofreció un Madrid plano, con poca intensidad y con varios jugadores aún bajando del autobús.

(Equipo ordenado y con las ideas claras durante los primeros minutos)

Superioridad rojilla en bandas y centro

La intensidad con la que ambos equipos afrontaron el choque fue clave. El Osasuna, como siempre que se enfrenta al Madrid en su estadio, jugó al 110%, el conjunto blanco, por su parte, traía una dinámica de juego y resultados muy positiva y salió al campo más confiado. Tras unos primeros minutos de buen fútbol llegó el gol local y con él el cambio de actitud del equipo blanco. Los hombres de Ancelotti bajaron la intensidad mientras que el equipo Navarro la subia, crecidos por el gol. Siempre que un jugador merengue tenía el balón en posición ofensiva estaba rodeado de varios jugadores, las ayudas eran constantes y el trabajo y esfuerzo colectivo excelente. Así morían muchos ataques blancos, pues la poca movilidad hacía más fácil la labor defensiva.

Modric, Xabi e Isco solos no bastan

Si Bale, Benzema y Ronaldo fueron la cruz, Modric, Xabi e Isco fueron la cara. Los tres “jugones” completaron un partido notable y fueron los únicos que dieron la cara durante el partido, siempre queriendo el balón, pidiéndolo e intentando trazar jugadas, pero estaban solos. La expulsión de Ramos terminó por romper el trío y el motor del equipo, Ancelotti se vio obligado a retrasar a Xabi Alonso primero y a retirar a Modric del terreno de juego para dar entrada a Nacho y que el tolosarra parara de nuevo al centro del campo. Isco, muy voluntarioso en ataque, y también en defensa terminó por ser sustituido por Jesé cuando ya no tenía más gasolina.

Bale a un nivel muy bajo

El de Gales jugó su peor partido de blanco. Tras un difícil inicio de temporada completó varios partidos a un nivel aceptable, no aportaba mucho al juego combinativo del equipo, pero sí en el aspecto realizador y asistente, además de un notable derroche físico para ayudar a su lateral, replegar o presionar y tirar desmarques. Es un hecho que no termina ni de estar cómodo en la banda derecha ni con el estilo del actual Madrid, ese basado principalmente en ataques estáticos y mediante pases, ahí, sin espacios su rendimiento baja mucho.

Frente a Osasuna no se le vio ni en ataque ni en defensa, no estuvo fino con el balón, pero tampoco sin ni él ni con la actitud suficiente, y el equipo lo notó. Intentó seis centros, falló los seis. Solo disparo desde muy lejos y sin peligro. Se asoció muy poco con sus compañeros, con los que solamente conectó en 11 ocasiones, con un bajo porcentaje de acierto (73%) y casi todos en posiciones alejadas de la portería.

No solo Bale estuvo a un nivel muy bajo, también Benzema mostró su lado más habitual: apático, poco luchador, sin crear peligro ni poner intensidad a un partido en el que ni se le vio ni se le esperó. Al contrario que el francés, el que no estuvo al nivel que acostumbra fue Ronaldo. El portugués parecía no estar totalmente recuperado de su pequeña lesión y se mostró un tanto precavido, abandonando constantemente la banda para centrar su posición y tener que recorrer menos metros para llegar a zona de remate.

Centros a nadie y desde posiciones poco ventajosas, pocos apoyos

El Madrid se quedaba sin ideas y comenzó a abusar del balón en largo y de los centros lateralesLa presión e intensidad del conjunto Navarro y la falta de movilidad de los jugadores blancos hacía que al haber pocas opciones de pase los hombres de Ancelotti buscaran alternativas, ya que Isco, Xabi y Modric no encontraban compañeros con los que asociarse. Los centros, muchas veces desde posiciones poco favorables, terminaban constantemente en las cabezas o cuerpos de los jugadores locales y no creaban ningún peligro.

Muchos jugadores se concentraban en el área, pero ninguno daba apoyos por dentro ni salía a recibir, todos esperanban un centro con pocas posibilidades de ser rematado.