El tercer tiempo. El Madrid persiguió y consiguió 'su' Décima

El Madrid consiguió la Décima tras acosar y derribar el muro rojiblanco. El Atlético fue mejor en muchas fases y se encontró ante su situación perfecta tras el gol de Godín. Defendió cómodo hasta la entrada de Isco y Marcelo, que inclinaron el campo y fueron dos de los artífices del dominio blanco en los últimos 30 minutos. La prórroga casi fue un pase del Madrid ante un Atlético sin fuerzas. Enormes Di María, Marcelo y Carvajal, Ramos fue caso aparte, el sevillana fue el héroe.

El tercer tiempo. El Madrid persiguió y consiguió 'su' Décima
El tercer tiempo. El Madrid persiguió y consiguió 'su' Décima
peinado90
Por Rafael Peinado

Ancelotti optó finalmente por usar el 4-3-3. Dicho sistema ha sido el que mejor resultado le ha dado al técnico italiano a lo largo del curso, sobre todo ante equipos que no comprometían la posesión blanca. El 4-3-3 ya le funcionó a Carletto ante el Atlético en las semifinales de Copa del Rey, por lo que el técnico blanco repitió formación. El 11 fue el de gala, a excepción de lesionados, sancionados y con la duda de Coentrao o Marcelo. El portugués ganó finalmente la batalla y formó línea defensiva junto con Ramos, Varane y Carvajal. La otra gran duda residía en el sustituto de Xabi. El tolosarra es clave en los esquemas de Ancelotti y una amarilla en la vuelta de semifinales ante el Bayern hizo que no pudiera estar sobre el césped en Lisboa. Carlo optó por introducir ahí a Khedira, ubicándolo como pivote en un experimento que resultó fallido. El alemán tuvo como interiores a Modric y Di María. Arriba formaron Bale, Benzema y Ronaldo. Pese a las dudas que había en torno al francés y al portugués ambos fueron de la partida, aunque no estuvieron en plenitud física.

Posesión inicial con Ramos de ‘creador’ y un Khedira desacertado

Khedira fue el elegido para sustituir a Xabi, pero el plan no salió bien

Ancelotti optó finalmente por ubicar a Khedira en el lugar de Xabi, no modificando así el 4-3-3 que tenía pensado y que tan bien le fue ante los rojiblancos en Copa. De entrada, se dudaba si el alemán sería pivote y Modric interior o viceversa. Finalmente, Carlo optó por ubicar al croata donde mejor rinde, readaptando y reubicando a Khedira (que es más interior que pivote). La decisión se justifica en varios aspectos. Por un lado el alemán domina el juego aéreo gracias a su estatura y físico y el Atlético es un equipo que juega muchos balones en largo hacia Raúl García y Diego Costa, esperando conseguir segundas jugadas. La segunda justificación puede radicar en que el conjunto blanco pierde menos potencial dejando a Modric en su posición, con más libertad para subir y moverse que dándole esa libertad a Khedira y limitando las zonas de acción de Luka.

El ‘experimento’ no salió bien. Khedira no estuvo acertado ni en el corte, ni en el juego aéreo (solo un balón aéreo ganado y seis perdidos) ni tampoco con balón. El alemán, pese a ser pivote, no apoyó ni ayudó a sacar el balón jugado y con el balón estuvo lento y desacertado (solo 18 pases bien, con nueve errores y un 67% de acierto). El rol de iniciador de la jugada lo cogió Ramos, que durante los primeros minutos (también en el resto del partido) fue uno de los encargados de subir el balón e intentar superar líneas de jugadores enemigas con pases. El de Camas dio 67 pases correctos durante los 90 minutos y en el primer cuarto de hora, en los que el Madrid dominó con la posesión, fue uno de los más destacados consiguiendo 18 pases de los 20 intentados, siendo casi todos ellos en vertical.

Atlético muy cómodo desde el minuto 15 hasta la hora de partido

El partido comenzó igualado, igualado a miedo y a poco fútbol. El Madrid tenía el balón pero no llegaba. Por un lado tenía miedo al error y no arriesgaba en zonas comprometidas, tampoco había mucha movilidad ni fluidez en la circulación (solo en la zona de inicio). El Atlético por su parte asumió un papel reservón, también con miedo al error. Los hombres del Cholo no arriesgaron la pelota, iniciando la jugada con balón largo hacia Raúl García o Diego Costa en la mayoría de jugadas. Sin él replegaban, no presionando como en ellos suele ser habitual y juntando líneas.

Tras el gol, el Atlético cambió a 4-5-1 y se sintió como pez en el agua defendiendo y saliendo tras recuperar.

Tras los primeros, incómodos, minutos, el Atlético comenzó a sentirse más a gusto, tuvo periodos de dominio y acecho a la portería de Casillas y metió el miedo en el cuerpo al Real Madrid. Una de las claves fue Gabi. El capitán rojiblanco comenzó el partido asentado en el doble pivote junto a Tiago, intentando no perder el sitio, pues por su zona se movía Benzema y caía Ronaldo. El ‘8’ tras percatarse de que dichos rivales no estaban en plenitud ganó en confianza, perdió en miedo y respeto y se soltó, llegando a zonas de rechace tras segundas jugadas y acompañando la presión sobre los interiores blancos junto con Villa y Adrían.

Tras el gol la tónica solo cambió un poco. Simeone cambió el 4-4-2 por un 4-5-1, incrustando a Adrian en banda y poblando el centro del campo. Dicha línea de cinco permanecía muy cerca de los cuatro defensores y al Madrid se le hacía de noche en cada ataque, no encontrando ningún hueco por donde herir a su rival.

Ancelotti arriesga con Marcelo e Isco y mete al Atlético en su área

Carlo acertó con los cambios, pues Marcelo e Isco fueron inclinaron la balanza mejorando la circulación

Al Madrid no le quedaba otra opción que irse arriba, descuidar un poco la defensa y volcarse sobre el área de Courtois. Ancelotti reaccionó tras 60 minutos en los que el equipo no creaba peligro e hizo dos cambios muy ofensivos. Coentrao por Marcelo, que fue más interior, carrilero y extremo que lateral; e Isco por un desafortunado Khedira. Cambió dos jugadores, pero también el sistema que pasó a ser un 4-2-4 que en la mayoría de jugadas era un 2-4-4 con Ramos y Varane solos antes Villa y Adrián, Isco y Modric por delante con los laterales en la misma línea y arriba Bale y Di María en bandas y Ronaldo y Benzema (luego Morata) como puntas de lanza.

Modric e Isco formaron un doble pivote muy ofensivo, con poca capacidad de robo, pero muy creativo. De partida el croata hacía de pivote para recibir de los centrales y subir el balón, jugando el malagueño unos metros más adelantado, pero en muchas ocasiones se invertían los papeles, siendo Luka el que se soltaba y llegaba a zona de tres cuartos e Isco el que cerraba.

Marcelo desequilibró por la izquierda, asociándose con Di María y destrozando a Juanfran. El Cholo, se dio cuenta y dio entrada a Sosa por Raúl García para ayudar al lateral español que estaba siendo superando constantemente. Ni así consiguió el Atlético frenar las acometidas del Madrid por la banda izquierda. Desde ahí creó el conjunto blanco las mejores ocasiones del partido y llegó peligro. Marcelo tendía a meterse por dentro, Di María abría el campo, centraba con peligro, eliminaba rivales conduciendo y metía el miedo en el cuerpo a los colchoneros.

Amplitud, profundidad y peligro por banda izquierda

El Atlético cerró el centro y el Madrid buscó entrar por banda

El Atlético, con un 4-5-1 o 4-1-4-1 cerraba el centro herméticamente. Tiago era el pivote, con Gabi vaciándose en las ayudas en la izquierda y en el centro y Koke lo mismo pero en el costado derecho. La única vía de entrada que encontró el Madrid fueron las bandas. Por ahí, mediante los laterales y extremos, el Madrid conseguía no estar en inferioridad, y la calidad técnica individual hacía que se ganaran muchos duelos que comenzaban con igualdad numérica. La distribución de los jugadores a izquierda y derecha fue equitativa, pero no sus comportamientos. En la izquierda Di María (extremo) era el que abría el campo y Marcelo el que apoyaba por dentro. De esta manera tenía “ocupado” a Gabi, que tenía un ojo sobre él y otro sobre Ronaldo, que también merodeaba esa zona. Por el costado derecho el que hacía el campo largo y ancho era el lateral, Carvajal, siendo el extremo el que apoyaba en posiciones más interiores (Bale). De esta manera Isco y Modric siempre tenían compañeros pegados a la línea de cal, dispuestos a recibir, encarar, centrar y crear peligro.

La puntilla no la puso el gol psicológico, sino la inercia

En la prórroga el Madrid fue mucho mejor, dominó y goleó a un Atlético cansado

El Madrid empató en el 93, a escasos segundos del final del partido y cuando la afición del Atlético comenzaba a dejar de sufrir por las acometidas blancas y a disfrutar por ver el título tan cerca. El gol de Ramos dio paso a una prórroga que solo cambió ligeramente el guión de los últimos 30 minutos del tiempo reglamentario. El Madrid seguía monopolizando la posesión, llegando por banda y mostrándose más fuerte. El Atlético estaba herido psicológicamente, pero también en el aspecto físico. El conjunto blanco, con inercia positiva, tenía una marcha más y durante la primera parte de la prórroga dejó un pequeño adelanto de lo que iba a suceder. A través de la posesión, y poco a poco, llegaría, crearía peligro y estaría muy cerca de marcar, tan cerca que marcó tres en 15 minutos.

En los 30 minutos de prórroga el Atlético dio 38 pases buenos (61% de acierto), centró tres veces y tiró dos tiros. El Madrid por su parte evidenció su dominio en estos tres aspectos. Completó 118 pases buenos (87% de acierto), centró en siete ocasiones y disparó ocho veces, casi todas ellas con peligro.

Di María, ‘tanto va el cántaro a la fuente…’

Di María fue determinante en el 2-1 y elegido mejor jugador del partido

El argentino, nombrado mejor jugador del partido, fue una pesadilla para los rojiblancos. Estuvo en muchas y no siempre eligió bien, sobre todo a raíz del gol del Atlético centrando algunos balones desde posiciones demasiado retrasadas. Esos centros eran una bendición para Godín y Miranda, que veía llegar el balón de cara, en perfecto estado para su despeje, además Benzema ni las olía por arriba. Pero el rosarino hizo muchas más cosas bien que mal, sobre todo cuando empezó a elegir mejor sus acciones. Cuando recibía en posiciones atrasadas tenía varias opciones, y en todas solucionaba la papeleta por el bien del equipo. Unas veces conducía, regateaba y sorteaba jugadores rojiblancos dejándolos atrás y eliminando líneas de jugadores. Otras veces elegía el pase, pues apoyos no le faltaban. Marcelo apoya por dentro dando siempre línea de pase, al igual que Luka, pero este unos metros por detrás, de modo que el argentino fijaba y pasaba a un jugador en posición interior que desahogaba el juego hacia el otro lado. La otra opción que manejaba el ‘22’ era la de centrar, pero ahora lo hacía cuando estaba cerca de la línea de fondo, creando mucho peligro y provocando varios córners.

Di María acabó centando 17 veces (sin contar córners) y siendo determinante en el segundo gol del Madrid. Además también fue clave en el arreón final del equipo, llevando peligro por banda y centrando hasta 12 veces (córners excluidos) en los últimos 30 minutos del tiempo reglamentario 

Carvajal se doctora en las grandes citas

Carvajal no acaparó focos, pero fue de los mejores

El canterano ya había cuajado unas actuaciones de un nivel enorme en los partidos más trascendentales del Madrid hasta ahora. En la final de Copa ante el Barça fue un cerrojo atrás y una puñal en ataque, comenzando su oposición a ser llamado para el Mundial de Brasil. Los siguientes duelos fueron ante el Bayern, en los que Dani secó a Ribery y calló las bocas de quien dicen que es un lateral ofensivo pero que atrás tiene lagunas. Los alemanes atacaron mucho pero ni Alaba ni Ribery lograron superarlo. Ante el Atlético Carvajal volvió a cumplir con nota, siendo uno de los jugadores más destacados del equipo en tres aspectos: el ofensivo, el defensivo y en el anímico. El lateral aportó profundidad y amplitud por la banda derecha. Bale se iba hacia el centro y Dani doblaba y subía una y otra vez, llegando, centrando y creando peligro. En defensa ni Adrian ni Koke y Filipe le causaron problemas, pues el español estuvo impresionante al quite y recuperando rápidamente su posición tras subir. Por último también destaco en cuanto a coraje, garra y ganas de ganar pues no paró de intentarlo, se vació en cada jugada e hizo la banda derecha suya.