Madrid – Alemania – Lisboa. Ese fue el camino que tuvo que hacer el Real Madrid para llegar hasta el Mundialito de Clubes 2014. Fue un trayecto complicado, con visitas a estadios donde el conjunto madrileño ha vivido algunas de las peores noches de su historia. Pero la maquinaria blanca, comandada por el capitán Ancelotti, desplegó su mejor juego para dejar atrás viejos fantasmas y alcanzar la final de la UEFA Champions League, éxito que no lograba desde el año 2002, cuando Glasgow presenció la majestuosa volea de Zinedine Zidane y el club de Concha Espina levantó al cielo escocés su octava ‘orejona’.

Tras 12 años de travesía por el desierto, el Real Madrid volvió a una final de su competición predilecta, esa que mantiene un idilio especial con el equipo y que parece seguir perdurando con el paso de los años. Antes de llegar a Lisboa, los hombres entrenados por Carlo Ancelotti demostraron que iban en serio a por el título, y con Cristiano Ronaldo con una voracidad estratosférica, fueron superando rivales hasta convertirse en justos finalistas de la competición.

La fase de grupos dejó al Real Madrid unos rivales asequibles, con la única amenaza de la Juventus para disputarle la primera posición. El Galatasaray se postulaba como alternativa, pero los blancos lograron un contundente 1-6 en Estambul para demostrar a los turcos que tendrían muy complicado alcanzar el liderato del grupo. El Copenhague también claudicó de manera estrepitosa en el Estadio Santiago Bernabéu, recibiendo un incontestable 4-0. Todas las miradas se centraron en el doble duelo ante la Juventus, primero en el coliseo blanco y después en tierras italianas. Los madrileños salieron contentos de ambos partidos, logrando la victoria en Madrid por 2-1 y empatando en el Juventus Stadium (2-2) un encuentro en el que sufrió para conseguir la igualada.

Foto: UEFA.

Con el camino hacia el primer puesto del grupo B prácticamente despejado, el club de Concha Espina logró dos nuevas victorias, terminando invicto la primera fase. Primero fue el Gatalasaray el que perdió por 4-1, mientras que el encuentro en la capital danesa se saldó con 0-2 favorable al conjunto dirigido por Ancelotti. A continuación llegó el sorteo de octavos de final, donde el Real Madrid quedó emparejado con el FC Schalke 04, un conjunto que a priori no debería poner en apuros al cuadro blanco.

Los pronósticos se cumplieron de manera sobresaliente, y en el encuentro de ida, el equipo de la capital de España logró un abultado 0-6, con el tridente Cristiano Ronaldo-Benzema-Bale funcionando a pleno rendimiento. En el encuentro de vuelta, Ancelotti pudo dar descanso a algunos jugadores y aún así logró la victoria por 3-1, con la grave lesión de Jesé como única mala noticia de un equipo que se encontraba en su mejor momento de la temporada.

Entonces llegaron las rondas importantes, aquellas donde sólo los mejores equipos están presentes. En cuartos de final, el rival de los blancos fue el Borussia Dortmund, que la anterior temporada había privado al Real Madrid de la final con un contundente 4-1 en el Signal Iduna Park. El equipo entrenado por Carlo Ancelotti ejecutó su venganza, no sin sufrir en un partido de vuelta que estuvo a punto de hacer aparecer de nuevo las pesadillas sufridas un año atrás. Los madrileños vencieron 3-0 en el partido disputado en el Santiago Bernabéu, mientras que cayeron 2-0 en tierras germanas, en lo que supuso la única derrota del Real Madrid en la UEFA Champions League 2013/2014.

Foto: UEFA.

La penúltima ronda de la competición deparó un atractivo Real Madrid – Bayern Munich, dos colosos del fútbol mundial y dos rivales históricos que iban a medir sus fuerzas en una batalla por llegar a la final de la competición europea. El conjunto blanco golpeó primero en Madrid, logrando vencer por 1-0 con un gol de Benzema. El encuentro de vuelta se presentaba tremendamente emocionante, pero los hombres de Carlo Ancelotti realizaron su mejor encuentro de la temporada y consiguieron un merecido billete para la final. Los blancos fueron superiores a los bávaros desde el comienzo del encuentro, sentenciando la eliminatoria a balón parado y realizando un perfecto ejercicio de posicionamiento y contragolpe.

Lisboa esperaba al Real Madrid y al Atlético de Madrid, que había realizado una temporada excepcional y había llegado por méritos propios al último partido de la competición, dejando por el camino a rivales como el FC Barcelona o el Chelsea. En medio de un ambiente espectacular, los rojiblancos se adelantaron tras aprovechar un error de Iker Casillas. A partir de ahí, la mejor versión atlética hizo acto de presencia sobre el terreno de juego, neutralizando los ataques madridistas y acercándose cada vez más al esperado título. Sin embargo, el destino todavía tenía guardado un giro de los acontecimientos, que se produjo en el minuto 93. Un saque de esquina botado por Modric fue rematado a la perfección por Sergio Ramos, desatando el delirio blanco y llevando el partido a la prórroga. En el tiempo extra, el cansancio y el golpe moral del tanto blanco hizo mella en los jugadores atléticos, que acabaron cediendo ante los tantos de Di María, Marcelo y Cristiano Ronaldo, que logró así su 17º gol en la competición.

Foto: UEFA.

El Real Madrid volvió a proclamarse, 12 años después, Campeón de Europa, sumando a sus vitrinas la tan ansiada ‘Décima’ y escribiendo una nueva página en la brillante historia del club de Concha Espina. El triunfo en Lisboa posibilitó, además, que el Real Madrid pudiese disputar la Supercopa de Europa (que ganó al Sevilla por 2-0) y el Mundialito de Clubes, el próximo objetivo de los hombres de Carlo Ancelotti.