El factor Di María

El futbolista argentino fue, en los poco más de 15 minutos que estuvo sobre el campo, el mayor dolor de cabeza para la zaga rival, con sus intentos de crear por obcecación con la portería rival, saliéndose de los esquemas.

El factor Di María
Foto | Dani Mullor - VAVEL
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Por Manuel Vergara

No hay nada que más le guste al Santiago Bernabéu que el jugador que se mete en un sprint para salvar un balón de una pérdida irremediable y, en ocasiones, insustancial.  Esas carreras, demostrando pundonor y la negativa a rendirse, tuvieron su punto cumbre en hombres como Camacho o el propio Raúl, y desde hace unos años, encontraron heredero.

En 2010, de la mano de José Mourinho, llegó al Real Madrid un jugador argentino con aires de fragilidad. En el albor de su quinta temporada de blanco, Di María ha demostrado que su presencia física, a la hora de colaborar en labores defensivas, es fundamental para compensar un esquema de juego eminentemente ofensivo.

Un culebrón que viene de lejos

Casi desde su llegada, Di María es objeto de rumores sobre su posible salida del Real Madrid

Sin su despliegue, quién sabe a dónde habría llegado el Real Madrid campeón por décima vez de la Champions League. Pero su concurso en el equipo, desde hace ya dos campañas, siempre genera dudas. Tanto durante la competición como en los periodos de transferencias, la vinculación de Di María con la entidad de Concha Espina sufre siempre ser parte de los rumores.

Un verano más, y a pesar de haber sido designado como el mejor jugador de la final de Lisboa, su futuro parece alejarse más de lo que se acerca a la camiseta blanca, puesto que clubes como el Manchester United o el PSG han llamado a la T4 del Bernabéu con grandes ofertas en el aspecto monetario para hacerse con los servicios del internacional albiceleste.

Pero Ancelotti le considera indispensable en sus alineaciones, más si cabe ante una temporada de una gran exigencia por la acumulación de partidos; y una gran parte del madridismo comparte la opinión de su técnico. Di María se ha ganado un hueco entre los favoritos de la afición, por su derroche de entrega incluso en momentos, como el último partido ante el Atlético, en los que su futuro no está del todo claro.

Tras acomodarse en el mes de enero, en clara desintonía con el respetable, un cambio de actitud por parte del rosarino y una buena demostración de mano izquierda de Ancelotti recondujeron una situación que parecía avocada al éxito, y en apenas seis meses el argentino ha pasado de ser silbado a ser mayoritariamente aplaudido.

'Desatascador' por necesidad

Y es que cuando a falta de 15 minutos para el final del encuentro, la megafonía del Bernabéu anunció la entrada de Di María para desatascar un partido que se enfangaba, el feudo merengue estalló de júbilo, proporcionándole al argentino una cerrada y sonora ovación, que se amplió cuando éste trato de penetrar en el entramado defensivo que Simeone planteó en el choque de ida de la Supercopa de España.

Di María, en 15 minutos, generó más peligro para la portería de Moyá que sus compañeros en los anteriores 75

En los primeros 75 minutos, el Madrid se había mostrado como un equipo sin profundidad, plano en su toque de balón y que a pesar de monopolizar el cuero, no era capaz de crear verdaderas ocasiones de peligro para la portería de Moyá. Por su vertiente 'cambia-partidos', el Bernabéu agradeció la entrada de Di María, que en apenas cinco minutos cambió el devenir del encuentro.

Juanfran, que hasta el momento se había sentido ciertamente cómodo en defensa, necesitó de la ayuda de hasta dos compañeros para paliar los latigazos que el rosarino le infligía a la zaga rojiblanca por su costado. Este hecho descompensó al Atlético, que junto al cansancio, fueron los factores fundamentales que explicaron la aparición de huecos en el entramado defensivo.

A pesar de romper la igualada, Raúl García la devolvió pronto al marcador, y el Madrid viaja a la ribera del Manzanares con una pequeña desventaja en el global de la eliminatoria por la consecución de la Supercopa de España. A pesar de su consabida - y confirmada -  intención de abandonar el cuadro blanco, Di María goza de la confianza del cuerpo técnico y la afición, que intentarán poner de su parte para que el argentino reconsidere su postura y culmine el verano siendo parte fundamental de un equipo con las máximas aspiraciones.