James mantiene el ritmo

Lo que en principio se podía barruntar como una victoria clara del Madrid se terminó consumando, pero no fue acompañada de un juego acorde a lo que el equipo había venido mostrando hasta el momento. Un enorme gol de James, el mejor del partido, justo antes de terminar la primera parte, otro en propia puerta nada más comenzar la segunda encarrilaron un marcador que cerró Arbeloa a falta de pocos minutos del final. El Almería dejó una buena imagen, que no le sirvió para obtener algo positivo en el Bernabéu.

James mantiene el ritmo
Foto | Dani Mullor - VAVEL
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Por Manuel Vergara

El sol se ponía tarde sobre la capital. Justo con el silbido que daba comienzo al encuentro por parte de Iglesias Villanueva, el astro rey le dejaba el protagonismo a lo que sucedía sobre el verde, que tenía al Real Madrid como gran estrella, y como invitado de excepción a un Almería de Sergi dispuesto a discutirle, o intentarlo, la posesión a los blancos en el inicio.

Dos combinaciones de cierta longitud precedieron al dominio casi monopolizado del cuero por parte de los de Carlo Ancelotti, que llegaron en situación clara hasta en tres ocasiones antes de la decena de minutos al arco de Rubén, creando aprietos a la zaga andaluza que se encontraba muy adelantada en el inicio.

Salida en tromba rápidamente evaporada

Con la voluntad de achicar espacios, los almerienses optaron por pretender jugar en tan solo cuarenta metros, con una zaga muy arriba, y una línea ofensiva que caía en exceso para poder ayudar a los centrocampistas en la salida de balón. Los desmarques de ruptura de Chicharito, Cristiano o el mismo Coentrao, abrían espacios para que otros llegasen y los aprovecharan.

James remató cerca de la base del poste derecho, pero fuera, un gran centro de Arbeloa. Cristiano hizo lo propio pero muy elevado un servicio de esquia de Kroos, y el propio futbolista luso se encontró con la rodilla de Rubén en una buena intervención del arquero visitante al disparo con la zurda desde fuera del área del de Madeira.

Lejos de convertirse en un choque vertiginoso, el partido comenzó a hacerse bola en la garganta de los espectadores, que veían cómo transcurrían los minutos sin que el balón se acercase a una u otra área. El centrocampismo, horizontal, primaba, mientras que las pocas y contadas ocasiones en las que los blancos llegaban al área, una mala decisión terminaba con la acción terminada antes de tiempo.

Cristiano buscaba fortuna desde lejos, con un disparo de falta desde más de 35 metros que tras hacer un extraño rozó la parte superior de la red de Rubén, confundiendo a buena parte del estadio en su celebración de un tanto que no era tal. El grado de planicie que alcanzaban las transiciones con balón blancas animaban al Almería, que llegó con Édgar por derecha hasta el corazón del área, pero cuando su centro buscó a un compañero en el segundo palo sólo se encontró con Arbeloa, que despejó antes de que llegase Mané para romper las tablas.

James es la mejor medicina para la apatía

Lo intentaba Jesé por derecha, y subía Coentrao la banda por izquierda, pero el último pase, trotón como el resto de la posesión, terminaba siendo repelido por la zaga de un Almería que no tenía ninguna prisa por violentar el juego, hacerlo más dinámico, o convertir el choque en un ida y vuelta que no beneficiaría en nada a los de Sergi.

James recogió un balón suelto en la frontal y conectó un tremendo zurdazo a la escuadra para inaugurar el marcador

Los silbidos comenzaban a llegar en las posesiones sin verticalidad que proponían los blancos. Circulaciones con pérdidas y faltas en la presión que ponían nervioso al respetable, que respondía con música de viento al ver llegar el reloj al 45. Pero entonces, como salido de la nada, llegó James. El colombiano, de nuevo el más activo del equipo, recogió en la frontal del área un balón bombeado, suelto, que no dudó en conectar.

El cafetero, tras bote, empaló el cuero con la zurda directo a la escuadra derecha de un sorprendido Rubén, que además de volar para salir en la foto, no pudo hacer nada para evitar el tanto. Saltó la grada, con las manos en la cabeza, por el acierto del colombiano. La afición pasó de silbar a corear el nombre de James, casi al tiempo que finalizaba la primera mitad.

Sin cambios en lo propuesto

Si le costó casi toda una parte abrir la lata en la primera, apenas fueron tres los minutos hasta que de nuevo volvió a ver portería el cuadro merengue. Llegó Kroos hasta la línea de fondo, convertido en eventual carrilero, para pillar saliendo a la defensa del Almería. El germano oteó el horizonte, vio a Cristiano desmarcado y le sirvió un balón al que el luso no llegó porque Mauro Dos Santos se anticipó. Pero el zaguero almeriense no logró despejar el cuero, sino que lo impulsó hacia su portería, doblando la ventaja de los locales.

Cristiano, citado por la megafonía como autor del mismo, agitaba el dedo negando la pertenencia del gol, al mismo tiempo que ya miraba hacia el arco que por apenas unos centímetros no había logrado perforar, los que tardó Mauro en anticiparse cuando la diana parecía servida.

De nuevo, transición hacia ninguna parte. Las llegadas dejaron de suceder, los dos guardametas pasaron a ser meros espectadores, y el contador de minutos siguió su curso. El Madrid invitaba al Almería a venirse arriba, a buscar algo, y aprovechar así los espacios. Con la salida de Isco y sus caidas a banda izquierda, el malagueño buscó percutir por dicho costado asociándose con Cristiano.

Con Isco, a ratos, vuelven a surgir chispas

Aunque ambos se encontraban, la acción seguía el curso del partido y moría antes de tiempo. Un tiro con la zurda muy desviado de luso, un centro del de Madeira buscando a Chicharito que no encontró a un compañero primero por la izquierda y luego entrando por la derecha, esta vez sí conectando con el mexicano pero no éste de forma óptima con el balón, hicieron entrar al encuentro en la recta final.

Arbeloa, empujando un servicio de Chicharito, cerró un marcador más abultado de lo expuesto por el Madrid en el campo

Pepe salió de la cueva, inició una jugada al contragolpe que frenó un muy acertado Dubarbier adelantándose a Jesé en el intento de centro por su parte. Los intentos, aislados, por parte de los merengues comenzaban a agotarse tanto casi como el tiempo de partido. Ni siquiera el ademán del Almería despertaba del letargo al Madrid.

Los de Sergi comenzaron, atrevidos, a pisar campo contrario. Por la izquierda percutía Mané, con varios centros al corazón del área que no encontraron a Hemed. El punta, en la única ocasión en la que se hizo con el cuero, se resbaló, cuando parecía que podía encarar el arco rival.

Casi sin querer, el Madrid cerró el partido, espantó fantasmas, con una combinación a la salida de un córner. Chicharito recogió un balón que le sirvió Isco tras el despeje de la zaga. Desde la izquierda, la volvió a poner en el corazón del área, y allí apareció Arbeloa para, extendiendo la bota, poner el balón en la portería contraria.

Cerraba el salmantino un encuentro en el que la grada esperaba ver un espectáculo, goles y a sus mirlos. Ni Odegaard ni Mayoral tomaron la alternativa. El nórdico, que salió apenas unos minutos a calentar en la banda, terminó el partido como lo empezó. Tampoco el delantero de Parla tuvo que pasar por las duchas tras el choque.

Isco tuvo la última, chutando un cuero que lamió el palo tras un pase atrás de Jesé que culminaba un contragolpe. Victoria, sin lustre, que les mantenía en la carrera por la Liga viva una jornada más.

Así lo vivimos en VAVEL.