James coge temperatura

El futbolista cafetero firmó su mejor actuación desde que es futbolista blanco en la abultada victoria madridista sobre el Basilea. El colombiano además fue el autor del cuarto tanto merengue, al filo del descanso.

James coge temperatura
Foto | AFP
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Por Manuel Vergara

La llegada de James Rodríguez a Concha Espina vino marcada por la sensacional actuación del internacional cafetero con su selección en el último Mundial en Brasil. Su rendimiento fue apreciado por la directiva del Real Madrid, que dispuso lo necesario para llevarle a portar la elástica blanca.

Su elevado coste, 70 millones por el trasvase de sus derechos desde el Mónaco, le hicieron fijar una diana sobre sus botas cada vez que éstas se alzasen sobre el campo. James tuvo un comienzo irregular, con una actuación discreta en la Supercopa de Europa, y a pesar de hacer el único gol que su equipo logró en la de España, las dudas no se despejaban.

Pequeñas dudas para comenzar

Pero la confianza de Ancelotti en sus facultades siempre ha sido un hecho. Suplente tan solo en uno de los encuentros oficiales disputados hasta el momento, partiendo desde la medular en la disposición táctica inicial del italiano, los genes le llevan a dar siempre más pasos hacia adelante que hacia atrás.

Los desajustes en defensa blancos, además de su nada destacado rendimiento cernían nubarrones repletos de dudas sobre su figura, pero ya en el primer acto ante la Real Sociedad, y posteriormente ante el Atlético en el mismo periodo de tiempo, sus actuaciones mejoraron sensiblemente.

Tras dos actuaciones de aprobado, James logró su primer notable. En su debut continental con el Real Madrid, el colombiano volvía a sentirse más cómodo y con mayor capacidad de movimiento, cayendo a las bandas y dejándose ver de forma habitual por las cercanías de la portería helvética.

El Basilea sucumbió estrepitosamente al poderío blanco, y en un primer tiempo sensacional, los de Ancelotti barrieron a los suizos firmando un 4-1 con el que se llegaría al descanso. El último de los tantos logrados en la primera parte, además, fue obra de un James que recogió un rechace del portero rival al tiro de Benzema para inaugurar su casillero goleador también en la Champions.

El trío se convierte en cuarteto

Antes, el cafetero había hecho las delicias del respetable asistiendo de tacón a Nacho en el preludio del primer tanto, con la inestimable colaboración de Suchy, zaguero del Basilea. James se sentía más cómodo, y sobre todo, en mayor medida unido al balón, pudiendo así generar juego y por tanto, desplegar sus facultades.

James se estrenó en Champions con el Real Madrid logrando uno de los cinco goles que los blancos le endosaron al Basilea

Su eminente decisión por sumarse al ataque le genera, además, una variante ofensiva más a su equipo, que cuenta con un nuevo efectivo para la zona de vanguardia. Los dos goles que ya lleva como futbolista blanco le contemplan, pero también su capacidad de asociación, convirtiendo la afamada BBC en algo más que un trío.

Cuatro son siempre mejor que tres, o eso debe pensar Ancelotti. El cuarteto que cierra James con la viola está obligado, al menos por convicción, a mejorar la eficacia merengue de cara a portería en el estreno de la temporada, uno de los principales problemas del equipo.

El mejor partido de James hasta el momento con el Real Madrid estuvo condicionado por un segundo acto, como el del resto del equipo y al igual que en envites anteriore, a menor nivel, que no sirvió no obstante para empañar el buen hacer del colombiano en los primeros 45 minutos.