La final ha llegado y la atención se centra más allá de una simple victoria. Aunque el partido no atraerá los focos de las grandes citas continentales, el último encuentro oficial en competiciones españolas reunirá a dos de los mejores equipos de la temporada, que medirán fuerzas para dirimir quién merece la gloria, y quién reposará en la arena.

Méritos de campeón

El Rayo Vallecano ha cuajado una temporada de matrícula. Rozó el éxito en la Copa de Campeones, quedando apeado en semifinales por un solitario tanto del Villarreal, y ha conseguido alcanzar, esta vez si, la final de la Copa del Rey tras varias campañas sin lograr el objetivo.

Pero el escalón más alto lo subieron en la División de Honor, en la Liga del grupo V. Allí, y tras realizar un magnífico año, los de Diego Merino superaron al Juvenil A blanco en la clasificación, imponiéndose en el campeonato de la regularidad.

El mérito es mayor si se cuenta con que el filial del Real Madrid fue el mejor segundo de toda la categoría, lo que le ha permitido posteriormente acceder tanto a la Copa de Campeones como a la misma Copa del Rey, en la que todavía deposita sus esperanzas de no sumar un año en blanco.

El Rayo cuenta con Clavería, el capitán, que esta temporada ya ha debutado con el primer equipo

La gran referencia vallecana está en el centro del campo. Su capitán, Pablo Clavería, apunta ya a Primera División. De hecho, Jémez lo hizo debutar en la pasada campaña en Mestalla, gracias a su gran trabajo sobre el verde y su capacidad de sacrificio. Por delante, Juancho y Uche forman una pareja goleadora con mucho gol, que está bien asegurada en defensa, con un Sergio Akieme, Aki, que ya ha conseguido un lugar en la pre-lista española sub-19 para el Europeo.

El gran peligro vallecano radica en sus jugadas a balón parado, dónde se muestran letales una vez que el cuero surca el aire. La juventud de la plantilla (muchos de ellos en su primer año juvenil) es un punto a favor del conjunto madrileño que asienta las bases de futuros éxitos.

Los de Ramis, a evitar un año en blanco

Y es que tras en el pasado curso hacerse con el campeonato de la División de Honor y sumar también la Copa de Campeones, el cuadro que dirige Ramis se plantó en la final a cuatro de la UEFA Youth League, y repitió por segundo año en la final de la Copa del Rey en la que este año vuelve a aparecer.

Borja Mayoral, con 54 goles acumulados en toda la temporada, es el gran baluarte ofensivo del Juvenil A madridista

Las dos finales se perdieron, pero ya había otros dos títulos en las alforjas blancas. Este año, con los tropiezos en todas las competiciones, las cartas parecen marcadas, y el órdago al título de Copa es total por parte del tercer conjunto de La Fábrica.

Especialmente importante será la aportación, como no podía ser de otro modo, de Borja Mayoral, pichichi blanco del torneo con cuatro dianas, y gran referente ofensivo del cuadro de Ramis, que deposita en la figura del parleño muchas de sus esperanzas. Pero para que el madrileño tenga balones, otros tienen que ponérselos.

Y ahí aparecen las figuras de Borja Sánchez, Lazo o Cedrés, que conforman una tripleta por detrás del punta de grandes resultados en las últimas fechas, y que apunta a repetir de cara a la final escoltando al goleador de Parla en la última gran cita del curso.

Por detrás, la reconversión de Reguilón definitivamente en central ha dejado un hueco tan solo en el centro de la zaga que se reparten Kuscevic y Lienhart, mientras que Luismi es inamovible en el lateral.

Posibles onces