Aún quedan más de dos meses para que el balón vuelva a rodar tras sonar los acordes del himno de la Champions, pero las cábalas sobre los enfrentamientos de octavos ya se han lanzado al viento. El sorteo que se ha llevado a cabo en Nyon ha querido emparejar, por segundo año consecutivo, a Real Madrid con el Schalke 04.

David contra Goliat, versión Champions

El que es sobre el papel el equipo más fuerte, con el que la teoría dice que es el más débil. El último precedente no sonríe a los germanos, que cayeron en el pasado curso por un global de 9-2, incluyendo un sonrojante 1-6 que los blancos les infligieron en Gelsenkirchen.

Un año más tarde, Roberto Di Matteo le ha intentado dar un lavado de cara al equipo minero. Asentado sobre el sistema de 5-3-2 con el que está planteando la gran mayoría de sus partidos, los alemanes marchan sextos en la Bundesliga, con 23 puntos y a tan solo uno de los puestos de Champions, que actualmente cierra el Gladbach con 24.

A pesar de que no figuran en la nómina de favoritos, poseen virtudes que podrían complicarle la eliminatoria al conjunto blanco. A pesar de la distancia en el tiempo, los equipos no variarán en exceso hasta la celebración del doble enfrentamiento, que dejará algunas claves para repasar.

La dupla goleadora

El poderío goleador, personificado en la figura de sus dos arietes, será el punto principal a vigilar por el Madrid como conjunto, y la zaga como zona en particular. La dupla que forman Huntelaar y el sorprendente Choupo-Moting, que fichó este verano desde el Mainz 05, llevan siete y ocho tantos, respectivamente, en la competición local, y se entienden a la perfección en punta.

Estará por ver si Di Matteo se lanza a alinear a ambos juntos en el frente de ataque, pero para el holandés no será una experiencia nueva la de batir a Casillas. En el choque de ida del pasado curso, con un disparo potente desde fuera del área, el ex del Real Madrid superó al portero español, y rompió además su récord de imbatibilidad, que se quedó en 952 minutos.

El retorno de la estrella

Tras meses lesionado, Julian Draxler aspira a volver a ser el jugador que todos apuntaban en sus listas como una de las mejores y mayores perlas del fútbol europeo. El alemán de 21 años tomará la batuta del equipo, que le necesita para hacer fútbol de calidad y así sumar posibilidades de sobrepasar al 'ogro' blanco.

La defensa es la zona más débil del Schalke, a pesar de contar con Neustädter o Höwedes

Ni la presencia de Leon Goretzka, otra de los diamantes en bruto de la Mina, le ha dado empaque a una medular en la que Boateng entra y sale, y su veteranía le tiene apartado de los onces habituales del técnico. Por el contrario, hombres de más recorrido físico como son Aogo o Höger sí tienen un sitio junto a Draxler cuando éste se recupere, para fortalecer un centro del campo que es la última barrera antes de llegar a la zona más endeble del equipo.

A pesar de que Di Matteo ha optado por reforzarse con una línea de cinco, la realidad es que el Schalke no es capaz de conseguir una solvencia defensiva que le permita sentirse cómodo en la zona de retaguardia. La calidad de Neustädter y Höwedes no les lleva a formar una pareja solvente, ni siquiera con la suma habitual de Kirchhoff.

Ni el nipón Uchida, ni Fuchs acompañan, a pesar de haberse ganado cierto prestigio continental, a fomentar una defensa que culmina, en el puesto de portero, un inseguro Fährmann, que firma grandes actuaciones seguidas de envites más discretos.