Cuando el 27 de agosto de 2012 se consumó el fichaje de Luka Modric por el Real Madrid, muchos ponían en duda el talento del futbolista croata, cuyo precio rondó los 40 millones de euros. Su papel, como teórico suplente, hacía que las críticas hacia el conjunto merengue por abordar su contratación por esa cantidad fueran constantes.

Modric despeja las críticas a base de fútbol

99 partidos después, esas críticas se han tornado definitivamente en elogios, y tras la última aparición del croata, los argumentos de quiénes dudaban de su valía quedan obsoletos gracias al fútbol que está desarrollando Luka Modric. Aunque le costó en sus inicios, debido a su falta de preparación previa al inicio de la campaña, por estar apartado del Tottenham, poco a poco el talentoso futbolista balcánico se ha ido ganando el derecho a formar parte del elenco de jugadores indispensables en el esquema de Ancelotti.

Modric jugó su partido número 100 con la camiseta blanca en Múnich

A caballo entre la posición de mediocentro y mediapunta, Mourinho entendió desde su llegada que su lugar estaba en la medular, para darle más protagonismo a su talento y hacerle más partícipe del juego del equipo. Si el luso apostó por el balcánico en dicha posición, su actual técnico perfeccionó la ubicación del croata sobre el césped, dotándole de un sentido que no se había visto hasta el momento en el juego de Modric.

Su consonancia con Xabi Alonso es total, el entendimiento entre ambos lleva al equipo a mantener un equilibrio indispensable, más si cabe, recibiendo la ayuda de la tercera pata del centro del campo que arma Carlo Ancelotti para dotar de ese punto de compensación a su conjunto. Modric se destaca como el futbolista de enlace con los jugadores de arriba, el que lanza los contragolpes con sus pases al hueco, pero también el que baja a recibir los balones a la zona de retaguardia, e iniciar así el juego.

Brillante actuación en Múnich, con y sin balón

Nuevamente en Múnich, el croata fue de la partida, y sin faltar a su hoja de ruta de la temporada, volvió a rallar a un nivel superior. Tranquilo con la pelota en los pies, sus coberturas a Carvajal y Bale por la derecha destacaron por encima del resto a la hora de juzgar el trabajo defensivo del balcánico. A pesar de su físico desgarbado, Modric ha demostrado ser un jugador solidario, que es capaz de sacrificarse por el grupo y su gran sentido táctico le dan una ventaja sensiblemente decisiva para comandar el centro del campo del flamante finalista de la Champions.

Cuando Pedro Proença decretó el final del histórico choque, que culminó con victoria blanca por 0-4 sobre el Bayern en Múnich, Modric sumó un partido más a su casillero, llegando a la centena de encuentros vistiendo la elástica blanca. 64 partidos de Liga, 21 de Champions, 1 en la Supercopa de España y 14 en la Copa del Rey, en los que ha conseguido seis tantos. Así divide el croata sus apariciones vistiendo la zamarra madridista, habiendo logrado sumar a su palmarés como jugador merengue una Copa del Rey y una Supercopa.