El enésimo derbi en los últimos tiempos entre Atlético de Madrid y Real Madrid tuvo como escenario los octavos de final de la Copa del Rey. En un partido en el que Ancelotti y Simeone reservaron de inicio a hombres como Ronaldo, Koke, Carvajal o Arda, los rojiblancos ejecutaron un efectivo ejercicio de juego coral y solidario para batir, por 2-0, a un Real Madrid perdido y falto de las ideas que le llevaron a ganar 22 partidos seguidos en 2014. Las armas de los indios, puntiagudas y dañinas, fueron más efectivas que la potencia de fuego vikinga.

Rozando el gol en el arranque

El Real Madrid quiso enmudecer el ensordecedor ambiente de la forma más temprana posible. En el primer minuto de juego, un córner botado desde la izquierda por James fue rematado por Ramos, que se elevó con un potente salto y ejecutó un limpio cabezazo. Sin embargo, se topó con un inspirado Oblak que sacó su mano derecha para salvar a su equipo de un susto prematuro.

Los blancos controlaron el balón en los primeros minutos, mientras los locales se replegaron ordenadosLa clara ocasión del Real Madrid anunció la iniciativa de la que haría gala el equipo visitante durante los primeros compases del choque. Los blancos tomaron los mandos de la contienda, controlando el balón y haciéndose con la posesión del balón. Mientras, los locales optaron por esperar replegados en su campo, construyendo un muro hermético y muy sólido aguardando la oportunidad para montar contraataques con la chispa de Griezmann y Torres.

Tras unos primeros diez minutos en los que el intercambio de ideas futbolísticas no deparó más sobresaltos que el remate de Ramos, en el minuto 12 Bale cabeceó un centro desde la izquierda que acabó en las redes atléticas. El silencio del Calderón se transformó en estruendo cuando la situación dio un giro radical: el árbitro anuló el gol del extremo galés por un claro fuera de juego, y el Atlético montó un contraataque fugaz que terminó con un disparo de Griezmann que Navas desvió a córner.

Crecen los atléticos

La imagen de ver el esférico entrando en la portería local y su posterior invalidez despertó a los indios. Los pupilos de Simeone enseñaron los dientes e incluso Raúl García escenificó esa rabia con una pelea con Khedira en la que, tras retarse ambos chocando sus cabezas, propinó un manotazo al alemán que el árbitro no consideró sancionable.

El Atlético ganó presencia en el campo anulando a los creadores de juego madridistasLos locales consiguieron poseer el balón y pisar más el territorio blanco, y el dominio del Real Madrid disminuyó su intensidad. La presión del Atlético dio sus frutos en el minuto 21, cuando Griezmann ahogó a Varane y el central perdió la bola sin nadie más que Navas a sus espaldas. El delantero rojiblanco robó el cuero y se lanzó embalado hacia el mano a mano con el portero madridista, pero Varane arregló su error llegando a tiempo para bloquear tirándose al piso el disparo de su compatriota. El bando atlético avisaba de su potencia de fuego.

Final templado con ocasión para los locales

El instinto dejó a un lado el juego combinativo con el paso del tiempo, y fue en ese escenario donde se sintió más cómodo el Atlético. La jaula que planteó Simeone hizo desaparecer a Kroos e Isco, hombres claves en la creación de los madridistas, y los visitantes no encontraron fluidez o ideas interesantes. Mientras, los locales empujaban como un bloque y tanto en ataque como en defensa se mostraron solidarios y organizados.

La primera parte se cerró habiendo tenido Sergio Ramos y Raúl García las ocasiones más claras de ambos conjuntosComo consecuencia de ese acomodo sobre el césped de los rojiblancos, en el minuto 33 Raúl García tuvo el primer gol en sus botas con un disparo fácil dentro del área tras un rechace de cabeza, pero Marcelo estuvo en el lugar y el momento adecuados para despejar el esférico. Cinco minutos más tarde, fue Benzema el que trató de dar la réplica con un disparo lejano que despejó Oblak. 

En la recta final de la primera mitad, el Real Madrid ganó presencia en el partido y se reencontró con el balón. Sin embargo, el juego estático de los vikingos les hizo inofensivos, y el descanso llegó sin noticias de los porteros. El 0-0 inicial seguía reinando en el electrónico del Vicente Calderón tras 45 minutos de pelea y alternativas.

El Real Madrid vuelve a mandar

En la vuelta al campo desde los vestuarios, de nuevo los vikingos quisieron golpear primero, y en el minuto 47 James tuvo una ocasión frente a Oblak tras un buen desmarque que fue anulada por un fuera de juego que no existió.

La segunda parte empezó con asedio vikingo a la portería de OblakLa segunda ocasión clara del segundo tiempo tardó cuatro minutos más en llegar, otra vez con la firma del Real Madrid. Un preciso centro lejano en profundidad de Marcelo conectó con Bale dentro del área, pero el galés no acertó a rematar a portería.

Las oportunidades de los visitantes respondieron al dominio madridista tras el descanso. Como pasó en el arranque del primer periodo, el equipo encontró el balón y metió al Atlético en su campo, pasando unos minutos de asedio a la portería de Oblak.

El Atlético dispara en su peor momento

A pesar del dominio, el control del Real Madrid sufrió un revés mortal en el minuto 57. Raúl García y Sergio Ramos se enzarzaron en el área visitante durante un saque de banda de los indios, y el árbitro pitó penalti al considerar que el zaguero vikingo había derribado a su rival. Precisamente fue Raúl García el encargado de convertir la pena máxima en gol con un ajustado disparo al que no llegó Navas a pesar de adivinar sus intenciones. Se había hecho de rogar, pero el primer gol ya era un hecho.

Raúl García adelantó al Atlético de penalti cuando el dominio era visitanteCon las urgencias asaltando a los blancos, Ancelotti sacó a su arma principal, que había comenzado el partido en el banquillo. Así, Cristiano Ronaldo saltó al campo en el minuto 63 sustituyendo a James. Simeone no quiso quedarse atrás, e hizo partícipes a dos pilares de su pizarra que tampoco habían sido titulares: Koke y Arda.

La contienda se desarrolló con el Atlético bien posicionado y asentado. Los de Simeone, como estaba siendo habitual, dejaron jugar al Real Madrid y los visitantes perdieron peligro y espíritu con el inmovilismo de sus jugadores. Pasaron de esta forma diez minutos sin oportunidades de gol a destacar. Simeone y Ancelotti quisieron añadir pólvora a su artillería, y en el minuto 74 saltaron al verde Mandzukic y Jesé.

Tierra de por medio con la especialidad rojiblanca

Había sacado a un delantero para marcar el segundo gol, pero fue un defensa el que puso tierra de por medio entre atléticos y madridistas. Los locales echaron mano de su especialidad, y en un córner sacado en el minuto 76 Giménez se elevó por encima de todos para cabecear el balón al interior de la portería defendida por Navas. El Calderón explotó y el partido se puso en un claro 2-0.

Giménez marcó el segundo gol a balón parado, el Atlético creció y el Madrid desaparecióUn crecido Atlético hizo suyo el partido y el Real Madrid no dio señales de vida. Los vikingos desplegaron un juego estático y sin ningún peligro, atascados frente al muro indestructible de los indios. Nadie salió al rescate del equipo, mientras que el otro bando todos los futbolistas luchaban al unísono por el objetivo común en una exhibición de esfuerzo colectivo.

La fuerza del grito del Calderón llevó en volandas a la escuadra rojiblanca hacia el final del choque. El cuadro blanco estuvo anulado y la ventaja atlética nunca peligró. Con el pitido final del árbitro, el fútbol dio la razón a Simeone y sus pupilos. Los indios no solo contrarrestaron el ataque de los vikingos en su visita a las orillas del Manzanares, sino que fueron los que golpearon más fuerte. Aún quedan 90 minutos de batalla sin cuartel, pero con la tregua que da el fin del primer asalto son los rojiblancos los que por ahora han impuesto su ley.

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