El Tablero Real: asimilar y ordenar ideas en función de las piezas

El hnefatafl o tablero del rey era un popular juego con el que los vikingos mataban el tiempo durante las largas travesías en busca de nuevas conquistas y territorios en los que estampar su legendaria impronta. Mística, estrategia y audacia equiparables de los que otros vikingos, los de Carlo Ancelotti, deberán hacer buen uso en la búsqueda del triunfo. Para recibir al Rayo Vallecano, los pupilos del italiano deberán no solo enfrentarse a los franjirrojos, sino también a su propia identidad, puesto que con la segura vuelta de Bale al once, lo que proponía Ancelotti hasta el momento queda aparcado, para volver a retomar la disposición previa a que el galés se ausentase.

El Tablero Real: asimilar y ordenar ideas en función de las piezas
Foto | VAVEL
manuelvergara
Por Manuel Vergara

El Real Madrid cuenta con dos posibilidades de cara a cómo afrontar la vuelta de Gareth Bale al once del equipo, o al menos, a la dinámica habitual del mismo. Si el galés adquiere el compromiso mostrado por Isco y James, que en su ausencia han dado un paso al frente, las posibilidades del equipo aumentan considerablemente.

El de Cardiff, que ya en partidos cumbre como ante el Bayern de Múnich en semifinales de Champions el pasado año ya ejecutó los 'mandamientos' tácticos y defensivos de Ancelotti, podría, como segunda opción, no tener el mismo recorrido que sus compañeros, por lo que el planteamiento cambia notablemente respecto a lo visto en las últimas fechas.

La encrucijada de Ancelotti

Son momentos de especial relevancia para un Carlo Ancelotti que ha demostrado en su breve pero intensa estancia en el Madrid, ser capaz de encajar las piezas a pesar de que en un primer momento, el puzzle no pareciera dado a permitirlo. El pasado curso, amoldó a Di María a una posición de interior que le permitió llegar a las cotas más altas de juego y prestaciones de su carrera.

Con la lesión de Bale, el Madrid pasó de jugar con un 4-3-3 a un 4-4-2 que le otorgaba mayor domino del espacio en defensa, y mayor (y mejor) presencia en ataque

Esta nueva campaña se presumía, con la salida del argentino y la de Xabi Alonso, que volvería a tener problemas, pero el papel de James e Isco en las últimas dos semanas le han generado unos beneficios elevados, especialmente en la forma de juego. El 4-4-2 que plantea el italiano, con el colombiano y malagueño abiertos a las bandas, le otorga la posibilidad a Cristiano, además, de jugar más liberado, y a Benzema de caer entre líneas para ejecutar su mejor juego.

Esa posibilidad se le abrió al de Reggiolo tras confirmarse la lesión de Bale, que le ha tenido algo más de dos semanas en el dique seco. Con la vuelta del galés, y su presumible titularidad, lo que Ancelotti había encontrado debe volver a tejerse, al menos, hasta encontrar la ubicación y automatismos con el de Cardiff que ya parecían aparecer con la conjunción del cafetero y el de Arroyo de la Miel.

Hay dos puestos en lucha para tres opositores. Así, Bale, James e Isco pelearán, con los dos primeros situados en una posición más ventajosa, por un lugar en el once. Cuando el Madrid ejecuta su mejor juego en lustros, el problema de Ancelotti viene dado por la necesidad de adaptarse a las exigencias del guión - la titularidad de Bale -, o seguir apostando por el modelo que funciona.

El 4-3-3 con Bale incorporado a la formación (foto abajo) le da una sensación diferente al equipo. El cuadro de Ancelotti, que ya había encontrado ciertos automatismos con el repliegue en dos líneas de cuatro, con Cristiano y Benzema descolgados como dos puntas, tendrá que volver a ponerse el mono de trabajo y adecuarse a la nueva formación.

Bien James, bien Isco serán los encargados de salvaguardar el perfil zurdo de la defensa blanca, mientras que Bale, a pesar de que sus condiciones son eminentemente ofensivas, deberá reverdecer sus facultades como lateral, para comprender que el Madrid ha llegado a cotas elevadas de juego por dos aspectos: su disposición táctica tanto en defensa como en ataque; y su solidaridad defensiva, con un Benzema y Cristiano que, como primeras espadas en la presión, han corrido más hacia posiciones de defensa que en las últimas campañas.

Dos modelos de juego en un mismo equipo

Lo que está claro es que Ancelotti, como ha refrendado en multitud de ruedas de prensa, confía plenamente en las posibilidades del galés, al que respalda ciegamente. Con un Bale en forma, e implicado en las labores que han ejecutado Isco o James, si titularidad se da por segura. Con el galés en el campo, la vertiente atacante goza además de un nuevo registro.

*Mapa de calor de Isco (izq) y James (der) ante el Liverpool*

Este nuevo Real Madrid, a diferencia de los últimos predecesores, goza de una capacidad decisiva para adaptarse a lo que el entrenador desea en cada partido, siendo capaz de conjugar modelos de juego tan diferentes como efectivos. Y todo, incluso durante el desarrollo de un mismo partido.

Con Bale en el campo, la vertiente más vertical del Madrid sale a escena. El talento, indudable, del galés con espacios choca frontalmente con la capacidad de Isco de generarlos cuando no los hay. Y es el malagueño quién representa con mayor precisión la otra cara del Madrid: la de un equipo con mayor cuota de balón y más dominador del juego a través del cuero, pero sin caer en la banalidad del toque por el simple toque, y con la fijación de la portería siempre en mente.