Tres puntos de 39 posibles o lo que es lo mismo, 3 empates en 13 partidos. Ese es el balance del Villarreal en sus visitas ligueras al Santiago Bernabéu desde que en 1998 hiciese la primera. Desde entonces, tan solo en las temporadas 2002-2003 (1-1), 2005-2006 (3-3) y 2006-2007 (0-0) han sacado algo positivo del feudo blanco. El Real Madrid se ha impuesto con claridad en la mayoría de ocasiones siendo los tres últimos enfrentamientos un claro ejemplo: 6-2, 4-2 y 3-0. Unas estadísticas que poseen muchos de los equipos que visitan el Bernabéu pero extrañas en un Villarreal que, en los últimos años –exceptuando la 2011-2012-, acostumbra a estar en la zona noble de la tabla.
El de mañana será el partido número 14 entre Real Madrid y Villarreal en el Santiago Bernabéu. No parece el momento idóneo para sacar petróleo ya que los blancos necesitan los tres puntos tras empatar en el Nuevo San Mamés. Por su parte, el Villarreal, en su retorno a Primera, está protagonizando una gran temporada y está a tan solo tres puntos de la Champions. El empate no es bueno para ninguno de los dos equipos por lo que o el Real Madrid continúa con su autoridad ante el Villarreal o el ‘submarino amarillo’ celebrará la primera victoria en feudo blanco.
Un espectador de lujo
Uno de los enfrentamientos más recordados entre ambos equipos en el Santiago Bernabéu se produjo en la temporada 2005-2006. Era la jornada 37 de la Liga y ni Real Madrid ni Villarreal tenían nada en juego. Pero ese 7 de mayo de 2006 no se olvidará fácilmente. Zinedine Zidane, leyenda del madridismo y actual segundo entrenador merengue, ofrecía la última función ante su público. El francés había anunciado tiempo atrás su retirada del fútbol tras el Mundial de Alemania. El Bernabéu se llenó para despedir al galo que marcó el empate a 2. Al final del partido, Zidane intercambió la camiseta con un mito del Villarreal, Juan Román Riquelme, mientras el Bernabéu se rendía a los pies del francés.