Solo unas semanas después del choque liguero, Madrid y Barcelona vuelven a verse las caras, esta vez con un título en juego. El choque será en Mestalla, y el ganador se alzará con la Copa del Rey. El duelo se presenta equilibrado, pues ambos equipos tienen bajas. El Barça acusará sobre todo las de sus centrales, ninguno al 100% y con dudas en torno a su nivel. El Madrid no contará con su mejor jugador, Cristiano Ronaldo, pero sí con la mayor parte de sus efectivos. Será muy importante cómo presiona el Madrid y cómo se coloca el Barça para superar esa presión, al igual que las ayudas de los azulgrana a sus laterales y la movilidad de Messi, clave en el partido de liga.
Problemas en la defensa
En el último clásico el Madrid hizo mucho daño creando superioridades en banda
El punto débil de este Barça es sin duda su defensa. Arriba tiene multitud de delanteros, de hombres ofensivos con gol y determinación. En el centro del campo, los jugadores azulgranas brillan con el balón en los pies, creando juego y oportunidades. Sin embargo, en la parcela defensiva es donde más carencias tiene el equipo del Tata. Estas carencias se verán incrementadas con las bajas en el puesto de central. Piqué, su mejor defensor, no estará disponible, Mascherano es un cajón de dudas e inseguridades y Puyol y Bartra no están al 100%, el primero físicamente y el segundo en cuanto a madurez.
Aparte de individualmente, los hombres de Martino tienen serios problemas a la hora de defender en conjunto:
Las bandas, autopistas para el equipo contrario. Jordi Alba y Dani Alves son dos laterales ofensivos que aportan mucho en ataque. Sus incorporaciones provocan superioridades, haciendo el campo más largo y ancho. Pero en defensa sufren mucho, tanto en el uno contra uno como en sus espaldas. En multitud de ocasiones no regresan de sus jugadas ofensivas, dejando mucho hueco detrás, que puede ser aprovechado por Di María o Bale. Otro de los puntos negativos a la hora de defender las bandas es que ni Neymar ni Messi o Iniesta (los extremos) ayudan y repliegan atrás, por lo que es relativamente fácil crear superioridad por los costados, además el derecho es especialmente vulnerable, pues a Alves le cuesta mucho recuperar su posición y Xavi, interior de ese lado, pocas veces le hace la cobertura.
Salida de balón clásica con variantes
El modelo de juego del Barça implica sacar el balón jugado desde atrás, para ello los centrales se abren, los laterales avanzan y Busquets baja a recibir e iniciar la jugada. Escalonado con Sergio se encuentra Xavi, dando línea de pase, al igual que los dos laterales, todos por delante del pivote, que es Busquets y siempre se queda atrás guardando la posición y cubriendo las espaldas de los dos interiores. Después de esta línea aparece el otro interior, Cesc, además de Iniesta que baja a recibir saliéndose de la banda y en ocasiones también Messi, que sale de su posición baja hasta el medio, creando superioridad y dando numerosas salidas al poseedor del balón.
Ante presión rival, tal y como hizo el Atlético en Champions o el Madrid en el último partido de liga, el Barça tiende cada vez más a salir un poco más en largo, evitando y disminuyendo el riesgo de perder el balón en zona comprometida.
4-3-3 asimétrico en ataque
El Tata apostará por los jugones, concentrando mucha gente por dentro
En ataque posicional, en el Barça prima la libertad de movimientos y la movilidad de sus hombres ofensivos. Iniesta abandona la banda izquierda para apoyar al centro, Messi retrasa su posición, dejándola libre para Cesc que puede apoyar en corto u ocupar la zona que deja Messi, o para Neymar, que también tiende a irse al centro abandonando el costado derecho. De esta forma las bandas las ocupan los laterales, que suben y ocupan los huecos creados por los extremos en sus diagonales hacia el centro. Busquets es el único que mantiene una posición fija, guardando la espalda a los interiores y estando atentos a las coberturas de los laterales. Hasta Xavi suele abandonar su posición y llegar arriba, permutando con Cesc la zona de la mediapunta y pisando área.
Movimientos entre líneas, la clave del juego ofensivo culé
La posición de Messi entre Xabi y los centrales será clave en el devenir del resultado
Pocos jugadores atacantes ocupan de manera estática su zona de partida. La intención de los extremos e interiores es crear y ocupar espacios, dando siempre apoyos para que el balón pueda circular rápidamente mediante pases. De esta forma el Barça acumula mucha gente por el centro, a los jugadores que ocupan esas posiciones: Xavi, Cesc y Messi se unen los que parten de las bandas: Neymar e Iniesta. El brasileño sale de su banda para asociarse en la zona de tres cuartos, mientras que el manchego lo hace para escalonarse con Xavi y Cesc y dar líneas de pase. Ese escalonamiento entre los jugadores interiores es una de las claves, la otra la posición de Messi y Cesc. El argentino pocas veces fija a los centrales, aunque sí parte de ahí. Sus desmarques son de apoyo, entre los centrocampistas rivales y la línea defensiva, haciendo dudar a esta de si salir a por él y dejar hueco libre o dejarle recibir.
En el último partido de liga el argentino hizo mucho daño ahí. Ramos salió a por él en algunas ocasiones y su hueco lo ocupó Neymar haciendo un desmarque en ruptura en diagonal, para que Messi o el poseedor del balón mandaran un pase al espacio creado por Leo. El inconveniente de no salir es que si se gira y encara el argentino es muy peligroso, atrae a jugadores y su buena visión de juego es capaz de dejar solos a sus compañeros, como pasó en el gol de Iniesta.
Individualidades que marcan diferencias
Neymar, Iniesta y Messi ya fueron claves en anteriores clásicos
El Barça cuenta con varios jugadores capaces de desequilibrar la balanza a favor de su equipo, jugadores que pueden estar jugando un mal partido, pero que en un momento determinado sacan su varita mágica, dan un chispazo y determinan el resultado de un partido. En el equipo de Martino hay tres actores principales: Messi, Iniesta y Neymar. El argentino no necesita presentación y es, quizás, el futbolista más desequilibrante el mundo, capaz de marcar un gol de la nada, o asistir a un compañero tras atraer y sortear a varios rivales. El delantero culé ya ha dado muestras de su calidad en los muchos años que lleva en la élite, y a pesar de no pasar por un buen momento ya fue clave en la reciente victoria en el Bernabéu. Por otro lado se encuentra un jugador de parecidas características: Neymar. El brasileño tiene magia en sus botas, capaz de desequilibrar y sortear rivales con pasmosa facilidad. Su movilidad también conlleva mucho peligro y como ya demostró en los dos partidos de liga será un jugador muy a tener en cuenta. Por último, un jugón, el jugador que menos portadas acapara, pero capaz de sin marcar ni asistir levantar al público de sus asientos. Iniesta desequilibra lejos de la portería, donde se cuecen las jugadas y donde resulta clave para el juego asociativo de su equipo. El manchego tiene calidad para, estando lejos de la portería ser determinante.
Presión arriba, el mejor remedio para alejar el balón de su débil defensa
La mejor defensa del Barça es, sin duda, mantener la posesión del balón. Así deslumbró hace unos años con Guardiola, y aunque no mantiene esa alta presión de antaño, sí que aprietan a los rivales para dificultar la salida. Los problemas para defender en estático hacen que los azulgrana opten en muchas ocasiones por intentar robar lo más lejos posible de la portería. Pese a que con Pedro y Alexis dicha presión sería más eficaz por las características del español y chileno, Messi, Cesc, Neymar o Iniesta intentan recuperar arriba.